Envalentonado tras la sanción de la Ley Bases, el presidente Javier Milei tuvo el tupé de expresar que el poder adquisitivo creció durante su gobierno. Con los últimos datos, de abril, el salario privado registrado llevaba una pérdida del 9,5% de su poder de compra, el público llevaba caído 21,5% y el no registrado un espeluznante 27,7%.
En diálogo con Antonio Laje, uno de sus voceros de La Nación +, el presidente Javier Milei sumó una cuenta más a su rosario de bolazos. "Si yo miro el salario real, el salario real está arriba de noviembre. Los últimos dos meses el salario real está creciendo. El salario real está mejor que cuando asumimos". Esa serie de afirmaciones es completamente falsa. El salario real tuvo un deterioro histórico en estos cinco meses.
El salario real es la diferencia que hay entre la variación de una canasta de bienes y servicios (lo que llamamos "la inflación") y la variación de los salarios. Los últimos datos para poder hacer esta comparación son de abril. Durante los primeros cinco meses de la gestión Milei, la inflación acumulada fue de 106,9%. En el mismo período, los salarios privados registrados crecieron 87,2%, los públicos 62,4% y los no registrados un 49,6%.
Desde que llegó al poder, y con los últimos datos disponibles, el salario privado registrado llevaba una pérdida del 9,5% de su poder adquisitivo, el público llevaba caído 21,5% y el no registrado un 27,7%. Milei miente.
El golpazo fue en diciembre de 2023, con la devaluación de Luis Caputo. Desde entonces, los salarios no se recuperan, lo cual indica que las claves liberales para frenar la inflación son tanto el ancla cambiaria como la salarial. Chocolate por la noticia: es la sexcentésima septuagésima octava vez que esto pasa.
Es obvio que el salario no va a mejorar. La pregunta es cuánto va a aguantar el ancla cambiaria. O más bien: qué va a pasar cuando los costos se vuelvan a disparar con una inevitable devaluación. Vale ser más directos: el tema es cuántas empresas van a quebrar después de la próxima devaluación, cuando el traslado de los costos a los precios deje a sus productos fuera del mercado. En verdad, el tema es cuántos trabajadores más van a ser despedidos. Es decir, el tema es cómo mierda vamos a salir de esta depresión.
Con los datos de abril se puede observar la dimensión del ataque frontal al poder adquisitivo de la gestión Milei. En cinco meses, Milei triplicó a Fernández en la pérdida de poder de compra de los trabajadores privados y quintuplicó en el caso de los públicos. Está orillando las mermas que produjo Mauricio Macri en sus cuatro años. En el caso de los no registrados, ya superó a su aliado político.
Ups, no debí hacer eso
El famoso "cambio" elegido en 2015 nos hundió en un vórtice de pérdida para el bolsillo. Ese es el dato clave para entender el malestar social, que no se disipa. Tomando como referencia la variación del índice de salarios y de la inflación, según el Indec, desde diciembre de 2015 los trabajadores privados registrados perdieron hasta hoy el 29% de su poder adquisitivo, los públicos un escalofriante 42% y los no registrados un lapidario 63%.
Traducido a la vida cotidiana: para tener hoy el mismo poder adquisitivo que en 2015 hay que laburar el doble de horas. En una consideración gruesa, los trabajadores registrados tuvieron una pérdida muy importante del poder adquisitivo con el macrismo, quedaron abajo y sin recuperar nada (es más, perdieron un poco) con Alberto Fernández. Con la llegada de Milei, se derrumbaron. Por su parte, los trabajadores no registrados están un tobogán que parece no tener fin.
Así se ve la pérdida de poder adquisitivo de los privados desde 2015.
Así se ve la pérdida de poder adquisitivo de los públicos desde 2015.
Así se ve la pérdida de poder adquisitivo de los no registrados desde 2015.
Este cuadro compendia las tres curvas.