El ataque de la canciller a la diputada nacional Natalia Zaracho demostró las contradicciones de quienes pretenden luchar contra una supuesta casta, pero promueven la elitización de la política.
No pasó desapercibido en redes el intercambio entre la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, y la diputada nacional y representante del Frente Patria Grande, Natalia Zaracho. Más precisamente, fue por la respuesta de la primera ante la defensa de Zaracho a un ataque del periodista Esteban Trebucq al llamarla “el fracaso de Argentina”.
“Tengo convicciones y las defiendo”, respondió la diputada, mientras que Mondino arremetió: “El problema no es que tengas o no convicciones, el problema es que legislás sin tener secundario. Encima como agravante, viviste prácticamente toda tu vida durante el kirchnerismo. Sos la evidencia empírica del absoluto fracaso que fue el curro del Estado Presente”.
No es la primera vez que Natalia Zaracho es el blanco de ataques libertarios. En otra oportunidad, la diputada nacional había sido atacada por haber dicho que no había alcanzado a leer el proyecto de la Ley Ómnibus durante su debate en comisiones. También había sido víctima de falsas acusaciones de defender a un acusado por el crimen de Morena Domínguez, la nena de 11 años que murió tras un asalto en Lanús en 2023.
El problema no es que tengas o no convicciones, el problema es que legislas sin tener secundario.
Encima como agravante, viviste prácticamente toda tu vida durante el kirchnerismo. Sos la evidencia empírica del absoluto fracaso que fue el curro del Estado Presente.
— Diana Mondino (@DianaMondino) March 4, 2024
Cada vez más queda en evidencia la estrategia de los dirigentes de La Libertad Avanza: marcar un enemigo y hostigarlo en redes sociales. Esto no es novedoso a nivel nacional, porque no se puede decir que haya empezado solamente con la aparición de LLA; pero hay algo de particular en la repetición y en haberlo vuelto una práctica habitual, casi cotidiana.
En el caso de Natalia Zaracho, las palabras de Diana Mondino van mucho más allá de este hecho particular. El mensaje de la Canciller, por un lado, cuestiona los principios de representación política que destacan la importancia de contar con diputadas como Zaracho; y por otro lado, demuestra la paradójica intención de instalar argumentos de elitización de la política.
¿Por qué Natalia?
En cuanto al cuestionamiento al valor que representa Natalia Zaracho como representante política, debemos partir del conocimiento de su historia. Asumió la banca el 16 de diciembre de 2021 en reemplazo de Daniela Vilar, que había asumido como ministra de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires. Natalia nació y construyó su militancia en Villa Fiorito, donde tuvo que empezar a cartonear a los 12 años luego de que su mamá fuera despedida de su trabajo en el 2001.
Tal como le contó a Natalí Risso en Página 12, Natalia tuvo que cambiar de turno en su colegio para cuidar a sus hermanos y sobrinos mientras su familia salía a cartonear. Luego comenzó a ayudar a su mamá y a su hermana más grande. A los 24 años se organizó en el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), ya que su mamá fue una de las impulsoras de la primera cooperativa cartonera, Amanecer de los Cartoneros. Más tarde se sumaría al Frente Patria Grande en 2015.
A pesar de varios intentos por retomar su educación luego del impacto de la crisis del 2001 en su hogar, en 2019, Zaracho terminó la primaria con el plan FINES.
“Por la patria cartonera, por la lucha de los pobres de nuestra tierra, sí juro”. Esta fue la frase que circuló durante esos días en la política nacional por la llegada de Natalia Zaracho a la Cámara de Diputados, un lugar al que resulta difícil acceder para grandes porciones de la ciudadanía. Ahora, ¿por qué es importante la presencia de Natalia Zaracho en el Congreso?
Tal como sucedió con la discusión de la Ley de Cupo Femenino en 1991, el objetivo era repensar la masculinización de la política argentina e incluir mecanismos de acción positiva para reducir las desigualdades de género en la participación política. Entre tantos fundamentos políticos que se pueden hallar en esta discusión, es posible pensar a uno de ellos como la representación política como semejanza. Esto es, plantear un cuestionamiento sobre la representatividad que tiene el Poder Legislativo sobre una sociedad en la que, en este caso, hay mayoría de mujeres.
El politólogo Gianfranco Pasquino en Nuevo curso de ciencia política indaga sobre los fundamentos de la representación parlamentaria, y entre ellos, la representación como espejo nos lleva a observar la importancia de Natalia Zaracho en el lugar que ocupa. La teoría de la representación como semejanza o como espejo plantea la necesidad de conformar poderes legislativos que representen fielmente todo el perfil de género, étnico, religioso, social, económico, profesional, etc, de la población.
Si bien está a las claras la imposibilidad de lograr una completa representatividad de la sociedad bajo estos aspectos, esta teoría plantea una discusión ineludible para reflexionar sobre la composición de los representantes en la política. En este sentido, dejando de lado los ideales, los valores y los proyectos de Natalia Zaracho, su presencia en la Cámara de Diputados es un valor en sí mismo para la representación política.
La presencia de Zaracho es un incentivo para esa “patria cartonera” a la que juró representar. Es un incentivo a participar políticamente, a revalidar un sistema democrático y a otorgar protagonismo a quienes estuvieron vedados de protagonismo por razones que trascienden lo normativo. Entonces, cuestionar la pertinencia de su rol político es oponerse a la dimensión incluyente de la política, es decir, promover una elitización, y ahí está la paradoja de Diana Mondino.
La paradoja Mondino
Nadie puede desconocer cuál es el significante vacío (o uno de los tantos) que aglutina a todas las personas que apoyan al proyecto libertario: la idea de la casta. Es una idea fuerza que revela una resistencia frente a una supuesta elitización de la política que se viene profundizando a lo largo de varias décadas.
Sin embargo, suponiendo que ese axioma fuera cierto, el cuestionamiento de Diana Mondino a Natalia Zaracho (esto es, no podés ser legisladora sin secundario completo) no solamente es pretender anular la participación política de ciertos sectores por razones arbitrarias y sin fundamentos constitucionales, sino que también es transformar las cualidades de los representantes en más restrictivas, más excluyentes, más elitistas. Por lo tanto, la denuncia contra una supuesta casta y la intención de volver a la política más elitista coexisten en Mondino.
A partir de ello, considero que hay dos aspectos que resultan relevantes de ser mencionados. Por un lado, si resultara admisible el argumento de Mondino, de la misma forma se podría cuestionar la probidad de Javier Milei para la Presidencia de la Nación, a quien no se le conoce gestión alguna en lo público, y por lo tanto, se podría asumir que desconoce del funcionamiento de la administración pública. ¿Una empresa contrataría como CEO a alguien sin experiencia laboral?
Por otro lado, sería interesante evaluar de qué manera es recibido el argumento contradictorio de Diana Mondino en el posible electorado sin secundario completo que apoyó electoralmente al proyecto libertario. No es menor pensar en la raigambre popular que tiene La Libertad Avanza, que permitió en gran parte el éxito electoral de esta coalición posicionada en el campo de las derechas.
Incluso, un ejemplo muy claro del componente popular del proyecto libertario fue la candidatura del cantante El Dipy para ser intendente de La Matanza en el 2023. El cantante tampoco contaba con el secundario y el año pasado dijo haber estado terminándolo en medio del lanzamiento de su carrera política. Sin embargo, parece que su presencia en el mismo espacio político de Diana Mondino no parece haber recibido las mismas reservas que tuvo con Natalia Zaracho.
Por lo tanto, el ataque de Mondino no hace más que mostrar su cuestionamiento selectivo, porque en definitiva su pretensión excluyente de la política no abarca el sistema político de forma íntegra, sino que es exigido de acuerdo a los ideales y los valores que sostenga un representante.
La intención de la canciller libertaria no es proponer unos nuevos estándares para la relación entre gobernantes y gobernados; la intención es invalidar saberes, subestimar el conocimiento y los aportes a la política que puede traer Natalia Zaracho. Y al mismo tiempo, es anular la voluntad de miles de ciudadanos y ciudadanas que desearon la voz de Zaracho en el Congreso para verse identificados.