El escalofriante dato fue revelado por Catherine Russell, directora de Unicef. Más de 3.400 niños murieron y más de 6.300 han resultado heridos en Gaza. A eso se suman otros 37 en Cisjordania y más de 30 niños israelíes. "Esta cifra que debería sacudirnos a todos hasta lo más profundo", señaló Russell.

La Directora Ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, informó al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación humanitaria en Palestina e Israel. "En Unicef creemos firmemente que el verdadero costo de esta última escalada se medirá en las vidas de los niños: los que perdieron la vida a causa de la violencia y los que ésta cambió para siempre", comenzó señalando la directiva.

Russell señaló que "después de poco más de tres semanas, la devastadora cifra se está acumulando rápidamente, con violaciones graves y desenfrenadas cometidas contra niños". Según el Ministerio de Salud palestino, más de 8.300 palestinos han muerto en Gaza, incluidos más de 3.400 niños, y más de 6.300 niños han resultado heridos. "Esto significa que más de 420 niños mueren o resultan heridos en Gaza cada día, una cifra que debería sacudirnos a todos hasta lo más profundo", indicó.

La cifra es aún mayor cuando se abre el foco más allá de la Franja de Gaza. En Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, al menos 37 niños habrían sido asesinados. Además se informa que más de 30 niños israelíes han sido asesinados, mientras que al menos 20 permanecen como rehenes en la Franja de Gaza, cuyo destino se desconoce.

Devastador

El reporte de Russel también informó sobre la infraestructura civil que ha sido objeto de feroces ataques. Según la Organización Mundial de la Salud en Gaza, se han reportado 34 ataques contra instalaciones de atención médica, incluidos 21 hospitales. Doce de los 35 hospitales de Gaza –que también se utilizan como refugios para personas desplazadas– ya no pueden funcionar. Al menos 221 escuelas y más de 177.000 viviendas han resultado dañadas o destruidas.

Mientras tanto, la poca agua potable que queda en Gaza se está agotando rápidamente, dejando a más de 2 millones de personas en extrema necesidad. "Estimamos que el 55 por ciento de la infraestructura de suministro de agua requiere reparación o rehabilitación. Sólo una planta desalinizadora está funcionando a sólo el cinco por ciento de su capacidad, mientras que las seis plantas de tratamiento de aguas residuales de Gaza ahora no están operativas debido a la falta de combustible o energía", informó.

La falta de agua potable y saneamiento seguro está a punto de convertirse en una catástrofe. A menos que se restablezca urgentemente el acceso al agua potable, más civiles, incluidos niños, enfermarán o morirán por deshidratación o enfermedades transmitidas por el agua.

"Estamos haciendo todo lo posible para llegar a todos los niños necesitados, pero la entrega de ayuda humanitaria –especialmente en Gaza– es ahora un gran desafío. Esto se debe tanto a las actuales condiciones de asedio impuestas a Gaza como a las circunstancias altamente peligrosas en las que opera nuestro personal. Algunos miembros de nuestro personal han perdido a familiares cercanos, incluidos cónyuges e hijos", indicó Russell.

La directiva reafirmó el compromiso de Unicef de permanecer en el territorio para ayudar a los niños y niñas, pero también advirtió a la ONU que "la situación empeora cada hora y, sin un fin urgente de las hostilidades, temo profundamente por el destino de los niños de la región".

"En nombre de todos los niños atrapados en esta pesadilla, hacemos un llamado al mundo a mejorar. Ya sean jóvenes que asisten a un festival de música o niños que realizan su vida cotidiana en Gaza, todos merecen la paz. Los niños no inician conflictos y no tienen poder para detenerlos. Necesitan que todos pongamos su seguridad al frente de nuestros esfuerzos e imaginemos un futuro en el que los niños estén sanos, seguros y reciban educación. Ningún niño merece menos", finalizó.