El rol de los feminismos en esta elección histórica, los discursos antidemocráticos, el odio a la patria y el Mundial, fueron algunos de los temas que apuntó la antropóloga y activista en la Feria del Libro.
La antropóloga, teórica y activista feminista Rita Segato pasó por Santa Fe en el marco de la Feria del Libro de la ciudad. Sus estudios sobre la raza, el género, la religión, la violencia, el territorio, la alteridad, la hacen una referente e interlocutora deseable en estos tiempos que corren, donde la democracia se llena de preguntas ante los ataques constantes de quienes, dicen, vienen a cambiarlo todo… destruyendo todo.
A menos de un mes de las elecciones presidenciales que pueden marcar un quiebre histórico en nuestro sistema democrático, el rol de las mujeres y diversidades como contrapeso a una ultraderecha marcadamente masculinizada, es enunciado por investigadores y analistas, pero permanece llamativamente ausente de las agendas de campaña de los sectores más “populares” y/o “progresistas”.
Consultada sobre este borramiento de los temas de géneros, en una rueda de prensa previa a su presentación en la Feria, Segato comentó: “Las mujeres, así como los indios, continuamos equivocadamente estando en un margen de la política, eso es un gran error. Hasta que no consigamos pasar al centro de la política, la historia no va a caminar. Podrá haber un recambio de poder para un lado, para el otro, pero reorientar la historia en una dirección diferente, no va a ocurrir”.
Ante la pregunta por los riesgos de perder los derechos conquistados por los feminismos y el movimiento LGBTQ+ a lo largo de estas décadas, la antropóloga señaló: “Yo no creo que eso pase, no creo que sea tan fácil deshacer el camino ya dado”, y explicó: “Pero sí creo muchísimo en la palabra y creo que recientemente se generó un vocabulario que habla de la política y lo político, como dos cosas diferentes. Una cosa es la política estructurada a partir de la estructura estatal. Pero lo político no es eso. Lo político es cada instante de la vida: la construcción de relaciones sociales, de intersubjetividades, de formas de felicidad. Eso es político. Se cambia la historia, se transforma el mundo, si nos damos cuenta de eso, y ahí las mujeres tenemos un papel central. No se ha probado en ningún lugar, en ningún momento de la historia, que tomar el Estado permitió hacer una revolución. Entonces, ¿dónde se transforma el mundo? Por otro camino, por otro lugar, de otra forma. Y ahí, en esa otra forma, ese otro lugar, las mujeres tenemos un papel central”.
Escuchar más
Hace un par de semanas, desde Pausa lanzamos una serie de materiales –inspirados en las cartillas de la campaña de Lula en Brasil– que buscan orientar las conversaciones para conocer las motivaciones que llevan a nuestras familias, amigues, compañeros de trabajo, a votar como votan. Una de las claves de esas recomendaciones es: hablá un 30% y escuchá un 70%.
Segato coincide: “Creo que es necesaria, lo digo como antropóloga, una gran escucha, que no está habiendo, para entender cómo en un país que siempre fue reconocido, inclusive en los países de alrededor de América Latina, como uno donde la gente tiene un activismo notable, sale a las calles, y el campo crítico ha tenido un papel visible en la política argentina, de repente llegamos a un momento donde la gente es analfabeta políticamente. ¿Qué pasó? ¿Dónde, cómo y por qué? Entonces falta un trabajo etnográfico, una escucha, una observación de cómo se genera la Argentina que tenemos delante de nuestra vista, que es una Argentina que ha perdido completamente todo grado de lucidez e interés en la política. Básicamente, el voto por Milei es un voto de desinterés absoluto en la política”.
En la repregunta de por qué cree que pasó eso, Segato ensaya algunas respuestas: “Algo que creo haber observado, como uno de los temas centrales, es que no se cumplió esta promesa de la modernidad de un protagonismo de la gente en la vida. Creo que la gente se ha sentido privada o usurpada del protagonismo cívico, del protagonismo ciudadano, del protagonismo histórico, y creo que eso genera un resentimiento profundo que Milei expresa con la cara de rabia que pone, entonces esa es mi cara, la cara de rabia. Pero eso es analfabetismo político, porque la rabia es del momento, no hay una capacidad de pensar programáticamente, en el mediano y largo plazo. La rabia es cortoplacista”.
Los peligros de Milei y Bullrich
Ante la pregunta concreta, con nombres y apellidos, sobre los tres candidatos más fuertes para la presidencia, la investigadora fue contundente: “Lo voy a decir como lo digo de entrecasa: con Bullrich y con Milei morimos inmediatamente, con Massa podemos sobrevivir un poco más. Porque Massa es un candidato cuyo discurso es democrático, y el discurso de los otros dos no lo es. Entonces es necesario optar por un candidato que, por lo menos, en su discurso, valoriza el discurso democrático y no el de la muerte, el de la letalidad, el de la bronca, el del revólver en la mano, el discurso salvaje de la rabia”.
—Hay mucha gente que quiere elegir a esos candidatos, que piensa que peor de lo que estamos no vamos a estar. ¿Qué implicaría, en concreto, que estas personas tomen el poder?
—Oh, se equivocan mucho si piensan que no se puede estar peor. Es un intento de destrucción y de entrega de nuestro país. Hay realmente una garra extranjera encima de nuestro país, inclusive como territorio, y esa garra extranjera tiene aliados que yo creo que están en las líneas de Milei y de Bullrich.
El Mundial y la campaña anti-argentina
Rita Segato nació en Argentina en la década del 50, pero en marzo de 1975 se exilió en Venezuela. Desde entonces vivió en Brasil, Nicaragua, Irlanda y, ya de vuelta, en la Patagonia y en Tilcara, donde hoy pasa la mayor parte de sus días. Por este recorrido, siempre dice que se siente “un poco extranjera” y desde ahí analiza lo que pasa en estas tierras.
Siguiendo la línea argumental del intento de destrucción y de entrega de nuestro país, Segato comentó: “En este último tiempo vos mirabas cualquier diario y todos los días te encontrabas frente a la noticia de ‘fulanita era abogada en Argentina pero está feliz lavando baños en Madrid’. Eso es una campaña deliberada, diaria, de un ataque a la autoestima de los argentinos y de las argentinas. Después vino el Mundial y pararon un poquito. Se dieron cuenta de que contra ese orgullo nacional no se podía. Pero ahora empezaron de nuevo”.
Segato cuenta una situación que vivió hace poco, en una fila en Aeroparque, cuando escuchó a dos empresarios hablar mal del país. “Me di vuelta y le dije: ‘usted es un ignorante, usted no sabe lo que está diciendo. Esta persona que usted ve acá pasó 44 años viviendo fuera de este país que usted está criticando, y cada día de mi vida quise volver’. Le dije así y el hombre inmediatamente se mostró sumiso: ‘sí señora, sí señora’, me decía. Bueno, ese es el tipo de personas que se dejan también convencer de errores brutales. ¿Por qué nos quieren convencer de que hay que irse? ¿Por qué nos quieren convencer de que la vida en nuestro país es pésima? Yo no estoy de acuerdo, y no es una cuestión puramente económica. Sí, es un momento de mucha estrechez económica, pero miremos la calle de Nueva York también. La gente de mi edad, los mayores, duermen en el metro, en el suelo, hay también una miseria muy grande, pero acá nos muestran una imagen de ese mundo opulento contra nuestro país miserable, y no nos sabemos defender”.
¿Y cómo nos defendemos? Rita apunta: “Lo que hay que hacer es producir retóricas de valor para lo que sí tenemos. Acá hay vincularidad, amistad, capacidad de conversar, hay varias formas de ayuda mutua, de vida recíproca, de girones de comunidad… las cocinas de nuestro país todavía existen. Claro que hay cosas de las que carecemos, pero hay muchas cosas que sí tenemos y que en el mundo son raras, porque hasta los extranjeros que vienen lo dicen. Yo conozco casos de gente que se mudó a la Argentina porque se dio cuenta que en la verdulería conversaba. Es eso. Pero es necesario generar esas retóricas de valor, decir qué es lo que sí tenemos”.