En imágenes, una jornada de trabajo con la basura de la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana. Las montañas de material reciclado, el Complejo Ambiental Santa Fe y los rostros de las familias que le ponen el cuerpo a la sustentabilidad ambiental de toda la región.

Por José Almeida y Guillermo Vogt

Con casi tres décadas de trabajo continuo, la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana es uno de los actores principales para la sustentabilidad ambiental en toda nuestra región. Son quienes meten todos los días la mano en la basura y llevan adelante la monumental tarea de separar los residuos para el reciclado. Sin ellos, el problema de qué hacer con los desechos escalaría a niveles insospechados.

La planta de clasificación de residuos de la Asociación está en el Complejo Ambiental Santa Fe, a la vera de la Circunvalación Oeste. Dignidad y Vida Sana está encargada de la tarea de seleccionar lo recuperable, que se vende por kilo a empresas privadas. La organización nuclea a 110 familias. “De esta manera contribuimos con una ciudad más sustentable. Necesitamos del compromiso de todos los ciudadanos para que nuestro trabajo rinda más y tenga mejores condiciones”, dice su histórica referente, Maricel Ortega.

La tarea es tan imprescindible como ardua. El Complejo es un lugar muy ruidoso y nauseabundo. Sobre una cinta infinita, los recicladores desgarran bolsas y separan sin parar. Ortega recalca: “Es importante que la gente sepa que hay familias realizando esta labor” y pide a la población que cumpla con la separación de residuos. “Si no lo hacen por el bien del ambiente, que lo hagan por empatía por las personas que estamos trabajando acá”.

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