El equipo de la avenida se quedó sin entrar a la ronda final de la Copa de la Liga y nuevamente quedó afuera en la primera ronda de la Copa Argentina. ¿El Tate quiere la gloria o se conforma con esquivar el descenso?
El domingo terminó la Copa de la Liga, con la consagración de Estudiantes ante Velez. Unión terminó en el puesto ocho del grupo B, eso quiere decir que quedó afuera de la ronda final.
Desde lo estrictamente matemático terminó en mitad de tabla, tanto en su zona como en la tabla general, ya que de los 28 clubes que componen la Primera División, el Tate terminó en el puesto 14.
Por otro lado, la caída en la Copa Argentina ante Gimnasia de Mendoza hizo mucho ruido. Otra vez se fue en primera ronda, esta vez jugando contra los suplentes de un equipo que está en mitad de tabla de la Primera Nacional y sin siquiera llegar a penales: fue 2 a 1 en los 90 minutos.
1- ¿Es una buena campaña?
2- ¿Es mejor que la anterior?
3- ¿Tenía plantel para aspirar a algo más esta temporada?
4- ¿Cumplió con el objetivo?
A esas preguntas, básicas para empezar a analizar a un equipo cuando termina una etapa, hay que agregarle otra, que es determinante: ¿qué quiere Unión? En la respuesta de la dirigencia y los conductores del fútbol profesional del club santafesino se contestan con certezas las preguntas anteriores.
Pero vamos al balance de lo que mostró Unión en estos meses de fútbol, y quizás ahí encontremos las respuestas que nos lleven al nudo del conflicto futbolístico.
1- Para calificar la campaña de buena, regular o mala es necesario saber a qué se aspira.
2- Se puede responder desde lo matemático que es mejor que la anterior, porque sacó cuatro puntos más que en la última Copa de la Liga. Sin embargo, no jugó mejor, y en este torneo el rendimiento de los rivales que luchan para no descender fue muy pobre.
3- La calidad del plantel, en la previa, parecía levemente superior al que terminó jugando en 2023. La llegada de Gamba, los hermanos Pittón y Torrén debían darle al grupo una dosis de experiencia y algo más de jerarquía.
4- En este punto es donde más se necesita saber qué quiere Unión. Se puede decir que cumplió con el objetivo de sacarle mayor distancia a varios equipos que luchan por el descenso, si es que la meta se limita a no descender. No se cumplió con el objetivo si se aspira a ser protagonista en algún torneo, léase clasificar a la ronda final. Si se toman las declaraciones de Cristian “Kily” González (DT) en algún momento del campeonato, cuando habló de pelear por un puesto de clasificación, pues no se cumplió con el objetivo. Mientras que la gran autoridad de Unión, Luis Spahn, jamás habló de aspiraciones que se vinculen a luchar por un campeonato.
En esta última parte está el eje de este asunto, ya que dicha meta requiere de un convencimiento de todas las partes para ir por un objetivo único y claro.
Los ingresos a la Copa Sudamericana (2019, 2020 y 2022) fueron el techo deportivo y un paso hacia adelante en la historia rojiblanca, pero en poco tiempo se diluyeron como objetivo trascendente. Vale recordar que en Argentina se puede terminar en el puesto 11 o 12 y así ingresar al segundo torneo continental en importancia. Además, la exigencia del hincha es entrar a la Sudamericana e intentar ser protagonista, ya no se conforma con jugarla o tan sólo llegar a octavos de final (mejor rendimiento en 2022).
De esa participación, que terminó con la eliminación ante Nacional de Montevideo en Santa Fe, a llegar a tener que ganarle a Tigre (en noviembre de 2023) para no descender, apenas pasaron 17 meses. En ese corto tiempo Unión vendió algunos jugadores surgidos de las inferiores y esas negociaciones le dejaron una muy buena suma de dólares a la tesorería rojiblanca.
En la venta de futbolistas se puede encontrar un objetivo claro de la dirigencia. Gastón González, Portillo, Nardoni, Imanol Machuca, Esquivel, Kevin Zenón son los nombres con los que Spahn puede decir que Unión es un club que produce y vende, y gracias a eso puede sortear los problemas económicos que tiene cualquier club argentino.
Da la sensación de que con eso no alcanza. Muchos socios, hinchas y la gran mayoría del arco opositor pretenden desde hace algunos años el famoso “salto de calidad”. En este punto se debería dar la gran discusión en el mundo Unión.
¿Se repite la escena?
Al cierre de esta edición el plantel estaba de licencia y puertas adentro de la Comisión Directiva se debatía la continuidad del Kily González. Hace un año, en abril de 2023, en Unión despedían a Gustavo Munúa.
El DT uruguayo había tenido un buen comienzo al frente del plantel −fines de 2021−, un buen inicio de 2022 con un resonante triunfo al River de Gallardo y una aceptable Copa Sudamericana. Pero en los campeonatos locales se veía un claro retroceso futbolístico, que nuevamente lo ponían lejos de las clasificaciones para los torneos internacionales y sin acceso a la ronda final de la Copa de la Liga 2022.
Vale recordar que el fútbol argentino en 2022 terminó mucho antes, ya que en noviembre se disputó el Mundial de Qatar, por lo que la dirigencia tenía tiempo para evaluar y tomar decisiones. Luis Spahn decidió la continuidad del entrenador, lejos de observar que el ciclo tenía olor a terminado. El presidente le renovó el contrato y a las pocas semanas lo despidió. Hoy Unión le debe dinero a Munúa y el uruguayo lo inhibió en FIFA.
Hay decisiones que salen caras, desde lo futbolístico y desde lo económico. Hoy la conducción del Kily González también tiene olor a ciclo cumplido. Desde que llegó el rosarino (junio de 2023) el equipo nunca evolucionó, siempre jugó de la misma manera, no se observaron variantes tácticas (siempre línea de cinco) y no se promovieron jugadores de las inferiores, como sí había sucedido con los entrenadores anteriores (Azconzabal y Munúa). El equipo en ambas Copa de la Liga no se clasificó y se salvó del descenso ante Tigre en la última fecha del año pasado. Ese encuentro el DT lo toma como un mérito, y hasta dijo en una conferencia de prensa que fue “el partido más importante de la historia de Unión”. No solo no hizo crecer al equipo, sino que, además, desconoce la historia del club en donde trabaja.
La última foto para olfatear un ciclo cumplido es la del capitán tatengue. Cuando terminó el partido de Copa Argentina en Junín, con la herida muy abierta por la derrota inesperada, Claudio Corvalán tiró ante la prensa: “Si queremos cambiar las cosas hay que replantearnos muchas. Vienen cinco partidos ahora y aquellos que quieran estar, que se queden, y los que no, que se vayan”.
💥"EL QUE NO QUIERA ESTAR EN UNIÓN, QUE NO ESTÉ"
🔴⚪️Duras declaraciones de Claudio Corvalán luego de la eliminación de #Unión en #CopaArgentina ante Gimnasia (M) quién además le pidió disculpas al hincha.
¿Cuál es tu opinión? 👇 pic.twitter.com/UsmhXkPjos
— Sol Play 91.5 (@SolPlay915) April 18, 2024
En el sí o no al “salto de calidad” que se debería poner en discusión el mundo Unión tendría que poner en un pizarrón la primera parte de la frase de Corvalán: “Si queremos cambiar las cosas hay que replantearnos muchas”.
El tiempo y los proyectos
En el mes de septiembre Luis Spahn cumplirá 15 años ininterrumpidos como presidente del Club Atlético Unión. En tanto tiempo se pueden encontrar cuestiones positivas y negativas, indudablemente la masa societaria que tiene el derecho a votar encuentra más positivas, de lo contrario no ganaría las elecciones. Pero más allá del legítimo derecho a seguir gobernando, el futuro del fútbol profesional (corazón del club rojiblanco) debe discutirse profundamente.
Se podría ingresar a temas obras (conclusas e inconclusas) y también a consultar a diferentes actores de la vida institucional por cuestiones económicas, ya que son temas fundamentales en la vida del club, pero en esta nota nos situamos en el fútbol profesional. Y en este punto Unión no tiene personas que estén altamente capacitadas para tomar decisiones, Spahn deja todo en las manos del técnico de turno, hoy el Kily González. Nadie sabe qué pasó con la secretaría técnica ni cuál fue el verdadero motivo de la ida de Battión y Amud. El fútbol rojiblanco sigue sin tener un predio propio, siendo uno de los muy pocos clubes de Primera División que no poseen algo tan indispensable para proyectar la columna vertebral de la institución. Y lo más importante para trascender: ¿hay interés en buscar la gloria?
La gloria no es salvarse del descenso, tampoco es llegar a octavos de final de una Sudamericana o estar cerca de meterse entre los cuatro mejores de la Copa de la Liga; Unión se debe dignar a armar un plantel que tenga como única meta jugar la ronda final del torneo que más chance le da a los equipos chicos y medianos del fútbol argentino para salir campeón.
El hincha tatengue quiere jugar por algo más que salvarse del descenso o ver si puede salir 11º o 12º para entrar a la Sudamericana. En la búsqueda de los objetivos más trascendentes un día se puede encontrar la gloria, pero para eso “hay que replantearse muchas cosas”, como dijo Corvalán.
Datos del Kily
Los fríos números del actual entrenador son los siguientes: dirigió 35 partidos, desde el primer encuentro ante Atlético en Tucumán al último por Copa Argentina, en Junín.
De la mano del Kily Unión ganó 9, empató 16 y perdió 10. O sea, de 105 puntos en juego ganó 43, apenas superó la barrera del 40%.