La entrada de nuestro país al bloque de las economías emergentes seguirá pendiente, según Milei, por razones ideológicas.

En agosto de este año, el grupo de economías emergentes BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, acordó el ingreso al bloque de Argentina, junto a otros países como Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. La incorporación se determinó para el 1° de enero de 2024.

De esta manera, con esta decisión los BRICS pasarían a representar el 36% del PBI mundial y el 46% de la población del planeta. En su momento, el presidente Alberto Fernández había destacado la incorporación por abrir “un nuevo escenario para la Argentina”.

La noticia de la integración de Argentina a este bloque había sido muy destacada por la posibilidad de enlazar nuevos mercados, favorecer flujos de inversión y la colocación de exportaciones, y de desarrollar mejoras tecnológicas en los procesos de producción. El BRICS representó en el 2023 el 30% del destino de las exportaciones argentinas, que de acuerdo a un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la gran mayoría de las provincias argentinas destina sus exportaciones a países como Brasil, China e India.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva había sido uno de los mayores impulsores de la incorporación de Argentina al bloque y en su momento había festejado la decisión en Twitter. Esto también se relaciona con que Brasil es el principal socio comercial de Argentina.

Sin embargo, resta aún saber cuál será la efectivización de la incorporación de Argentina, teniendo en cuenta el cambio de gestión presidencial. La designada Canciller de Javier Milei, Diana Mondino, declaró en noviembre que Argentina “no ingresará a los BRICS”. El rechazo de Mondino se vincula a la orientación que el gobierno de La Libertad Avanza quiere imprimir a su política exterior, esto es, de extremo alineamiento con los Estados Unidos.