El gobierno de Javier Milei suspendió las políticas y licitaciones en relación al libro y la lectura. Mientras tanto, Santa Fe propone un plan de alfabetización en alianza con Natura. Qué pasa en otros puntos del país.
El Ministerio de Capital Humano dio de baja en abril el programa "Libros para aprender" y con él la compra prevista de 14 millones de ejemplares. Se trata de una de las políticas educativas del anterior Ministerio de Educación, que distribuía libros literarios y de texto directamente a estudiantes de instituciones educativas de todos los niveles, de todo el país.
Otra de las líneas era el Plan Nacional de Lecturas, que distribuyó también en todas las escuelas colecciones literarias, seleccionadas para los distintos niveles por comisiones de docentes y especialistas de las provincias, con criterios de calidad y diversidad de estéticas, formatos y editoriales. Además de las compras, sobra decir que se cayó el presupuesto que permitía la contratación de equipos jurisdiccionales para acompañar la llegada de los libros y desarrollar formaciones y otras actividades de mediación de la lectura.
A fines de abril, la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) y la Cámara Argentina del Libro (CAL) sacaron un comunicado para explicar que la compra prevista por la entonces Secretaría de Educación de la Nación formaba parte de “un proceso firme y transparente”, común a las licitaciones abiertas por Nación dentro de las políticas educativas relacionadas a la lectura.
Una de las editoriales presentes en las colecciones es la rosarina Libros Silvestres. Su editora, Carolina Musa, acaba de llegar de la Feria del Libro Infantil de Bolonia, las más importante del mundo, que seleccionó al sello en la lista corta de Mejores Editoriales Infantiles 2024 de Centroamérica y Sudamérica. De su catálogo de poesía y narrativa que explora distintos formatos y materialidades del libro álbum y el libro objeto, el Plan distribuyó “Fábrica de Escalofríos” de Horacio Cavallo y Tati Babini dentro de la colección Leer abre mundos para la Primaria. Luego, “Mi gato manteca” de María Laura Dedé estuvo dentro de la selección de Libros para Aprender para el Nivel Inicial. Libros hermosos, producidos en Santa Fe, que pudieron llegar a nuevas y nuevos lectores, a las bibliotecas de sus casas y de sus escuelas, a espacios donde muchas veces no llegan libros.
"En la primera convocatoria del gobierno de Alberto Fernández nos compraron 20 mil ejemplares que se repartieron en todas las escuelas de la Argentina. El impulso de esa compra nos permitió reestructurar la administración de la editorial pero también que nos conozcan en todo el país, y que muchas librerías de todas partes se interesen en nuestro catálogo, que es casi en un 100% de autorxs e ilustradorxs de Santa Fe. Para las editoriales pequeñas del interior del país las compras del (ex) Ministerio de Educación son cruciales no sólo para apuntalar cuestiones económicas sino también de promoción de la lectura y difusión de nuestros catálogos y nuestrxs autorxs (y literaturas) que son considerados periféricos aún viviendo en una ciudad tan vibrante culturalmente como es Rosario", explica Carolina.
Libros Silvestres también participó de la última edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en un stand colectivo junto a Abran Cancha y Muchas nueces (CABA), Ediciones de la Terraza (Córdoba) y Pez Menta (Mendoza), todas editoriales para infancias. “La evaluamos como una experiencia súper exitosa de cooperación federal, no obstante, se notó mucho no solo el escaso público (lo cual, por supuesto, redunda en las ventas) sino también la ausencia de stands. Faltó el ex Ministerio de Cultura, como ya se sabe, y tampoco estuvieron las provincias de Mendoza y Entre Ríos, por ejemplo. Otras, como las del NOA, se agruparon en un solo stand y el pabellón institucional”, llamado por su color, ocre, “en esta feria se parecía más a un gran salón de baile”, comparte Carolina sobre el evento.
Sobre posibles compras por parte de la Provincia, la editora resalta: “Tengo entendido que se estaba evaluando hacer una compra institucional de libros para primera infancia. Por supuesto, las compras institucionales son importantes siempre, y en mi caso valoro muchísimo que exista un interés en que lxs niñxs santafesinxs lean autorxs de la provincia, pero ni en cantidad de ejemplares ni en su impacto comunicacional se puede comparar con la compra nacional. Nuestro país es muy grande y culturalmente muy diverso, el Plan Nacional de Lecturas es (era) una de esas políticas que propicia especialmente la equidad en el acceso a la lectura y en ese sentido su desaparición no hace más que ahondar desigualdades y pobrezas que son ya estructurales o intrínsecas, no por eso menos injustas”.
¿Y qué leemos en Santa Fe?
Por el momento, en la provincia de Santa Fe se dio a conocer el Plan de Alfabetización Raíz, con Resolución N° 375 del 12 de abril. Propone, como lectura literaria para los primeros grados de la primaria, un único libro, dentro de una perspectiva más didáctica y cognitiva que cultural de la literatura. No se habla del nivel inicial, secundario ni superior. Parecieran haber diferencias con la línea de pedagogía de la lectura que venía trabajando la gestión anterior, pero, al cierre de esta edición, no fue posible tener respuestas por parte de los funcionarios de la cartera.
En una situación agravada por la falta de resolución de la política salarial, Sadop Rosario presentó un pedido de informe sobre los fondos e implementación del mencionado Plan, “hasta el momento la única política pública anunciada por José Goity”, tal cual refieren en su comunicado. Particularmente, sobre la incorporación, prevista en la resolución, de la gestión político institucional de la provincia al Programa COPLA del Instituto Natura. A su vez, marca Sadop, la resolución alude a “un equipo de capacitadores seleccionados (Prof. María Luciana Pepinó Vergniaud, Dra. Beatriz Diuk, Dra. María Elena Benítez), pero no menciona la metodología para su designación”.
COPLA es Cooperación para la Alfabetización, una alianza entre la fundación de la empresa cosmética Natura y la Asociación Civil Propuesta Dale!, creada por Beatriz Diuk. Concretamente, una propuesta enlatada que el Ministerio se compromete a imprimir y distribuir, asumiendo los costos. La alianza, y el hecho de importar contenidos, no son nuevos. En 2017, la gestión socialista del Ministerio de Educación comenzó a implementar las Tertulias Dialógicas Literarias, tan recordadas por la docencia, dentro del Programa Escuela Abierta. Se trataba, también, de una iniciativa del Instituto Natura, inspirada en una metodología para la educación de adultos nacida en los años 80 en Barcelona.
En una provincia tan rica económica y culturalmente, con contextos áulicos muy diversos –los barrios populares, la ruralidad y las zonas isleñas, los más paradigmáticos– y cantidad y calidad de profesionales, especialistas, autoras y autores, es difícil comprender la decisión de asociarse con una empresa para implementar una política de alfabetización.
Desde Córdoba
Volviendo al sector editorial, conversamos también con Karina Fraccarolli, editora de Comunicarte. El sello construye desde el corazón del país un catálogo de literatura infantojuvenil, libros de texto y de formación docente y colecciones de poesía, género, periodismo y teatro, entre otras colecciones. Una de sus últimas publicaciones es la novela “La bruja de los cangrejos” de Cecilia Moscovich. El proyecto tiene sus puertas abiertas en la Librería del Palacio, en Nueva Córdoba, con un gran rincón para infancias y libros y variedad de talleres literarios. Sobre la suspensión del Plan Nacional de Lecturas, ya realizada durante el gobierno de Mauricio Macri, Karina señala:
“En ese momento, significó una merma en la cantidad de novedades que se publicaban por parte especialmente de las editoriales medianas y pequeñas, que son las que más se benefician por estos planes de lectura. Sucede, entonces, que menos libros llegan a menos lectores y que, al caer los proyectos, el concepto de una editorial, también se cercena la libertad de expresión, la libertad de lectura. Queremos mirar el mundo, queremos desde el libro conocer otras fronteras”.
“El trabajo de las personas y de las instituciones especializadas en literatura no puede hacerse antes de que haya ido el Estado a plantar bandera lectora. Es como tirar semillas en una estepa. No va a fructificar porque no hay una trayectoria lectora, no hay un docente formado para que los chicos lean. Esa es la misión del Estado, siempre previa a la tarea del ámbito privado”.
“Cortar un Plan Nacional de Lecturas es hacer que no crezcan lectores, cortarlos antes de que puedan florecer. Van a leer a lo mejor Whatsapp, van a leer algo en Google y van a creer que eso es la mejor escritura y, bueno, eso entristece”, sintetiza la editora. “A través del plan llegan libros a pueblos insignificantes, si puede haber acaso un pueblo insignificante, a pueblitos que tienen a veces una única escuela multigrado. Creo que es algo más que un crimen y es lo que está sucediendo”, define, sobre la situación actual.
Por otro lado, Karina resalta una de las características de los planes de lectura en Argentina a diferencia, explica, del de México, que es que todos los libros seleccionados son distribuidos en escuelas con la misma factura que los que se pueden conseguir en librerías. Mismos materiales, colores, formatos. Se trata de un criterio democratizador que es muy difícil adoptar cuando las compras de libros quedan sujetas a los presupuestos de las provincias. Menos si, como en Santa Fe, se importan contenidos cerrados. “Un chico que recibe un libro idéntico al que puede ir a comprar una librería, también es un chico que se distingue, que se destaca, que se siente integrado. Hablamos de una escuela que pueda ser inclusiva y entonces hay que integrar y una manera de integrar es poner en manos de esos chicos un libro igual al que pueden ir a comprar otros chicos, otros ciudadanos del mismo país que tienen acceso al libro”, explica Karina.
En la Feria del Libro
Por último, conversamos también con Manuel Rud, editor de Limonero, otra de las editoriales que participó en compras del Ministerio de Educación entre 2021 y 2023. Publican libros álbum preciosos de autores como Nicolás Schuff, Gianni Rodari, Yael Frankel y Noemí Vola. “El Plan Nacional de Lecturas permitió, durante estos años, que un panorama muy amplio y diverso de obras, géneros, autores/as y editoriales estén presentes en todos los rincones del país. El impacto del corte feroz y explícito de estos programas tiene consecuencias muy graves no solo para la industria y el ecosistema editorial, sino que afecta de manera directa a niñas y niños lectores, ya que vacía su medio más inmediato y, en muchos casos, único de acceso al libros: la biblioteca de su escuela”, afirma Manuel. “De la compra 2023, el Ministerio de Educación todavía debe a muchísimas editoriales un porcentaje sensible del total. En nuestro caso un 10%. Digo esto porque no solo están decidiendo bajar a cero la compra de libros, sino que, en la práctica, no están respetando los contratos vigentes”.
Sobre la reciente última edición de la Feria del Libro, Manuel señala que, como la mayoría de los editores, notaron “una mengua significativa: no solo hay menos expositores y movimiento sino que, en nuestro caso (y sabemos que lo propio les ocurrió a muchos colegas), sufrimos una baja del 35% en ejemplares vendidos con respecto a 2023”.
Uno de los factores que explica la merma es que el presupuesto disponible para las bibliotecas que integran la CONABIP fue el mismo de 2023. Normalmente, la Feria es ocasión para que bibliotecarias de todo el país adquieran a mitad de precio –gracias al Programa Libro%– libros que, en muchos casos, ni siquiera llegan a sus localidades. En ese sentido, Karina de Comunicarte hace una comparación como las que le gustan al gobierno nacional:
“La asociación de bibliotecas considerada la más antigua del mundo está en Estados Unidos, la American Libraries Association (ALA). Hace compras enormes todos los años para proveer a excelentes bibliotecas dispersas en todo el país. Si una visita la Feria del Libro de Guadalajara, hay un día en el que todas las bibliotecarias de Estados Unidos cruzan para ir a hacer las compras de libros en español. Sabemos que la comunidad hispanohablante en Estados Unidos es enorme, supera los 40 millones de habitantes. Si miramos tanto al norte, podríamos también echarle una vista a eso”.
Una posdata: ALA fue fundada en 1876; la CONABIP, impulsada por Domingo Faustino Sarmiento, data de 1870.