Mientras a las provincias se les retiraron los subsidios y los boletos rozan los mil pesos, en Capital Federal y el AMBA aumentan las partidas para mantener los pasajes en 270. El gobierno de Javier Milei, más porteñocéntrico que nunca.
El Gobierno Nacional decidió otorgar más subsidios a los colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por aproximadamente 20.000 millones de pesos al mes para evitar otro aumento del boleto que recaliente, aún más, la inflación.
La información, publicada hoy por Clarín, da cuenta de que crecerá la suma de las transferencias de la Nación, la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires para las empresas de unos $ 160.000 millones mensuales a aproximadamente $ 180.000 millones, de acuerdo a lo que cuentan fuentes privadas del sector. De ese total, un 40% lo aporta Nación, un 10% la Ciudad y un 50% la provincia.
Como aún así no se terminan de cubrir los costos reales de operación, está en marcha un ajuste progresivo en la estructura del transporte público que ya se manifiesta con una reducción en las frecuencias y un recorte del personal, que tiene en alerta al sindicato, la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
Tarifas, subsidios y frecuencias
El Ministerio de Economía y la Secretaría de Transporte vienen simulando hace tiempo escenarios de impacto en las cuentas públicas y la inflación de una nueva suba del boleto, que quedó congelado en un mínimo de 270 pesos a partir de febrero.
Una de las simulaciones, que estuvo a punto de avanzar a mediados de este mes pero finalmente quedó sepultada fue llevar el mínimo del boleto a 370 pesos, un incremento de 37%.
Según indica Clarín, "la prioridad número uno del ministro de Economía, Luis Caputo, es que la inflación mensual continúe bajando hasta 0% a fin de año o incluso se convierta en deflación -baja generalizada de los precios-".
Según una proyección que había hecho la consultora EcoGo a mediados de mayo, solamente un alza de 51,6% podría derivar en que la inflación trepe 1,16 puntos porcentuales.
La variable de ajuste
"Con este esquema y sobre la convicción de que el sistema de transporte público de pasajeros funciona bien en el AMBA, la Nación sabe que no hay espacio político para un aumento de tarifas ni mucho margen económico para que vuelvan a crecer los subsidios", señala el portal.
Por eso se produce un ajuste en las cantidades: menos unidades en las calles y con reducción de frecuencias y personal. En lo que va de julio se registra una caída de 6% en la cantidad de kilómetros recorridos, un 3% en la cantidad de coches que están en circulación y un 5% en los pasajeros durante los días hábiles. Las cifras caen los domingos hasta 7%, 5% y 17%, respectivamente.
La UTA, en tanto, advirtió por los despidos, que alcanzarían a unos 1.000 trabajadores. "La dignidad no se negocia", planteó el secretario general del gremio, Roberto Fernández.
Con todo, en lo que va del año el Gobierno nacional lleva pagados $ 454.024,92 millones en subsidios a los colectivos mediante el programa Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte (FFSIT), con una caída cercana al 30% en términos reales -descontado el efecto de la inflación- frente al mismo período del año pasado.
La cifra contrasta con los apenas $ 17.300 millones que la Nación giró a las provincias mediante el Fondo Compensador del Interior, ahora eliminado, lo que obligó a los gobernadores a seguir ajustando sus tarifas mientras el AMBA vuelve a quedar atrás.
Transporte público: matar al interior
La gestión de Javier Milei profundizó el histórico e inequitativo esquema de distribución de subsidios en materia de transporte público y lo llevó a un nivel impensado: a dos meses de asumir, erradicó el fondo compensador destinado al interior, mientras mantuvo —y posteriormente aumentó— los subsidios para el AMBA.
Como consecuencia, en Santa Fe el boleto aumentó un 327% en los últimos cinco meses y actualmente pagamos $940 de tarifa frecuente, mientras los porteños pagan entre $270 y $370,18 (tarifa máxima).
El 8 de febrero pasado, el presidente Javier Milei dispuso la eliminación del Fondo Compensador al Transporte, destinado a las empresas del interior del país. El comunicado emitido ese día por el Ministerio de Economía aducía que la medida tenía por fin “concentrar la ayuda en los usuarios que más lo necesitan de forma directa, canalizando dicha asistencia a través de SUBE”.
La cartera dirigida por Luis Caputo justificaba el salvaje recorte diciendo que “estas decisiones guardan coherencia con el pacto fiscal que gobernadores provinciales y gobierno nacional firmaron en 2017 y 2018, donde se comprometían a eliminar progresivamente los subsidios diferenciales en materia de transporte para el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), como así también, establecía que las provincias definirían compensaciones tarifarias y/o subsidios al transporte público de pasajeros por automotor desarrollado en el ámbito de sus jurisdicciones”.
El titular de la Federación Argentina del Transporte Automotor de Pasajeros, Gerardo Ingaramo, no está en nada de acuerdo con esas palabras, e incluso asegura que habían acordado con “Toto” medidas exactamente opuestas a las que tomó.
“Nosotros cuando asume el gobierno el presidente Milei, su ministro Caputo había delineado una política de transporte para todo el país donde iba a bajar un 35% los subsidios al AMBA y este monto iba a ser afectado al interior, o sea que íbamos a pasar de 11.000 millones a casi 22.000 millones de pesos, y con esto íbamos a tener un equilibrio en las tarifas, no íbamos a tener que pasar de 200 a 900 pesos”, contó a Pausa el representante de las empresas prestatarias que operan en las provincias. “Pero lamentablemente se dio todo lo contrario, el Presidente nos quitó los fondos”, se quejó.