La respuesta no te sorprenderá. Y por eso nunca fue una campaña del miedo: lo que viene ya lo vimos, no es nada nuevo. En un didáctico cuadro comparativo, el Celag analizó las “propuestas” que reiteran un modelo que ya ha demostrado ser fallido y muy costoso para la población.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), una institución dedicada al análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de los países de América Latina y el Caribe, elaboró un informe en base a las propuestas económicas de Javier Milei que están incluidas en el programa presentado por La Libertad Avanza a la Justicia Nacional Electoral.
En un didáctico cuadro, se muestran las 27 propuestas tomadas para el análisis (se excluyen algunas por estas razones) que resumen el plan económico de Milei y se las contrasta con las propuestas de otras tres experiencias conocidas de políticas neoliberales en Argentina: la Dictadura con la conducción económica de Martínez de Hoz entre 1976 y 1983, el programa económico diseñado y conducido por Domingo Cavallo durante los gobiernos de Menem y De la Rúa entre 1991 y 2001 y, por último, la experiencia de cuatro años de gobierno de Mauricio Macri y sus cuatro ministros de Economía entre 2016 y 2019.
Según se puede observar, sólo tres propuestas son originales de Milei, es decir, no tienen antecedentes en alguno de los otros tres gobiernos: eliminar el Banco Central, eliminar la coparticipación e implementar los vouchers educativos.
Es decir, sólo el 10 % de las políticas propuestas son originales si se las compara con el conjunto de las implementadas por estos tres gobiernos. Y en cuanto al match del plan del presidente electo con esas tres experiencias, su programa económico coincide en un 70% con la política económica impulsada por Cavallo, Menem y De la Rúa.
Luego, con un escalofriante 68% de similitudes, el plan de Milei se parece al que puso en funcionamiento Martínez de Hoz y la Dictadura.
A poca distancia, con un 63% de coincidencias, se ubican las similitudes con el programa de su actual socio Mauricio Macri.
El mismo plan económico, los mismos resultados
Javier Milei dijo hasta el hartazgo en campaña que "una Argentina distinta era imposible con los mismos de siempre" y que había que hacer cosas "nuevas" para salir de esta crisis. Bueno, ya vimos que los mismos de siempre serán parte de su gabinete y que sus políticas económicas no auguran un final distinto al de los períodos en que ya fueron aplicadas.
En una segunda tabla, Celag resume algunos resultados económicos de los gobiernos anteriores que implementaron las mismas políticas propuestas hoy por Milei.
Y lo que muestra es que fueron períodos de bajo crecimiento y una economía basada en la deuda y el negocio financiero, que se tradujo en la pérdida de bienestar de los trabajadores y crecimientos insustentables de la deuda que representaron una pesada carga para las generaciones y gobiernos futuros.
La deuda de la dictadura fue el desencadenante de la década perdida, la del gobierno de Menem-Cavallo terminó con la crisis de 2001, y la del gobierno de Macri con su derrota en primera vuelta y el retorno del FMI con el crédito más grande de la historia.
"El 90% de las propuestas de Milei tienen resultados que podemos anticipar, porque repiten políticas neoliberales que se practicaron en al menos uno de los tres intentos anteriores", señala el informe. "Milei se definirá como un austríaco o anarcocapitalista, pero su plan se parece en un 90% a los programas neoliberales que acumularon tres experiencias de fracasos en nuestro país".
Estas medidas repetidas consisten básicamente en:
-Apertura financiera: que siempre condujo a la especulación financiera, la fuga de divisas y la crisis de balanza de pagos, entre otras consecuencias negativas como el aumento de la renta financiera a costa de la rentabilidad de los sectores productivos.
-Apertura comercial: que siempre condujo al déficit comercial y la desindustrialización.
-Eliminación de la política fiscal: Reducción de impuestos, que siempre lleva a más desigualdad y más inflación y fuga de capitales; reducción del gasto, que siempre lleva a peores servicios públicos y privados y a más inflación; habrá algún ahorro en gastos de salud y educación, porque ya no vendrán los ciudadanos de países vecinos a curarse o estudiar, sino que, por el contrario, empezaremos a mandar enfermos y estudiantes a esos países porque acá desaparecerá la educación y la salud pública; Estado mínimo que implica peores servicios públicos, mayores costos de salud y educación, menos ciencia y más fuga de cerebros.
-Flexibilización laboral, que lleva a empleos precarios, inestables, inseguros y mal pagados. Aumentará la formalidad, porque los empleos formales pasarán a ser más parecidos a los informales de hoy.
-Aumento de la iniciativa privada y el emprendimiento, similar a Ecuador, El Salvador y Colombia, donde la gente decide seguir el camino que abrió Elon Musk y abrir quioscos, carritos de hotdogs y empresas lanzadoras de satélites.
-Aumento de la emigración para quienes busquen mejores empleos, y, en consecuencia, mejorarán los ingresos externos gracias a las remesas de los emigrantes que enviarán dinero a sus familiares.
-Privatizaciones de empresas y servicios públicos, como salud y educación.
-Eliminación de la política monetaria. Esta política ya se aplicó con la Convertibilidad y conocemos sus resultados. Anular la política monetaria podría lograrse de muy diversas maneras sin perder la soberanía monetaria. Adoptando una regla monetaria muy rígida, adoptando una caja de conversión como la Convertibilidad (que terminó con tasas de desempleo del 14 % con Menem, del 18 % con de la Rúa y con más de 21 % que generó la crisis de 2001).
-Sistema previsional de capitalización. Propuesta implementada completamente durante la Convertibilidad de enormes consecuencias fiscales. Transferirle los aportes y contribuciones a las AFJP le costará al país una reducción de los ingresos de casi el 6,7% que se transferirán a las AFJP. El gobierno continuaría haciéndose cargo de los pagos a los actuales jubilados y pensionados que equivalen a casi el 8% del PIB. ¿Como financiará esos gastos el gobierno? ¿Emitiendo más deuda por la que la sociedad tendrá que pagar intereses adicionales, que en los actuales niveles de gasto equivaldría a casi un 1% del PIB anual adicional? Es decir, tendría que asumir un déficit de casi el 9% del PIB adicional durante varios años hasta que el régimen de capitalización funcione plenamente.
La conclusión a la que llega el Celag es la que venimos advirtiendo desde hace tiempo: "No hay nada de original en el modelo económico que propone Milei. Es un copy-paste de un pasado que demostró ser muy costoso para Argentina, por el daño social que generó y por la deuda que heredó a las generaciones y gobiernos posteriores".