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La octava edición impresa del año trató una problemática urgente: la crisis en salud mental. Entre la incertidumbre económica, la influencia de las redes sociales y las heridas de una pandemia que atizó la soledad de gran parte de la población, la ansiedad, la angustia y la depresión se volvieron un mal de época.
Para abordar el tema de la forma más completa posible, Pausa preparó un informe especial con una pluralidad de voces. Celina Pochettino, titular de la Dirección provincial de Salud Mental, dio detalles sobre el trabajo del Estado y reconoció la necesidad del trabajo intersectorial para dejar atrás las lógicas del manicomio.
Lucía Schnidrig aportó su mirada sobre los cruces entre salud mental, pobreza y violencia, anclada en la labor de quienes sostienen la salud comunitaria en barrios atravesados por los tiroteos, las adicciones y la crisis.
El psicoanalista José María Borlle reflexionó sobre algunos síntomas de época y su influencia. Analizó el mandato del placer permanente y planteó la cuestión del mercado como máquina de generar angustia.
Finalmente, Victoria Rinaldi, coordinadora del dispositivo de Acompañantes Terapéuticos de la Dirección Provincial de Salud Mental, resaltó los desafíos que enfrenta el Estado y apostó a reconocer los derechos de las personas con padecimiento mental.
