Con Milei, el peso de los impuestos a la producción, el consumo, las transacciones y el comercio exterior aumentó del 46,7% a 54,4%, mientras que el único componente del gasto público que subió fueron los servicios de deuda. Los datos provienen de un estudio presentado a los legisladores Paco Garibaldi y Mariano Cuvertino.
Un estudio elaborado recientemente por la Fundación DEMOS sobre la composición del gasto y los ingresos públicos observa un aumento de la dependencia fiscal sobre las actividades productivas, luego de la implementación de la nueva política económica del gobierno nacional.
Según surge del trabajo, el 54,4% de los ingresos públicos proviene de impuestos sobre la producción, el consumo, las transacciones y el comercio exterior (retenciones a las exportaciones e impuestos a las importaciones como el PAIS). Se trata de una cifra mucho mayor a la que se recaudó, por ejemplo, en ganancias, que apenas llega al 7% y también por aportes en seguridad social, en torno al 28,6%.
En parte, se trata de una herencia tributaria del período 2019-2023, que ya anclaba la suerte del ingreso fiscal a la actividad productiva y el comercio exterior. Lo que el informe alerta es que en el último trimestre la incidencia de estos impuestos en la composición del ingresó subió casi 8 puntos y pasó de 46,7% a 54,4%, incremento que se explica centralmente por los gravámenes al comercio exterior.
El trabajo fue elaborado por economistas de diferentes universidades nacionales y presentado este viernes a los legisladores Paco Garibaldi y Mariano Cuvertino, quienes destacaron el valor de este insumo para tomar decisiones en favor de los intereses de Santa Fe. “El informe deja en claro el peso excesivo de las retenciones y otros impuestos al comercio exterior y la producción, lo que convierte a la Argentina en un caso único en la región”, dijo Cuvertino.
“Es importante comprender que esta política forma parte de un intento por bajar los precios de los alimentos, algo que es correcto y que apoyamos, pero tal como están son impuestos que distorsionan los aportes de las regiones económicas y son las provincias productivas como Santa Fe las que terminan sosteniendo los ingresos del estado, mientras que otros sectores de relevancia no tienen esta carga tributaria y por lo tanto no aportan solidariamente su riqueza. Son impuestos que además provocan tensiones a nivel federal difíciles de resolver”, agregó.
Servicios de deuda y sector financiero
Cuvertino comentó también sobre otro dato relevado en el informe y es que el único componente del gasto público que subió fue el servicio de deuda, que se disparó con la devaluación y la inflación. Su participación aumentó 16 puntos porcentuales en un trimestre, siendo el sector financiero extremadamente beneficiado por la política devaluatoria.
“Detrás de estos números se puede entrever la intención de favorecer un modelo económico que, de seguir potenciándose, nos pone en alerta ya que no se ve con claridad una propuesta que aliente la inversión y el desarrollo del sector agroproductivo de la región centro del país. A su vez evidencia una vez más la necesidad de una reforma fiscal con visión federal”, agregó Cuvertino.
“El equilibrio fiscal debe acompañar al desarrollo productivo de nuestras economías regionales”, insistió el legislador.
Por su parte, el senador Garibaldi destacó la ventaja de contar con este tipo de trabajos a la hora de tomar decisiones. “Es importante analizar la realidad en base a información comprobable y objetiva, para que a la hora de tomar decisiones podamos defender siempre los intereses de Santa Fe. Nuestra provincia tiene una historia de trabajo y esfuerzo que hoy la posiciona a la vanguardia de la producción agropecuaria e industrial. Ese legado y ese presente es el que vamos a defender”, finalizó.