La actividad industrial, medida por la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE) cayó 9,5% en mayo y acumula una merma de 13,2% en el acumulado de cinco meses de 2024. La crisis en la industria santafesina sería mucho peor de no ser por la molienda de soja. El organismo responsabiliza directamente al gobierno nacional.
En mayo de 2024 el índice de producción industrial de FISFE se ubicó por debajo del nivel alcanzado en 2021, 2022 y 2023, incluso es inferior al registro de 2018 y 2019. Es decir, es el peor mayo desde 2019, con excepción del mayo de la pandemia. El nivel de actividad industrial en la provincia de Santa Fe registró en mayo de 2024 una disminución de 9,5% interanual, acumulando en cinco meses una caída de 13,2% en relación al mismo período del año pasado.
“La devaluación de diciembre de 2023, y sus efectos sobre la menor demanda interna y los mayores costos, sumado al recorte de la obra pública nacional, obstruyen la producción fabril en la provincia de Santa Fe”, dice el reporte del organismo, responsabilizando directamente al gobierno nacional.
Prácticamente todo fue para atrás. Reiterando el panorama de los anteriores cinco meses la menor actividad fue generalizada y pronunciada. El 87% de las ramas industriales analizadas en la provincia enfrentó en mayo una caída interanual de su producción. Sólo zafaron Productos metálicos para uso estructural (+21,9%), Molienda de oleaginosas (+14,6%), Molienda de cereales (+3,5%). El mayor impacto se registró en Industria siderúrgica (-39,5%), Carrocerías-Remolques (-42,1%) y Vehículos automotores (-46,5%).
Hubo caída hasta en los rubros vinculados a la alimentación como Fiambres y embutidos (-2,4%), Carne vacuna (-8%) y Productos lácteos (-12,4%).
La crisis en la industria santafesina se acentúa en el caso del acero. “El volumen producido en los primeros cinco meses de 2024 es el más bajo de al menos los últimos 16 años, ubicándose incluso por debajo de los mínimos de 2009 y 2020”, dice la FISFE. En mayo tuvo una disminución de 39,5% interanual, acumulando en cinco meses un descenso de 47%. En mayo la producción de laminados se redujo un 44,6% interanual, y un 52% tras cinco meses. “En los últimos seis meses la reducción de la demanda de productos siderúrgicos derivada de la paralización de la obra pública nacional coarta de manera significativa la producción sectorial en nuestra provincia”, explica el reporte.
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“La menor demanda interna de bienes de consumo y de inversión, la caída de la actividad de construcción afectada por la paralización de la obra pública nacional, y los mayores costos de los insumos básicos, logísticos y de la energía se encuentran afectando a la industria metalúrgica santafesina”, continúa señalando FISFE.
El 80% de los sectores metalúrgicos analizados mostró menor actividad frente al año anterior. Al interior del complejo metalúrgico en mayo se observó los siguientes resultados: fundición (-25,3%); productos metálicos p/uso estructural (+21,9%); otros productos de metal y servicios de trabajo (-18,4%); maquinaria de uso general (-11,7%); maquinaria agropecuaria (-28,6%); maquinaria de uso especial (-4,3%); aparatos de uso doméstico (-27,8%); equipos y aparatos eléctricos (+0,6%); carrocerías y remolques (-38,1%); autopartes (-7,3%), y motocicletas (-12,7%).
El parate se traduce en un menor consumo de energía. La demanda de energía eléctrica por parte de un grupo importante de grandes usuarios industriales con actividad en Santa Fe registró en abril y mayo de 2024 una disminución de 21,7% y 18,2% interanual respectivamente. En los cinco primeros meses de 2024 el consumo de energía eléctrica acumuló un retroceso de 17,3% en relación al mismo período del año anterior.
Lógicamente, el impacto es directo en el empleo. El empleo industrial, que acusa caídas interanuales desde febrero de 2024, presentó en el mes de abril una baja 2,2% interanual, equivalente a 3 mil trabajadores asalariados menos en relación al mismo mes del año anterior.