Qué piensan los referentes de las juventudes políticas de Santa Fe sobre el futuro del país: un debate abierto sobre ambiente, vivienda, tecnologías y trabajo, en el II Argentino de Periodismo y Opinión Pública.
El debate de juventudes políticas en el II Argentino de Periodismo y Opinión Pública organizado por Pausa convocó a Leonardo Stangaferro (UCR), Leandro Aufranc (socialismo), Nicolás Rabosto (La Libertad Avanza), Milagros Monserrat (PJ) y Juan Cabrera (FIT-U). El primer eje fue Ambiente. Rabosto fue muy claro en su desinterés al respecto: “desde nuestro espacio político las prioridades de la Argentina son otras”, cuestionó, y añadió que “la cuestión medioambiental en la Argentina tiene que vincularse al derecho de propiedad”, a fines de “delimitar cuáles son los riesgos, quién responde por esos riesgos, quién se hace cargo de las externalidades negativas”. Monserrat cuestionó que “La Libertad Avanza reconoce a los ciudadanos más como usuarios y consumidores que como seres humanos, y refutó: “Está demostrado históricamente que el mercado no se autorregula, todas las crisis cíclicas del capitalismo lo demuestran”.
Aufranc mencionó tres factores estratégicos: la producción de la mano del cuidado del ambiente, la gestión integral de los recursos naturales y la adaptación al cambio climático. Asimismo, se manifestó a favor de la producción “limpia y sostenible” del litio, y destacó que “en 2030 va a haber un déficit mundial de 400.000 toneladas de litio y Argentina tiene una oportunidad estratégica”. Cabrera fue con los tapones de punta contra Rabosto, a quien acusó de representar “la industria de la negación de los derechos humanos, el patriarcado y el calentamiento global”, para luego agregar que “todos los que están en esta mesa tienen un común denominador, que es la política extractivista que se viene instalando desde los 90: el agronegocio, el fracking y la megaminería”. Además, pidió discutir “una reforma agraria integral y la prohibición del uso de agrotóxicos”. Desde la UCR, Stangaferro no tardó en contestarle: “tenemos que ser responsables; hay estudios muy serios que demuestran que con las nuevas tecnologías el agronegocio ha bajado muchísimo los índices de contaminación”.
Al momento de las réplicas, Rabosto rechazó las acusaciones de negacionismo, pero, como diría Freud, su inconsciente lo traicionó: “Estamos trabajando para que se reconozca una parte de la verdad que nunca se dijo, que es la fuerte violencia armada que se vivió en Argentina en etapa constitucional. Eso es lo único que estamos diciendo. No condenamos la dictad…eh…condenamos la dictadura, no hacemos negacionismo de la dictadura”. El lapsus no pasó desapercibido para nadie en el recinto.
En relación al tema “nuevas tecnologías y trabajo precarizado”, Stangaferro abogó por “rediscutir la legislación laboral” para que “tienda a ser mucho más liberal”, pero “sin perder garantías para los trabajadores”. Su postura no distó demasiado de la Rabosto, que aseguró que en Argentina “es imposible contratar a alguien en blanco”: “Más del 45% de los trabajadores en la Argentina son trabajadores informales. La única forma de cambiar esta realidad es pasar a un nuevo contrato de trabajo".
En relación a la vivienda surgieron algunos puntos de consenso: Monserrat y Stangaferro coincidieron en la necesidad de imponer un impuesto a los inmuebles ociosos, y la primera se acercó a Cabrera al plantear que se debe migrar hacia una reforma agraria. Sin excepción, todos acordaron la urgencia de rever la política de alquileres, fundamentalmente la destinada a los jóvenes. En esta área, Rabosto fue tajante: “la Ley de Alquileres que tenemos en Argentina es totalmente nefasta. En este país se piensa que el Estado y las leyes son las que modifican la realidad, cuando en realidad están para acompañar los procesos de la evolución social. Hoy es muy difícil alquilar por esta incisiva actitud estatal de querer meterse en los negocios privados”. Sus comentarios, como era de esperar, motivaron el rechazo de sus colegas, que salieron a defender el rol del Estado en la cuestión.
La perlita del debate sucedió cuando se les preguntó a los expositores por la mujer más importante de la historia argentina. Aufranc no dudó en nombrar a Alicia Moreau de Justo, Stangaferro a Florentina Gómez Miranda, Monserrat encumbró a Evita, y Cabrera prefirió rescatar al movimiento feminista en su conjunto. Pero la respuesta de Rabosto generó risas, sorpresa y hasta indignación: “Rita de Lázzari”, dijo en referencia a Lita de Lázzari, a quien describió como “una mujer muy importante para la historia del pensamiento liberal, que se hizo conocida en la divulgación científica, transmitiendo todo lo que era la economía del hogar y la economía financiera”.