El sistema previsional argentino actual, cimentado en la defensa de derechos y garantías a cargo de ANSES, cajas de jubilaciones provinciales, cajas profesionales y municipales, junto con el sistema residual de las AFJP, establece autoridades elegidas a través de procesos democráticos nacionales y provinciales.

Sin embargo, durante la controvertida década de los noventa, conocida por algunos como la "década infame", el "menemismo" llevó a cabo reformas que resultaron en la destrucción de un sistema que había sido construido durante décadas. Estas reformas permitieron la proliferación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), que tomaron control de los aportes de los trabajadores privados, abriendo la puerta a la especulación financiera de poderosos grupos nacionales y extranjeros.

Tras años de lucha y bajo la presidencia de Néstor Kirchner y luego de Cristina Fernández, en el año 2008, el Estado argentino logró recuperar el sistema de reparto. Esto marcó un importante retorno a la administración pública y una protección de los derechos previsionales de las y los trabajadores.

Las y los trabajadores jubilados consideran que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar el acceso a una vida digna para todas y todos los trabajadores, independientemente de si están en relación de dependencia o no. Estos trabajadores han contribuido con sus esfuerzos a la construcción del país y, por lo tanto, defienden con firmeza la idea de un sistema previsional universal, integral, de reparto y solidario.

En este contexto, se hace un llamado a la reflexión y la conciencia sobre la importancia de elegir líderes comprometidos con la protección y el fortalecimiento de los derechos previsionales de los trabajadores, y a considerar cuidadosamente las propuestas y antecedentes de los candidatos en las elecciones venideras.