Mujeres y diversidades volvieron a la calle en un nuevo Día Internacional de las Mujeres y Disidencias Trabajadoras. ¿Qué reivindicaciones empujaron a santafesinas y santafesines a marchar este año?
Por Victoria Stéfano.
Reprogramación de por medio, debido al conflicto con los pagos al transporte público de pasajeros, un nuevo 8 de marzo movilizó a miles de personas en la capital provincial por noveno año consecutivo. La particularidad de la efeméride es que fue el primer Paro Feminista de la era Milei.
Desde Pausa conversamos con referentes de distintos espacios feministas y de la diversidad sexual para saber bajo qué consignas se movilizaron en este contexto.
Contra el hambre
Lorena Ingüis es militante de La Poderosa de barrio Chalet. Cumple funciones dentro del comedor y colabora en las actividades de una de las cooperativas de trabajo que nuclea la organización y que llevan adelante las vecinas del sudoeste de la ciudad.
En diálogo con Pausa pudo sintetizar en una sola frase como se degradaron las políticas que pelean el hambre en los barrios de toda la argentina: “El año pasado peleábamos por un salario para las cocineras comunitarias, este año encabezamos la marcha con la Asamblea Ni Una Menos para pedir por la emergencia alimentaria”.
“Me parece muy fundamental e importante que salgamos hoy más que nunca para seguir peleando por nuestros derechos, por los derechos que han sido vulnerados por tantos años y por lo vamos a seguir peleando, porque el gobierno de Milei nos está queriendo callar. Muchas veces somos señaladas con el dedo diciendo que somos planeras, que tenemos hijos para poder cobrar una Asignación Universal por Hijo, la tarjeta Alimentar o un Potenciar Trabajo. No podemos vivir con setenta y ocho mil pesos al mes, no se llega con nada de todo esto ni a un cuarto de lo que es la canasta básica que tenemos hoy. Por eso somos quienes pensamos todo el tiempo en cómo salir adelante, porque somos trabajadoras de la triple jornada laboral. Trabajamos en nuestras casas y también salimos a trabajar para el mercado, como también trabajamos en los comedores comunitarios y eso es lo que molesta” deslizó la entrevistada.
Lorena hizo hincapié en el hambre como el enclave angular de este 8M y relató que en el barrio la situación es cuando poco crítica y el contexto del comienzo de clases agrava aún más las cosas. “No llegamos a comer ni siquiera tres comidas diarias, a veces una y con suerte y también se piensa cómo hacemos para llenarle la mochila a los chicos para que puedan educarse”. “¿Cómo podemos estudiar si no tenemos los medios como para hacerlo?” señaló.
En cuanto a las reivindicaciones del feminismo villero Ingüis también resaltó la importancia de seguir manteniendo en agenda lo que significó el aborto para los barrios en un contexto de retroceso. “Milei cerró el ministerio de Mujeres y quiere sacar también la ley de del aborto, que es una de las peleas que vinimos haciendo por muchos años y que conseguimos. Somos claras sobre esto, en los barrios no queremos ni una mujer muerta más en clandestinidad”.
Niñeces trans y “ollas vacías”
Giovi Novello, de la Asociación de Varones Trans de Santa Fe destacó que este año marcharon como organización “junto a las niñeces y adolescencias trans y sus familias” reforzando la consigna “La libertad de expresar: Nuestra identidad corre peligro”.
“En tiempos del gobierno de ultra derecha de Milei repudiamos el lamentable retroceso en donde se vuelve a deslegitimar la palabra de niños, niñas y adolescentes trans en las escuelas, los hospitales y los espacios recreativos. Sentimos día a día como los discursos de odio vuelven con más fuerza dejando el miedo como primera opción a la hora de expresar nuestra identidad de género en los espacios públicos y privados” explica el referente.
Pero además de las consignas específicas en referencia a las niñeces trans, el artista santafesino también apuntó a poner el cuerpo “contra las ollas vacías, visibilizando el desfinanciamiento de los comedores donde compañeros y compañeras trans del territorio sobrevivían día a día”.
“En un contexto desesperanzador para la sociedad toda, nos parece sumamente importante salir a la calle con la seguridad que siempre caracterizó a nuestro colectivo, que aún encontrándonos en soledad logramos conquistar las leyes que nos amparan y que ya no negociaremos” concluyó.
Por Alejandra Ironici
Desde el Movimiento de Integración sexual, Étnica y Religiosa, para Lucy Gimenez la vuelta a las calles en este contexto fue “por los derechos conquistados, contrarrestando a las resolución de Milei de sacar el ministerio de Mujeres; la baja de muchos programas Potenciar que son la única entrada para las personas del colectivo; por la inflación masiva y los salarios bajos, que quedaron por debajo de la canasta familiar y el intento de cierre del Inadi” y señaló particularmente el pedido de justicia por la ex presidenta de la organización Victoria Alejandra Selenia Ironici-Castillo en el marco del arranque del juicio por su transfemicidio el martes 12 de marzo.
Además de las consignas tocantes propiamente a lo nacional y el juicio por Ironici, la educadora también alertó que en la provincia se “están dando de baja contratos por el Cupo Laboral Trans”.
“Hay compañeras del cupo laboral que no le han renovado los contratos y que por ley tendrían que haber pasado a planta pero no pasaron. Hay una barrida en los derechos conquistados” señaló Gimenez.
La referenta señala particularmente el caso de Verónica Acosta, trabajadora trans del ministerio de Gestión Pública que ingresó a través de las herramientas concedidas al Estado provincial en el marco de la ley 13902 y que desde el jueves 7 de febrero se encuentra cesada de las tareas que cumplía en esa cartera provincial.
Contra la gordofobia
Desde Existencias Gordas Santa Fe también compartieron a Pausa las reivindicaciones que llevaron a la calle esta 8M y explicaron que “la gordofobia es un sistema de opresión, que pone a les gordes en una situación de desventaja, injusticia y exclusión”.
En este sentido desde el grupo señalaron que la opresión y presión estética sobre los cuerpos de las feminidades y disidencias responde al sistema patriarcal. Y ello tiene implicancias concretas, por ejemplo, en el acceso a la salud.
“Las personas gordas merecemos acceder a un sistema de salud integral e inclusivo, que no rechace, estigmatice ni expulse. Etiquetarnos como personas enfermas nubla la visión de la medicina y, en consecuencia, les gordes somos tratades de manera diferenciada en el sistema de salud. El equipo médico no apto para nuestro peso nos impide tener un diagnóstico certero, y el sesgo de los estudios clínicos al no incluir la diversidad corporal nos deja sin respuestas y vulnerables a la hora de pensar sobre la eficacia de los medicamentos que necesitamos” explicaron desde la organización y apuntaron en contra de la patologización de las personas gordas en los espacios médicos.
En el mismo sentido resaltaron la necesidad de transversalizar esto a las presiones estéticas que reciben mujeres y disidencias gordas y las niñeces. “El estrés generado por las presiones sobre los cuerpos de las infancias afecta su desarrollo y crecimiento personal. Creemos fundamental promover una cultura que celebre la individualidad y anime a las infancias a explorar sus intereses y talentos, libres de presiones estéticas que las condenen” indicaron.
Otra de sus consignas fue la implementación de la Ley de Talles, promulgada en noviembre de 2019 y que ante el preocupante giro de políticas, “el gobierno actual está demostrando un desprecio evidente por los derechos fundamentales de la sociedad, como lo es el de vestirnos”. “La extrema derecha viene por nuestros derechos adquiridos, y la Ley de Talles no ha sido la excepción; la posible derogación de la misma deja en evidencia un enorme retroceso en cuanto a la ampliación de los derechos de les argentines” remarcaron y deslizaron que, para les activistas del espacio, su eliminación continúa perpetuando una cultura de exclusión y estigmatización.