El endeudamiento, un círculo vicioso

encuesta endeudamiento
La decana de la Facultad de Ciencias Económicas Liliana Dillon y el defensor del Pueblo Jorge Henn presentaron la encuesta de endeudamiento.

En los sectores más desfavorecidos, endeudarse para comprar alimentos es cada vez más frecuente. El riesgo de pagar el mínimo de la tarjeta y la necesidad de implementar la educación financiera.

La Facultad de Ciencias Económicas de la UNL y la Defensoría del Pueblo de Santa Fe dieron a conocer los datos de la Encuesta de Endeudamiento de Hogares. El estudio se realizó durante las últimas semanas de mayo de 2024 entre 421 personas mayores de 18 años.

“El endeudamiento se concentra principalmente en los sectores más desfavorecidos, quienes recurren a él para cubrir necesidades básicas como la alimentación. Esta situación, sumada a la informalidad en la obtención de crédito y las altas tasas de interés, genera un círculo vicioso de incobrabilidad que amenaza con el cierre de negocios de cercanía y el aumento de la morosidad”, afirmó la decana de la FCE-UNL Liliana Dillon.

Por su parte, el defensor del Pueblo de Santa Fe, Jorge Henn, sostuvo: “Hay un dato incontrastable: el 42% de los santafesinos y santafesinas, están endeudados. Además, hay datos que muestran que cerca del 70% alguna vez recurrió al Estado ante una situación de endeudamiento”.

Con respecto al mayor endeudamiento en los sectores socioeconómicos más bajos, el funcionario dijo que esto “insta a pensar en políticas públicas concretas de desendeudamiento, ya que más del 20% recurre al crédito para alimentarse. Una de esas herramientas puede ser una política crediticia con tasas bajas, no sólo para desendeudarse, sino también para evitar la usura de acudir a los canales informales de financiamiento. La encuesta nos revela que entre un 10 y un 12% acuden a mecanismos fuera del marco de la legalidad”.

“Las tarjetas de crédito son el principal medio de endeudamiento, con un alto porcentaje de la población pagando solo el mínimo, lo que agrava aún más la situación debido a los intereses usureros. La encuesta también evidenció un preocupante aumento de la incobrabilidad, lo que afecta tanto a los consumidores como a los comercios”, apuntó la decana Dillon.

Asimismo, detalló que en “los sectores de clase media y media alta, el endeudamiento se destina principalmente al consumo de bienes duraderos como autos, electrodomésticos o ropa”. Además, la decana de la FCE-UNL sostuvo que entre los datos relevantes se destacan los siguientes: la mitad de los hogares santafesinos se encuentran endeudados; el endeudamiento se concentra en los sectores más desfavorecidos; las principales razones del endeudamiento son la alimentación y el pago de tarjetas de crédito; la informalidad en la obtención de crédito es un problema grave; las altas tasas de interés de las tarjetas de crédito agravan la situación de los deudores; la incobrabilidad está en aumento, afectando tanto a consumidores como a comercios; el endeudamiento en los sectores de clase media y media alta se destina principalmente al consumo de bienes duraderos.

Al respecto, Dillon afirmó que esta situación es compleja y requiere un abordaje integral: “La educación financiera es fundamental, pero no puede ser la única solución. El Estado debe intervenir de manera activa para proteger a los sectores más vulnerables y promover un sistema financiero más justo y accesible”.

Datos de Santa Fe

Del procesamiento de la información obtenida, surgen los siguientes porcentajes:

- El 41,8% de los hogares relevados se encontraban endeudados en el momento de la encuesta. Este número llega al 50% en los hogares de nivel socioeconómico bajo.

- Un tercio (22,6%) desconoce el valor de la siguiente cuota que le corresponde a la tarjeta de crédito y así poder prever futuros gastos.

- Un 10,7% de los hogares de nivel socioeconómico bajo tiene algún integrante que figura con riesgo crediticio en Veraz, lo que implica que estos integrantes no pueden acceder a productos financieros, e incluso se verían impedidos de alquilar una vivienda. En el nivel medio-bajo es del 7,9%, también superior al promedio.

Con respecto a las deudas adquiridas en el último año, la información que surge de la encuesta es la siguiente:

- Un 45,4% de los encuestados tomó deuda o pagó en cuotas. En los hogares de nivel socioeconómico más bajo, el endeudamiento por pago de alimentos aparece en primer lugar con un 23,8%.

- En promedio, se destaca la toma de deuda para el pago de ropa y calzado (23,3%); de alimentos (19,7%); para pagar deudas previas o tarjeta de crédito (16,9%); para arreglos del hogar o el auto (16,9%); para pagar impuestos o servicios (15,7%); para pagar medicamentos (10,9%) y para expensas, cuotas de colegio o prepagas (7,8%).

- En el último año, el 77,2% ha pagado en cuotas, se ha endeudado con un familiar, con el trabajo, con el almacenero o con una financiera.

- Aproximadamente 6 de cada 10 hogares (58,2%) ha utilizado tarjetas de crédito para pagar en cuotas durante el último año. Al día de hoy, el 20% continúa endeudado en ese formato.

El estudio también pone la lupa sobre el circuito formal del crédito a través del sistema bancario. Al respecto, se mencionan las siguientes conclusiones:

- Las principales razones del endeudamiento son la compra de alimentos y el pago de tarjetas de crédito.

- La informalidad en la obtención de crédito es un problema grave.

- Las altas tasas de interés de las tarjetas de crédito agravan la situación de los deudores.

- La incobrabilidad está en aumento, afectando tanto a consumidores como a comercios.

¿Y la educación financiera?

La decana de la Facultad de Ciencias Económicas señaló además que “la situación es compleja y requiere un abordaje integral. La educación financiera es fundamental, pero no puede ser la única solución. El Estado debe intervenir de manera activa para proteger a los sectores más vulnerables y promover un sistema financiero más justo y accesible”.

Además, Dillon advirtió que “el endeudamiento en Santa Fe es un problema social que requiere atención urgente por parte de todos los actores involucrados. La búsqueda de soluciones debe ser integral, combinando educación financiera con medidas estatales concretas y efectivas”.

En los últimos cinco años

Casi tres de cada 10 hogares ha tomado algún crédito en los últimos cinco años. Entre estos, la opción más frecuente fue créditos personales con un 24,5%. Le siguen los créditos prendarios con un 4,5% En cuanto a estos créditos, en el nivel socioeconómico más alto el valor es del 10,6%, muy por encima del valor medio de los otros niveles.

Acceso a las tarjetas

Por último, la encuesta indica que:

- El 85,5% de los hogares tienen acceso como mínimo a una tarjeta de débito y dos tercios a una tarjeta de crédito.

- Hay un 15,4% que tienen tarjeta de asignación del Estado.

- En los niveles socioeconómicos más altos, el acceso a tarjetas de débito es superior al 90%, mientras que en el nivel socioeconómico bajo no llega al 60%. En este último, el acceso a tarjeta de asignación es del 31%, por encima del valor medio.

El crédito como trampa

Tras la publicación de la encuesta, el defensor del Pueblo Jorge Henn difundió el siguiente texto:

"Los argentinos vivimos desde hace años en un contexto desafiante, por decirlo de una manera dulce. La inestabilidad económica junto a la inflación alta ha moldeado nuestra conducta durante generaciones: somos campeones del mundo en técnicas de supervivencia, en la mirada del corto plazo y en resolver problemas con herramientas inventadas sobre la marcha.

Sin embargo, hay un laberinto en el que están metidas muchas familias, del que no es fácil salir, ni siquiera utilizando las herramientas y habilidades de las que hacemos gala en otros ámbitos. Me refiero al sobreendeudamiento, esa bola de nieve que, una vez que empieza a rodar, crece y no para. Una trampa que tiene consecuencias devastadoras en la economía familiar, los vínculos sociales, la estabilidad emocional, en definitiva, en la calidad de vida de muchos argentinos.

La depreciación constante de la moneda hace que los salarios pierdan valor rápidamente y los ajustes salariales no logran seguir el ritmo de los aumentos de precios.

El famoso, “no llego a fin de mes” se instala para no irse. Lo que al comienzo es un recurso paliativo, luego se transforma en un remedio inevitable".

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