Una historia familiar, un musical, una comedia y un cáncer. "Seres necesitados de amor, que ven cómo su mundo se derrumba". Una mirada sobre la puesta en LOA Espacio AGM.
La convocatoria tenía sus particulares atractivos. Era una comedia musical y tenía un elenco joven, dispuesto a dar lo mejor de sí. Era en LOA y se trataba de “Mamá está más chiquita”, una historia muy conocida pero con preciso interés desarrollado. La anécdota tiene que ver con la historia de una familia, marcada por la presencia dominante de una madre protagonista, sus hijos y el novio de una hija. Todo bien sustentado, con andariveles conocidos, hasta que una noticia provoca una hecatombe, sobre todo emocional.
Los integrantes de la familia en cuestión se llevan muy bien. Todos están enamorados y no quieren separarse. La historia transcurre en un hogar bien estructurado, que cumple a rajatabla con el orden establecido por la figura materna. Surgirán entonces los diversos avatares provocados por una desagradable noticia que provocará el derrumbe afectivo. Desconsolados, se debaten entonces sobre los escalones vencidos y lo que aparecía sobre la base de la confianza comienza a desmoronarse, provocando en la caída el derrumbe emocional. Así, la infausta noticia se convierte en la historia de todos.
La puesta en escena resulta emotiva, con sutiles líneas de toma de conciencia sobre el cáncer y sus consecuencias. Hay escenas muy bien logradas, que resultan de sumo interés para los espectadores. Esos vienen a ser los instantes que se disfrutan a pleno. Los autores Ignacio Olivera y Juan Carlos Schapira construyen su historia, que ha sido bien trasladada a escena por Juan Carlos Porretti, con la adecuada asistencia de dirección de Cristian Buffa. Actúan muy bien Ariadna Bórtoli, Nahiara Ayuso, Leandro Jara y Patricia Velázquez, destacándose especialmente Peter Brando, por la acertada construcción de su difícil personaje. Es bueno el sonido de Nicolás Sánchez.
La interpretación de todo el elenco es dinámica y entretenida. Tienen la difícil tarea de personificar a esos seres necesitados de amor, que ven cómo su mundo se derrumba. No importa, allí están para enfrentar la difícil situación, de la mejor manera. El espectador resulta entonces agradecido por cómo le contaron la historia.