Más que cuchillo entre los dientes, falta de ideas y miedo a perder. Colón y Unión jugaron un primer tiempo interesante, con situaciones claras para los dos equipos. El segundo tiempo fue horrible. Colón propuso más, Unión fue solvente y práctico atrás. El empate no le sirve a nadie.
Otro empate más en el extenso historial de empates del clásico santafesino. En los 90 minutos, Colón propuso más, a veces con toque y juego y, al final, con empuje y pelotazo. Sin embargo, Unión tuvo las dos más claras del partido, pese a que se dedicó básicamente a estar ordenado y mantener el cero en el arco. El empate no le sirve a ninguno de los dos, que siguen muy complicados en la zona de descenso
El segundo tiempo fue la contracara del primero. Los 45 minutos iniciales tuvieron a Colón jugando con buen toque, trepando por la cancha y generando situaciones a través de Wanchope Ábila, sea por su juego como pivot o por pases verticales. Unión, sin la pelota, generaba mucho daño a partir de quitar la pelota en su campo y contratacar rápido y con pocos pases.
Así, pese a que Colón tuvo la pelota mucho más tiempo (67% a los 30 minutos, 59% en todo el primer tiempo), Unión generó las dos más claras del partido: un mano a mano de Gonzalo Morales a los 12 minutos, que tapó Ignacio Chicco, y un cabezazo solo del mismo delantero, a los 29 minutos, que también salvó el arquero sabalero. Ambas jugadas resultaron de cómo Unión aprovechó errores de Colón en retroceso, segunda pelota o defensa.
Del lado sabalero, Wanchope tuvo una clara, casi al lado del arco, a los 8 minutos, salvada providencialmente por la defensa tatengue y una de Damián Battallini, que también fue parada por una pierna providencial, con el arquero vencido. Esa jugada, a los 15 minutos, tuvo una mano previa de Ábila.
En una escalada que terminó con un centro peligroso, el lateral paraguayo Alberto Espínola se rompio y entró Eric Meza, de gran partido.
Unión intentó todo el primer tiempo jugadas preparadas, sea desde el corner o en pelotas paradas. Nunca funcionaron. En general, para los dos equipos, los tiros de esquina o los tiros libres tuvieron ejecuciones feas que fueron aprovechadas por el adversario, sobre todo Unión.
Segundo tiempo espantoso y final
El mejor jugador de Unión, Enzo Roldán, responsable de cortar, quitar y jugar en el medio de la cancha, salió roto a los 15 minutos. Ahí bajó la persiana el tatengue, sobre todo con el ingreso del ineficaz Nicolás Orsini por Morales. Ordenadísimo atrás, no llegó casi nunca al arco rival. Paz, Corvalán y Calderón sobraron con solvencia el partido. Paz debió irse con una segunda amarilla cerca de los 35 minutos, tras terrible patadón a Toledo. El árbitro Facundo Tello, renuente a las tarjetas, no lo amonestó.
Pipo Gorosito sacó quizá demasiado rápido a Abila e intentó luego con dos delanteros, el Conejo Benítez y Javier Toledo. De bueno juego, Batallini se fue extenuado.
Los cambios de Pipo no generaron variantes, apenas empujó más Colón. Unión se mantuvo en sus trece y el clásico terminó, otra vez, en nada para nadie. No hay mucho más para decir.