El contexto es atrapante, Colón y Unión se cruzarán para ganar y llenarse de fuerzas para aferrarse a Primera. Los dos están con los mismos puntos, en el abismo, con terror a perder, pero con muchas ganas de darle un empujoncito al vecino en el tobogán del descenso.
Cuando “Chiqui” Tapia tiró la idea de hacer estos torneos de la Copa de la Liga, con dos zonas, cruces de clásicos, una definición de cuartos, semi y final, y además meter un descenso por promedio y otro por puntos de tabla acumulada, jamás imagino que iba a generar un clásico de Santa Fe tan picante como el que vamos a vivir este domingo. Y al capo de la AFA tampoco se le cruzó por la cabeza que a Santa Fe, más precisamente a Colón, le generaría tanto cariño esta clase de torneos, ya que la Copa de la Liga de 2021 significó la primera estrella para el fútbol de esta capital provincial.
Más allá de los condimentos de pelear por entrar entre los cuatro primeros de la zona y quedar a tres partidos de un título nacional, lo picante de esta nueva historia es la lucha por no descender en la tabla general anual. Ni el mejor guionista dramático podía meter a casi diez equipos en tres puntos. Sí, en apenas el valor de un partido ganado conviven a las patadas diez clubes, y entre todos esos están los vecinos de esta ciudad: Colón y Unión.
Cuando empezaba la Copa de la Liga, al mismo guionista inexistente tampoco se le hubiese ocurrido escribir una historia que lo tenía a Colón en el último puesto, cinco puntos debajo de Unión, y que justo en la fecha donde se iban a cruzar quedaran igualados. En todo el año jamás tuvieron los mismos puntos, pero ahora, cuando se tienen que ver las caras en el barrio Centenario, están alineados en 37 puntos, apenas un punto arriba de los dos que empezaron la fecha en zona descenso (Vélez y Gimnasia).
Se juegan todos los clásicos importantes del país (solo falta el tucumano para gritar cartón lleno), pero ninguno tiene tanta importancia como el de Santa Fe. Acá el que pierde tiene muchas chances de quedar último, eso no significa que se va al descenso, después quedará siete fechas para jugar. ¿Cómo quedará ese plantel y cuerpo técnico desde lo emocional? Después hay que remar cuesta arriba entre tiburones.
¿Iguales, para qué?
“¿Y el empate qué onda?”, se escucha alguien por ahí con el papel higiénico a mano. Y el empate es una salida elegante al miedo a no perder, que es el sentimiento que suele aflorar en la previa y en el partido. Pero el empate, en este sistema matemático de descenso, es traicionero.
Colón fue el equipo que más empató (13) en el torneo pasado y está como está. El Sabalero levantó su cabeza a base de triunfos, de seis que jugó ganó cuatro y perdió dos. Vale recordar que en el certamen del primer semestre, Colón en 27 partidos apenas ganó cuatro, los mismos que en este corto período.
Y Unión, desde que llegó Cristian “Kily” González es una máquina de empatar. Con el DT rosarino jugó 12 encuentros, empató ocho, perdió dos y ganó dos. El empate te condena.
Podríamos retroceder en la historia y buscar un clásico tan trascendente como el de este domingo, en orden de importancia aparecerán los que definieron el ascenso de Unión en 1989 y luego el de 2021, cuando el Tate llegaba al estadio Brigadier López (última fecha) con la necesidad de ganar para meterse en los cuartos de final de aquel torneo. Terminó 1 a 1, el rojiblanco se quedó afuera y Colón salió campeón.
Pues bien, sacando esos dos encuentros, teniendo en cuenta lo que hay en juego, el de hoy aparece como uno de los clásicos más importantes de las últimas décadas.
Récord de hinchas
Y si de condimentos se trata para darle más gusto el cruce de este domingo a la tarde, será el partido con mayor concurrencia en la historia del fútbol santafesino. Debido a que las entradas están agotadas y por primera vez la cancha de Colón estará habilitada en su totalidad, según la Municipalidad de Santa Fe el estadio Brigadier López cuenta con una habilitación para 40.200 personas.
El antecedente más importante en materia de público también se había dado en la cancha de Colón, más precisamente en el encuentro de semifinal ante Atlético Mineiro, el 19 de septiembre de 2019. En el partido ante los brasileños, los organizadores estiman que hubo algo más de 36.000 hinchas. En esa oportunidad los torcedores del Mineiro ocuparon la tribuna del “Codo Suroeste” y quedó mucho espacio desocupado, ya que apenas vinieron desde Brasil unas 500 personas. Además del lugar sin ocupar, también esa noche hubo pulmones que actuaron como separadores entre ambas parcialidades.
Huele bien
Más allá de cómo llegan, de la experiencia de uno y la juventud del otro, del estilo de juego “Pipo” y del sello “Kily”, de la racha positiva en el historial para uno y negativa para el otro, más allá de toda la historia, la estadística y del cagazo escénico que pueden tener varios de los que salten a la cancha esta tarde, señoras y señores hoy se juega un clásico que pinta para histórico.