Desde 2015 se suceden socavones a lo largo de la cloaca máxima, bajo el bulevar. El conducto se fisura y los efluvios licúan y tragan la tierra. ¿Nos hundimos en la caca?
Aguas Santafesinas SA es la empresa estatal encargada de proveer agua y cloaca a los santafesinos. En diálogo con Pausa, su vocero, Germán Nessier, cuenta qué están haciendo para enfrentar la sucesión de cráteres que desde 2015 se vienen produciendo en el Bulevar por las roturas de Colector General cloacal o, como se conoce popularmente, la cloaca máxima.
Nessier indica que en este momento hay dos situaciones principales relativas al Colector General, sobre el Bulevar: una en 9 de Julio y la otra en Urquiza. Respecto de la última, “está en curso la construcción de una cámara para subsanar lo que tiene que ver con las intervenciones anteriores que se hicieron en ese lugar, que corresponden a la situación de emergencia sobre Urquiza y a la renovación preventiva del colector hacia calle Francia, prácticamente en toda esa cuadra. Ahí se va a construir una cámara, con una metodología constructiva innovadora y mitigando el impacto en el entorno, permitiendo a futuro poder acceder al conducto con equipos que hasta ahora no dispone el conducto, que sólo tiene bocas de acceso para mantenimiento hidráulico básico, no para ingresar con equipos”.
Respecto de 9 de Julio, el vocero explica que “La información está siendo analizada, la empresa va a tomar medidas adicionales para poder establecer exactamente, cuál es la afectación de esa zona. En una primera instancia, se consolidará el sector con la colocación de tabla estacas, para evitar mayores desmoronamientos, e iniciar la primera tarea, tendiente a remover lo que ha ingresado dentro del conducto, tanto de tierra como de la rotura de pavimento, para asegurar el escurrimiento de los líquidos y el funcionamiento del sistema, que es fundamental. En segunda instancia, ya está aguardando la oferta, tanto técnica como económica, de distintas empresas para poder hacer la reparación de este tramo”.
Hay otro cráter, al borde del Club Unión. Al respecto, Nessier señala que, como sucedió el año pasado con el socavón de Pedro Vittori y Luciano Molinas, “no tienen que ver con el Colector General, sino con conductos primarios del sistema cloacal. Cada uno tiene características particulares. Cada obra tiene componentes, funciones y escalas específicas. No son igualables”.
—¿Cómo es el sistema cloacal de la ciudad?
—El sistema cloacal de la ciudad tiene una amplia red de cordura, son más de 680 kilómetros. Todos los conductos se ubican bajo la vía pública, que está pensada para eso. En las arterias principales, generalmente se aprovecha para poner los conductos principales, por una cuestión de escala. Y donde están los conductos principales, cuando se producen se producen fallos, la magnitud de la evidencia en la superficie es mayor, por este motivo, y también por otro motivo, que tiene que ver con las características del suelo donde está asentada la ciudad, limo arcilloso propio del valle aluvional del Paraná, que hace que se agudicen aún más estos inconvenientes cuando se registran.
—¿Por qué se están produciendo estos socavones desde 2015?
—Todo está asociado a algo, que ya lo sabemos y venimos diciéndolo hace muchos años: el sistema cloacal de la ciudad, cuando se registran abundante o consecutivas lluvias, puede evidenciar fallas que pudieron no haber estado diagnosticadas previamente y que son a consecuencia de que el sistema cloacal pasa a suplir otras funciones para los cuales no está concebido. Es un sistema que tiene que funcionar por gravedad por pendiente y los conductos que se utilizan no están preparados para recibir excedentes de presión como cuando se registran estas lluvias. Nuestro sistema, dependiendo de la intensidad de la lluvia, pueden desde triplicar a quintuplicar la cantidad de líquidos que transporta, por aportes que no deberían producirse de las lluvias que ingresan al sistema, tanto por malas conexiones, cruzamientos del sistema, en domicilios particulares como en otros puntos de ambas redes, que ocasionan que se presurice y se vean forzados los materiales. Esto abruptamente se evidencia y después hay que subsanarlo. La escala es mayor adonde hay conductos de mayor importancia, pero lo mismo sucede en cualquiera de estos 600 kilómetros de red que tenemos distribuidos en toda la ciudad, el servicio cubre aproximadamente al 70% de la población.
—¿Qué hace la empresa para abordar el problema?
—Lo que se está trabajando entre la empresa y la Municipalidad es tratar de evitar estos incidentes por los aportes que se puedan producir entre ambas redes. Particularmente, en las cuencas del servicio cloacal donde detectemos que hay mayores aportes, haremos inspecciones conjuntas en la instalación interna de los domicilios para establecer si la descarga de ambos sistemas está diferenciada, como se debe. Hasta ahora, las instalaciones internas no son controladas por ningún organismo, ningún ente, porque la empresa solamente tiene potestad en la vía pública, hasta el límite de la línea edificación y no en el interior de las viviendas. Esto ha dado lugar a que en los años se hayan producido muchas anomalías, no se respetan las normas técnicas que se deberían respetar de separación y diferenciación de los desagües pluviales y de los cloacales. También, en la reunión que se produjo en el Concejo, se mostraron predispuestos a generar normativa que pueda evitar que subsistan estas malas prácticas. También se está trabajando en forma preventiva a partir de un convenio que se va a firmar con la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL para estudiar las características del suelo y la situación del subsuelo en toda la traza de este Colector General. Primeramente, se contó con la colaboración de ellos para reunir más información sobre el último episodio en Bulevar y 9 de Julio.
No son los edificios
—Durante las últimas dos décadas aumentó la población y se densificó. ¿No incide eso en la capacidad de la cloaca?
—Respecto de los edificios lo que te puedo decir es que no tiene ninguna relación la densificación urbana con la preparación del sistema cloacal. Las descargas en altura no tienen que ver con una mayor presión. La presión sí se genera por el ingreso excesivo de líquidos de origen pluvial, que no deberían ingresar al sistema cloacal y que deberían tener su propia red de conducción pluvial. La empresa colaboró con equipos propios haciendo algún apoyo a la limpieza de los desagües pluviales, que son de competencia municipal.
—¿Aguanta la cloaca máxima?
—Hoy tenemos el 70% de cobertura de la población y, en realidad, la red cloacal, incluso el Colector General que va por Bulevar, que es el de mayor escala y es sin duda la columna vertebral del sistema, aún por fuera de estas fallas está dimensionado para admitir muchos más líquidos de los que hoy transporta para su propia función, que es conducir los efluentes cloacales domiciliarios, exclusivamente, funcionando por pendiente por gravedad y que no tiene que ser presurizado.
—¿Se proyecta la construcción de un nuevo Colector General?
—En toda la zona que aún no tiene servicio, todo el extremo noroeste de la ciudad, en vez de que termine llegando hasta el Colector General actual, se haría un nuevo sistema que confluya hacia una futura planta de tratamiento en el noroeste de la ciudad, a lo mejor de características metropolitanas, incluyendo la ciudad de Recreo. Para eso ya hay ante proyecto y se están diseñando las obras en este sentido.