Mientras hay despidos masivos en los supermercados, la inflación de abril corre al 8,8%

El comercio y la producción están paralizados, la recesión se dirige a una depresión y los despidos comienzan a ser una moneda corriente. Ese es el método de Javier Milei para que la inflación corra en abril al 8,8%, el mismo mes en que la ventas minoristas cayeron 7,7%. Desde que asumió, los precios aumentaron 106,9%.

A fuerza de una recesión casi equivalente a la de la cuarentena por el coronavirus, el gobierno de Javier Milei logró que la inflación de abril corra al 8,8%, según informó el Indec. El acumulado anual es de 65%. Desde que asumió el gobierno liberal, los precios subieron un 106,9%.

El rubro que más subió fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%) por los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad. Le siguieron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Prendas de vestir y calzado (9,6%) por cambios de temporada.

La suba de 8,8% sigue siendo superior al 8,3% de octubre de 2023, cuando el gobierno de Alberto Fernández estaba digiriendo la devaluación post primarias impulsada por el FMI. Para mayo se suspendieron las nuevas subas de tarifas, en pos de lograr que la cifra de la inflación siga su tendencia a la baja. De todos modos, los salarios vienen corriendo muy por detrás, por lo que la reactivación se ve lejana en el horizonte.

Con esta suba de 8,8%, el precio real del dólar ya está por debajo del que tomó el ministro de economía Luis Caputo al momento de su megadevaluación. La única pregunta sustantiva para la dinámica económica es cuánto va a aguantar el dólar bajo. Desde el Caputazo, los salarios no se recuperan, lo cual indica que las claves liberales para morigerar la inflación son tanto el ancla cambiaria como la salarial. Chocolate por la noticia: es la sexcentésima septuagésima octava vez que esto pasa. 

Es obvio que el salario no se va a recomponer: el Estado está haciendo todo lo posible para que eso no ocurra. La pregunta es cuánto va a aguantar el ancla cambiaria. O más bien: qué va a pasar cuando los costos se vuelvan a disparar con una inevitable devaluación. Más directo: el tema es cuántas empresas van a quebrar después de la próxima devaluación, cuando el traslado de los costos a los precios deje a sus productos fuera del mercado. En verdad, el tema es cuántos trabajadores más van a ser despedidos. Es decir, el tema es cómo mierda vamos a salir de esta depresión.

En detalle

Alimentos y bebidas no alcohólicas registró una suba del 6%. Durante el último año, los precios de la comida aumentaron un 293% (el nivel general del IPC fue 289,4%). El rubro más desbocado en el último año es Comunicación (369,1%). El mayor aumento de Comunicación, que es telefonía e Internet, se registró durante la era Milei (106,5% en los cuatro meses de 2024).

Lo mismo sucede con las tarifas y los alquileres: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles es lo que más aumento en estos cuatro meses (110,5%). Ese es el costo de liberar a las energéticas y de derogar la Ley de Alquileres.

Hubo alimentos sensibles que registraron deflación. La crisis de consumo es tal que, mientras se despiden trabajadores en grandes supermercados, como Chango Más, Día o Diarco, caen en abril los precios de las Galletitas de agua, la Harina de trigo común 000, el Arroz blanco simple, el Jamón cocido, el Salchichón, el Aceite de girasol, el Tomate entero en conserva, las Arvejas secas remojadas, el Azúcar y el Café molido, que no son alimentos con variaciones estacionales.

 

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