ANUARIO 2023 | Las elecciones provinciales del 10 de septiembre marcaron el final del gobierno de Omar Perotti y pusieron al PJ santafesino en el campo opositor, como ocurrió entre 2007 y 2019.
El peronismo perdió la mayoría que tenía en el Senado desde 1987 y apenas pudo obtener 10 de las 50 bancas en la Cámara de Diputados. Desde el recambio de autoridades, el PJ solo gobierna el municipio de Reconquista y perdió dos de sus bastiones históricos: Rafaela y Esperanza.
El candidato a gobernador Marcelo Lewandowski fue duplicado en las urnas por el radical Maximiliano Pullaro: 1.031.964 votos contra 544.468.
Como cabeza de la lista de candidatos a diputados, Perotti quedó en segundo lugar, superado por la socialista Clara García que lideró la lista del frente Unidos para Cambiar Santa Fe. Los dos antecesores de Perotti –Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz– habían ganado esa categoría en 2015 y 2019, algo que el rafaelino no consiguió.
El urnazo contra el PJ santafesino, que había recuperado el gobierno después de 12 años, puede explicarse en buena parte por el fracaso de la gestión del presidente Alberto Fernández. Sin embargo, sería un reduccionismo pensar que la derrota en Santa Fe se debe solo a la “ola de cambio” que arrasó el país y terminó depositando a Javier Milei en la Casa Rosada. La gestión de Perotti nunca terminó de consolidarse, tuvo pocos puntos salientes –Billetera Santa Fe y el boleto educativo gratuito– y, sobre todo, no supo ofrecerle a la ciudadanía un proyecto de futuro.
El hecho de haber definido la postulación de Lewandowski pocas horas antes del cierre de listas fue un mensaje claro sobre el presente del PJ provincial, enfrascado en una interna inexplicable que contrastó con la unidad del campo opositor. Ahora, desde el llano, el peronismo deberá reinventarse –una vez más– para presentarse como una opción de poder ante una sociedad que pide soluciones urgentes.