Según los últimos datos del Indec, el gobierno de Alberto Fernández cerró con una pérdida de cerca del 5% para los registrados y de más de 30% para los no registrados.
La gestión de Alberto Fernández cerró su ultimo mes completo con 12,8% de inflación y subas salariales de 9,9% para los trabajadores privados registrados, 7,8% para los públicos y 8,3% para los no registrados. Concluyó así un gobierno que prometió recomponer los salarios con una pérdida total del poder adquisitivo, en comparación con diciembre de 2019, de 3,8% para los privados registrados, 4,7% para los públicos y un lapidario 33,2% para atrás en los no registrados.
En la comparación con la gestión de Mauricio Macri, se nota una fuerte diferencia entre los trabajadores registrados (generalmente sindicalizados) y lo que están fuera de la economía formal. Macri terminó con una caída del 20,8% del poder adquisitivo de los privados registrados y de 23,6% de los públicos, mientras que los no registrados perdieron 22,6%.
Es decir: hubo una pérdida de poder adquisitivo mucho menor entre los trabajadores que tienen paritarias, pero la brecha con la economía informal se disparó. Para peor, en todo 2023, apenas hubo un efecto de recuperación en en julio, vinculado también al aguinaldo, un derecho que gozan sólo los registrados.
Ya el resultado final de 2022 no fue bueno. Si bien los salarios públicos tuvieron una mínima recuperación, se pasaron todo el año corriendo desde atrás. Los privados también y, además, quedaron perdiendo. Y la situación de los no registrados en 2022 fue de total pérdida.
Un abismo que arranca 2015
En comparación con 2015, cuando Juntos por el Cambio llegó al poder, los trabajadores privados registrados llevan perdido el 21,5% de su poder adquisitivo y los públicos el 26,2%. Los trabajadores no registrados, cuyos datos de salario se publican desde noviembre de 2016, llevan una retracción acumulada de 49,1%.
Durante la gestión de Alberto Fernández el poder adquisitivo no cayó con la misma brutalidad que durante la gestión de Mauricio Macri, pero siguió en su camino descendente.
Que el porcentaje no confunda. Una caída del 20% del poder adquisitivo de un salario equivale a no tener más dinero el día 24 de cada mes. Es muchísimo.
La caída no es pareja. Durante el macrismo el poder adquisitivo se recuperó notablemente, sobre todo en los no registrados en las proximidades de la elección de 2017, que el oficialismo ganó, aunque nunca llegó a los niveles de 2015 (su "mayor" logro fue que los salarios privados quedaran 2,7% abajo de 2015). La mayor pérdida del poder adquisitivo se produce entre 2017 y 2019. La caída es abrupta.
La gestión de Macri terminó con una caída del 20,8% del poder adquisitivo de los privados registrados y de 23,6% de los públicos. Los no registrados perdieron 22,6% con Macri.
Se nota así una desigualdad muy marcada. El conjunto de los trabajadores perdió de forma compacta el poder adquisitivo durante el macrismo. Durante el gobierno de Fernández, los trabajadores con sindicatos y convenios colectivos mantuvieron, a duras penas y corriendo desde atrás, el poder adquisitivo. Durante los últimos cuatro años, los trabajadores no registrados quedaron completamente sueltos y desenganchados, perdiendo más poder adquisitivo como cuando sufrieron el macrismo (sobre todo si se considera el retraso en la medición de 2016).