—Buenas, ¿cómo anda? Lo veo contrariado, pero con un leve aumento de nicotina en sangre.
—No le cuento para no darle envidia. Feliz de la vida, sabiendo que nunca fui calle ancha avenida o bulevar.
—A qué se debe tanta felicidad entre tanto bache lleno de barro.
—Del barro nace la vida, estimado, del barro venimos y al barro… no, no era así, bueno, algo así. Y sí, volví a fumar.
—Estamos peor, pero estamos mejor, porque antes estábamos bien, pero era mentira. No como ahora que estamos mal, pero es verdad. Es una reflexión sobre la importancia de la autenticidad y la verdad, incluso cuando las circunstancias son difíciles. ¿le molesta si prendo un sahumerio?
—Me queda claro que usted no volvió a fumar. ¿Sabe que a los sahumerios los inventaron en un monasterio para disimular el olor de los cadáveres de los monjes que iban muriendo? No sé si es verdad, pero valoro una buena historia. ¿Usted no? ¿Quiere un pucho?
—Siempre hay que apostar a la Historia. Nuestro tiempo es hoy. Porque nuestra esperanza es fuerte. Cambio sahumerio por espiral. Prefiero combatir al Aedes aegypti, que encender la idea de la verdad “completa”.
—Un gran profesor decía que la verdad como concepto no existe como tal, existe como búsqueda. El problema es cuando los que saben dónde están no te dicen dónde están y te exigen un número de verdad. El otro día escuché en la radio que “aedes aegypti” quiere decir “malditos egipcios” o algo así. Es como una puteada. Quizás si nos tratáramos mejor… A veces me asusta que podamos perder la calma. A veces me éxito con la misma idea.
—Usted se excita con cada cosa. Igual me parece que anda con ganas de maldecir y nada más porque aparentemente según vi en tik tok significa: “El que es molesto, desagradable, odioso, indeseable” otros dicen que significa: “Aquel que habita en templos”. “Aegypti” se refiere a Egipto. ¿No pensó en hacer pilates?
—Poncio hacía Pilates y no guarda un lugar simpático en la historia. Estaba pensando en dedicarme al humor, pero a la posta la agarró la canciller y sobre todo el vocero presidencial, son un plato. Me matan, le juro… me matan. ¿Usted sigue nadando? ¿Nota algún cambio en su capacidad pulmonar? ¿Le consulto porque me parece que nos va a ser falta… se volvieron a poner de moda los gases, vio?
—Nadar contra la corriente siempre hace bien y sirve para tener antiparras a mano. A los gases, limón y no se olvide que a los impuestos que no pagan los ricos, los pagan con la de todos.