Organizaciones y activistas LGTBIQNB+ de todo el país se reunieron este fin de semana en Rosario, donde consensuaron una agenda en común frente a un Estado nacional que los tiene como uno de los objetivos de ajuste, represión institucional y estigmatización social.
Rosario fue sede este fin de semana largo del VI Encuentro Nacional LGTBIQNB+, el primero en 25 años que retoma una tradición iniciada hace casi tres décadas en Rosario. Luego de tres días de debates, talleres y actividades culturales, las organizaciones y militantes de la diversidad denunciaron que "los discursos de odio y silencios cómplices generan crímenes de odio".
El reclamo de justicia por los lesbicidios de Barracas; el fin de la impunidad judicial; el rechazo a la Ley Bases, al DNU 70/2023 y al desfinanciamiento de las políticas públicas de reparación y promoción a las diversidades; la sanción de una ley que desaliente y condene a la discriminación por identidad y expresión de género y de otra que amplíe derechos a las personas trans; y el respeto al cupo laboral en el Estado nacional, fueron parte de las demandas centrales.
Se trata de una agenda prioritaria y en común frente a un Estado nacional que, desde que es administrado por La Libertad Avanza, el PRO y otros sectores antiderechos, los tiene como uno de los objetivos de ajuste, represión institucional y estigmatización social.
Unes 1000 militantes de alrededor de unos 200 colectivos procedentes de 21 provincias se encontraron en la ciudad que alberga el monumento celeste y blanco, que homenajea el espíritu de la Independencia y la Libertad, visitado el jueves por el presidente Javier Milei, entre protestas y repudios.
Los convocaron múltiples desafíos y dos certezas, que plasmaron a lo largo del VI Encuentro Nacional LGTBIQNB+: ponés el cuerpo en defensa de los derechos conquistados y los que les restan por obtener, y “¡a los closets y a la cárcel no volvemos nunca más!”.
“Hoy más que nunca necesitamos defendernos porque estamos siendo nuevamente atacadxs por un proceso político, social y cultural de violencia contra nuestras existencias, identidades y derechos”, expresó uno de los pasajes más relevantes de la declaración, leída tras la marcha que recorrió el centro rosario y dejó el eco de sus reclamos en dos instituciones icónicas de esa ciudad: la Catedral y el Monumento Histórico Nacional a la Bandera.
El Encuentro y las luchas
El documento consensuado por las organizaciones anfitrionas e invitadas pretendió cohesionar y robustecer el posicionamiento político que vienen exhibiendo los colectivos LGBTIQ+ ante el gobierno nacional encabezado por Milei.
Se nutrió de las reflexiones de los 36 talleres y conversatorios que poblaron la agenda del viernes y parte de la del sábado. La coordinación, según consigna Somos Télam, se abocará en los próximos días a la elaboración de un texto final, el cual buscará sintetizar y amalgamar las conclusiones de los debates de las, les y los participantes.
El Encuentro dejó en claro que, pese a la saña de la que son objeto, la violencia que padecen las personas LGTBIQNB+ se da “en el marco de una agresión brutal a todo el pueblo argentino”.
“Nuestra comunidad, que ya sufre exclusión del trabajo, la salud, la educación, la vivienda, la cultura, el deporte, el bienestar, hoy está siendo muy afectada por el aumento de la pobreza y la indigencia, y por la destrucción de todas las políticas de asistencia, como la alimentaria”, indica el documento preliminar.
Travestis, feminidades y masculinidades trans, maricas, putos, gays, tortas, lesbianas, pansexuales, asexuales, no binaries, queers, bisexuales, intersexuales y demisexuales celebraron durante tres días que este reencuentro sirviese “para aprender de nuestra diversidad; para visibilizar y acompañar cada una de nuestras luchas; para interpelarnos sobre nuestras propias desigualdades de clase social, racialidad y género; para celebrar nuestras vidas y activismos; para reflexionar sobre nuestros propios errores, defectos y límites como movimiento; para construir las mejores estrategias y acciones colectivas para seguir luchando y reconstruir comunidad junto a todes”.
En tiempos anarco libertarios que pretenden instaurar la supremacía del individuo –voces del Encuentro lo identificaron como blanco, cis, héteronormativo y patriarcal- frente a los lazos comunitarios, las 1000 personas reunidas en Rosario dejaron una fuerte interpelación al interior de su movimiento: “Seamos más solidaries, menos individualistas, que nos duela como si fuera propia cada exclusión y violencia contra cualquiera de nosotres”.
En ese párrafo resonó el triple lesbicidio ocurrido el 6 de mayo en el barrio porteño de Barracas -una cuarta mujer logró salvar su vida-, la desaparición -ocurrida el 11 de marzo de 2021 en el conurbano bonaerense- de Tehuel de la Torre, y el travisticidio de Sofía Peralta -11 de abril de 2023- presuntamente en manos de 10 policías bonaerenses. Fueron tres de los casos que atravesaron el Encuentro, pero no los únicos: cada vez que en una actividad colectiva irrumpió el grito de “¡ahora y siempre!”, los nombres de víctimas de cada uno de los territorios presentes fueron exclamados en un ejercicio conmovedor de memoria latente.
Hubo un segundo apartado de la proclama que inscribió en un contexto de restauración neoliberal los discursos y acciones odiantes, y la deserción del Estado nacional de sus funciones indelegables: “Nuestras luchas son parte de las luchas de todo un pueblo por derechos humanos, equidad, igualdad y justicia social”.
Los partidos políticos, gremios y demás actores que integran el amplio polo de la oposición al Gobierno de Milei también fueron interpelados en la responsabilidad que les cabe por el ciclo que se inició en diciembre pasado: “Les recordamos a las dirigencias de la democracia que nuestras existencias y derechos no se negocian, que esperamos y luchamos muchísimo, que seguimos excluides y que nuestras cuerpas no aguantan más”.
“¡Y a los fascistas que nos odian, que nos quieren volver a desaparecer, les decimos con nuestra presencia y militancia que acá estamos, codo con codo, en resistencia, y acá nos quedamos!”, concluyó la declaración, que cerró una jornada en la cual la población rosarina y los turistas vieron como el cielo plomizo y la garúa sabatina se eclipsaban al son de los rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, pero también de los marrones, negros, celeste, rosa en sus variaciones cromáticas, púrpura, lavanda, blanco, gris y otros tantos que, desde el fondo de sus gargantas abiertas y exultantes, cantaban y gritaban: “¡Milei, basura, vos sos la dictadura!”, “¿Dónde está Tehuel?”, “¡Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente!”, “¡Pamela, Roxana y Andrea, presentes!”.