El hambre mundial sigue sin bajar: lo padecen más de 730 millones de personas

Es casi el 10% de la población mundial. Luego de aumentar bruscamente producto de la pandemia, la inseguridad alimentaria se mantiene en el mismo nivel desde 2021, según un informe de la ONU. En África, la región más pobre, uno de cada cinco personas lo sufren.

Más de 730 millones de personas -el 9% de la población mundial- sufren hambre en el mundo. La cifra se desprende de un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que reveló que el hambre continúa manteniéndose casi al mismo nivel que en 2021, luego de haber aumentado bruscamente producto de la pandemia del COVID-19.

El reporte se titula "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024" y fue llevado a cabo por cinco agencias de la ONU: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Los resultados se publicaron esta semana, en el marco de una reunión del G20 en Río de Janeiro.

Según el informe, el objetivo de alcanzar el hambre cero se aleja cada vez más: de hecho, el mundo ha retrocedido en este sentido 15 años, con niveles de desnutrición similares a los de 2009. Una de cada once personas en todo el mundo sufre hambre, y en África este número asciende a una de cada cinco. El hambre sigue en aumento en dicho continente y apenas ha sufrido variaciones en Asia; en cambio, América Latina y el Caribe han registrado progresos notables.

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Según la ONU, más de 730 millones de personas en todo el mundo padecen hambre.

"África sigue siendo la región que registra la mayor proporción de población aquejada de hambre: un 20,4 %, frente a un 6,2 % en América Latina y el Caribe, un 8,1 % en Asia y un 7,3 % en Oceanía", detalla el informe, que predice que a fines de la década habrá 582 millones de personas padeciendo subalimentación crónica.

"También se han estancado los progresos hacia el objetivo más amplio de garantizar a todos un acceso sistemático a una alimentación adecuada", continúa el reporte, que afirma que la inseguridad alimentaria moderada o grave aun no bajó a los niveles que había alcanzado antes de la pandemia: en 2023 la padeció el 28,9 % de la población mundial (2.330 millones de personas). Sin embargo, en este rubro también destaca "los progresos registrados en América Latina".

Comer bien es cada vez más caro

En cuanto al acceso a alimentos nutritivos, más de un tercio de la población mundial -cerca de 2 800 millones de personas- no pudo permitirse una dieta saludable en 2022. "Las desigualdades son patentes: el mayor porcentaje de la población que no pudo permitirse una dieta saludable corresponde a los países de ingresos bajos (71,5 %) en comparación con los países de ingresos medianos bajos (52,6 %), los países de ingresos medianos altos (21,5 %) y los países de ingresos altos (6,3 %)", resalta el informe.

La inflación es la principal causa que se identifica. "Las perturbaciones derivadas de la pandemia de la COVID-19 y la guerra de Ucrania contribuyeron a un considerable aumento de los precios internacionales de los alimentos y la energía, lo cual exacerbó las presiones inflacionarias" sobre los precios de los alimentos, y llevó el costo medio de una dieta saludable a escala mundial a 3,96 dólares de paridad de poder adquisitivo (PPA) diarios por persona, 0,40 más que los 3,56 dólares PPA de 2021.

A pesar de esta realidad, el 20% de los alimentos se tira a la basura, según cifras de la Agencia de la ONU para el Medio Ambiente. Sólo en 2022 se desperdiciaron 1050 millones de toneladas de alimentos en todo el mundo.

Según la ONU, una quinta parte de los alimentos producidos a nivel mundial se desechan

Finalmente, el informe destaca que se registraron algunos avances en relación a la malnutrición, como mejoras en la prevalencia mundial del retraso en el crecimiento y la emaciación en los menores de cinco años y la lactancia materna exclusiva entre los lactantes menores de seis meses, que "sientan las bases para que la infancia alcance su pleno potencial de crecimiento y desarrollo". Sin embargo, "el aumento de las tasas de obesidad, que agrava la doble carga de la malnutrición, augura grandes dificultades para la salud y el bienestar en todos los grupos de edad".

Para contrarrestar todos estos fenómenos, la ONU considera que "es preciso acelerar la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios para fortalecer su resiliencia ante los principales factores determinantes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición y abordar las desigualdades a fin de garantizar la asequibilidad y la disponibilidad de las dietas saludables para todos".

En este sentido, el planeta necesita "una financiación más cuantiosa y más eficaz en función de los costos". "La actual arquitectura de la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición se encuentra muy fragmentada y debe pasar de un enfoque compartimentado a una perspectiva más integral", concluye el informe.

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