ANUARIO 2023 | El gobernador busca defender a Santa Fe del ajuste. Prioridades: educación y seguridad.
El triunfo arrasador de Maximiliano Pullaro en las elecciones provinciales puso a la UCR en el gobierno después de seis décadas. Para encontrar un gobernador de origen radical hay que remontarse a la época de Aldo Tessio (1963-1966).
La victoria de Pullaro fue histórica, además, por su volumen: cosechó 1.031.964 sufragios y se convirtió en el candidato más votado en la historia de Santa Fe.
Su gestión como ministro de Seguridad entre 2015 y 2019 no impactó en forma negativa en su candidatura. Por el contrario, la ciudadanía la puso en valor al contrastar aquella experiencia con los fallidos resultados del gobierno peronista que llegó a la Casa Gris con la promesa de “paz y orden” y dejó el poder con cifras récord de homicidios.
La inmensa acumulación de poder del nuevo mandatario puede observarse también en el mapa institucional de la provincia: el frente Unidos para Cambiar Santa Fe, que lidera la UCR, controla la Cámara de Diputados, el Senado y las principales ciudades de la bota, a excepción de Reconquista, el último bastión del peronismo.
Con semejante plafón, Pullaro inició su mandato dispuesto a poner en marcha una serie de reformas profundas sobre el sistema educativo, las políticas de seguridad y el diseño del Poder Judicial. Esos fueron sus caballitos de batalla durante la campaña y también sus primeros anuncios ya como gobernador en funciones.
Para entender el triunfo de Pullaro es necesario volver atrás en el tiempo. La construcción del frente Unidos para Cambiar Santa Fe es resultado de un trabajo paciente del radicalismo provincial tras la derrota del Frente Progresista en 2019 y se aceleró cuando el senador Felipe Michlig asumió la conducción del partido en marzo de 2022.
En las elecciones intermedias de 2021, cuando todavía no se había formalizado la alianza, Juntos por el Cambio ganó la provincia y Pullaro –que había perdido la interna por escaso margen ante Carolina Losada– puso en marcha su carrera al gobierno, que concretaría dos años después.
El espacio político de Michlig y Pullaro, con amplio despliegue territorial, comandó la construcción del frente opositor que se terminó de sellar a principios de 2023 cuando el socialismo se sumó al frente Unidos para Cambiar Santa Fe, una conjunción de 15 partidos con tres socios mayoritarios: la UCR, el PRO y el PS.
Al asumir como gobernador, el 10 de diciembre, Pullaro hizo hincapié en las políticas de seguridad y educación que buscará implementar durante su mandato. Pero, al ampliar el foco sobre la realidad nacional, puso énfasis en potenciar el perfil productivo de la provincia de Santa Fe y planteó la necesidad de fortalecer la Región Centro como principal polo exportador del país.
En materia de educación, su primera medida fue eliminar el “avance continuo” dispuesto durante el gobierno de Omar Perotti. “La no repitencia fue algo que les hizo mucho daño a todos los estudiantes de la provincia de Santa Fe. Es un daño cultural. Los chicos tienen que ir a la escuela a aprender y tienen que saber que el que no aprende, va a tener un costo”, señaló Pullaro.
Además, avisó que llamará a los gremios docentes a paritarias en enero y no en febrero como ocurría hasta ahora. El nuevo gobierno pretende adelantar las negociaciones salariales con el objetivo de lograr un acuerdo que facilite el inicio de las clases en la fecha prevista: el lunes 26 de febrero de 2024. Pullaro prometió “trabajar para que los trabajadores del Estado no pierdan ante los índices altísimos de inflación que están teniendo” y se mostró a favor de las actualizaciones salariales “permanentes”.
La otra prioridad del nuevo gobierno es la seguridad. Apenas asumió, Pullaro firmó una resolución para que los agentes de la Policía y del Servicio Penitenciario no puedan tomar licencias por 90 días y también los desobligó de las tareas administrativas habituales. El gobernador quiere a la Policía “en la calle”, como prometió en campaña, para dar una señal a la sociedad de que habrá un giro de 180 grados respecto a la gestión anterior.
Además, ordenó una serie de medidas para sacar a los presos más peligrosos (de “alto perfil”) de los pabellones comunes y trasladarlos a una zona especial en la cárcel de Piñero donde no podrán mantener comunicación con el exterior. Pullaro está convencido de que muchos de los delitos mas graves (o al menos los más impactantes, como las balaceras en espacios públicos) son ordenados desde las cárceles y quiere ponerles punto final.
Con el apoyo explícito de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, el nuevo mandatario santafesino busca imponer una política de “shock” para pacificar la convulsionada ciudad de Rosario. La primera promesa de Bullrich fue el envío de agentes federales y, lo que constituye una novedad, también de personal de las Fuerzas Armadas.
Mientras busca resultados inmediatos en el combate contra la inseguridad, el gobernador de Santa Fe tiene un desafío mucho más difícil: sostener la economía en medio del “plan motosierra” lanzado por el presidente Javier Milei.
Para ello, Pullaro busca apuntalar un nuevo bloque con los gobernadores de Juntos por el Cambio para llevar adelante la compleja relación con el nuevo presidente, que está dispuesto a pasarle tijera al gasto público sin mayores miramientos, algo que impactará de lleno en las provincias, aun en aquellas que –como Santa Fe– tienen amplios recursos propios.
En sus primeros días de gestión, Pullaro dialogó con las entidades productivas de la provincia para evaluar el impacto de la devaluación ordenada por Milei. “Santa Fe aporta demasiado ya. No vamos a permitir que le sigan poniendo el pie en la cabeza a nuestros productores ni a los industriales”, fue la definición del gobierno provincial, lo que presagia un complejo escenario para los próximos años.