Con el presidente de gira por Israel y los puentes bastante rotos con la oposición colaboracionista, a partir de las 14:00 se juega el gran partido de la transa fina de la Ley Ómnibus. El poroteo es incierto ¿Qué empresas se privatizarán? ¿Sobrevivirán los glaciares? ¿Habrá canilla libre de deuda externa? ¿Qué será de los fondos de los jubilados?

La Cámara de Diputados retomará este martes a las 14:00 la sesión especial para continuar con el debate en particular, artículo por artículo, de la Ley Ómnibus, aprobada en general el viernes pasado. El poroteo es incierto, ya que hay intereses cruzados entre los partidos y diferentes necesidades de las provincias, a lo que se suma los sucesivos destratos del presidente al Congreso y la interna del gobierno, que impide cualquiera negociación coherente.

Los puntos más picantes del debate son facultades delegadas, deuda externa, Fondo de Garantía de Sustentabilidad y privatizaciones de empresas públicas. A esos se suman las desregulaciones o desguaces a la cultura: ley del libro y Conabip, Incaa, los institutos de Música y Teatro, el Fondo Nacional de las Artes. En lo ambiental, se destacan la disolución de las protecciones que ofrecía la Ley de Glaciares y la de Quemas.

Hay artículos propios de un régimen autoritario, como el que prácticamente prohíbe la actividad política para los empleados públicos o el que agrava penas para la protesta social hasta casi equipararla como delito al abuso sexual.

“No va a hacer lo que dijo porque el Congreso no lo va a dejar”.

Como prenda de cambio, se ha hablado en las últimas semanas de la coparticipación del impuesto PAIS al cambio de divisa. El rumor es que Javier Milei vetaría ese artículo de ser incluido en la ley. Lo mismo haría si se reintroduce una mejora en la fórmula para calcular los aumentos de las jubilaciones.

Las idas y vueltas entre Milei, sus negociadores y la oposición colaboracionista son de ardua e innecesaria reseña. Baste señalar que se verán varias votaciones cruzadas durante estos días (el debate no se resolverá hoy), con diputados que apoyarán algunas cosas sí y otras no. El resultado final está lejos de estar cantado.

Cabe recordar que La Libertad Avanza cuenta con sólo 37 diputados propios, por lo que todo el peso real de la confección y aprobación de esta ley corre en realidad por cuenta de los 37 votos del PRO, los 32 de UCR (dos votaron en contra) y los 18 que votaron a favor de Hacemos Coalición Federal, además de otros chiquitajes.

De dónde venimos

Sin que nunca hubiera un dictamen claro –en concreto: ni se sabía qué se estaba discutiendo realmente– la Cámara de Diputados aprobó el viernes en general, por 144 a 109 votos, la Ley Ómnibus. El texto original tenía 664 artículos, quedó con 365. En particular, el punto referido al Fondo de Garantía de Sustentabilidad estaba afuera al inicio de esa sesión y se coló de nuevo, después de la votación.

En cada caso, alcanza con que apenas unos 20 a 25 diputados colaboracionistas entiendan que algún punto particular de la ley les juega en contra para que el artículo se caiga, si se descuenta que ya 109 diputados votaron en contra.