La política deportiva y sanitaria social se reducirá a la mitad. Las provincias se harán cargo de casi todo y medio millón de niños, adultos mayores y personas con discapacidad perderán el acceso a sus beneficios.
En el año 1948 se crean los Juegos Infantiles Evita como herramienta de inclusión y promoción social. Es una iniciativa impulsada por Eva Perón y el ministro de Salud Ramón Carrillo. Por primera vez, niñas y niños de todo el país acceden al deporte social y a la salud, a través de revisaciones médicas.
En 1949 la participaron fue extraordinaria para la época, en esa edición contó con una convocatoria en la que concurrieron 100.000 chicos y chicas de todo el país. De esta manera, nace la primera experiencia de deporte social masivo del continente.
Con el golpe de Estado que derroca al presidente Juan Domingo Perón en 1955, se cancela la realización de los Juegos Evita. Recién volverán a realizarse en 1973 con la restitución de la democracia y el regreso de Juan Domingo Perón a la Presidencia de la Nación. En esta edición, Diego Maradona con su equipo, “Los Cebollitas”, participó en el torneo juvenil en fútbol. Un año después (1974) el pibe de Villa Fiorito ganó con “Los Cebollitas” el primer título en fútbol, de esa manera se consagró campeón del certamen de deporte social del país. La final de aquella edición se disputó en la ciudad de Córdoba.
En 1976 volvieron a interrumpirse los Juegos Evita. La Junta Militar, a través del terrorismo de Estado, impulsó las bases del neoliberalismo y para ello, intentó destruir toda forma de organización social y popular. Estudiantes, militantes, sindicalistas, docentes, intelectuales y trabajadores fueron perseguidos, detenidos, torturados y desaparecidos.
Los Juegos Evita volvieron luego de varios años en 1991. Sin la participación masiva de las ediciones anteriores y sin la competencia federal que los caracterizaba, la competencia se desarrolló íntegramente en las instalaciones del Cenard de la Ciudad de Buenos Aires.
El resurgir con toda la estructura del Estado para fomentar el deporte social y la salud se produjo en 2003, a través de un decreto del presidente Néstor Kirchner. Renacen los Juegos Evita a nivel nacional y el deporte se convirtió en una política de Estado. La actividad física y la recreación volvieron a ser un derecho que impulsó la inclusión y la participación en todo el país.
En 2004, por primera vez los Juegos Nacionales Evita, llegaron a niños y niñas de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Compitieron en esa oportunidad la categoría Sub 14 en los siguientes seis deportes: básquetbol, ajedrez, atletismo, atletismo adaptado, fútbol y vóleibol. En 2005 la convocatoria llegó a 500.000 chicos y chicas. Además, a la categoría Sub 14 se le sumó la Sub 16.
En 2008 se lanzó el Plan Nacional del Deporte y los Juegos Evita se convirtieron en un derecho por ley. Además, en esa edición, se incorporó la categoría Personas Mayores, en la que participaron de competencias de newcom, tejo, tenis de mesa, sapo y ajedrez. Asimismo, las Personas Mayores fueron incluidas en las actividades culturales.
En el año 2010 se destacó un número histórico para los Evita, participaron más de 1.000.000 de niñas, niños, jóvenes y personas mayores de todo el país. Así este gran certamen de deporte social se consolidó como el evento de deporte masivo más importante de todo el continente.
Durante la segunda década del siglo el certamen nacional siguió creciendo, la participación federal y la cantidad de deportes se fueron sumando. En 2020, con la llegada de la pandemia de Covid-19, la realización de encuentros masivos exigió que los Juegos Nacionales Evita se reconvirtieran a una serie de eventos virtuales que incluyeron presentaciones, entrevistas y capacitaciones sobre todas las disciplinas que forman parte de la plantilla de deportes de la tradicional competencia.
En 2022 los Juegos volvieron en su edición de deportes de playa, en el Partido de La Costa. Además, se realizaron en Mar del Plata las finales nacionales juveniles y de deporte adaptado.
Durante 2023, en el 75 aniversario de los Juegos Evita, participaron más de un millón de jóvenes y personas mayores durante todo el año en 76 disciplinas deportivas y 13 culturales. Vale destacar que los Evita tienen competencias en adaptados, personas mayores, playa, urbanos y culturales.
Durante los juegos los competidores se realizan un chequeo médico y además completan su calendario de vacunación. En 2023 también participaron en talleres de educación sexual integral, bullying, grooming, violencia por motivos de género y consumos problemáticos.
Trampolín internacional
Los Juegos Nacionales Evita, además de cumplir con su objetivo de fomentar el deporte y la salud, también fue una “fábrica” de deportistas que llegaron a lo más alto de la competencia internacional. El dato del año 2018 es contundente: los Juegos Nacionales Evita y los Juegos Olímpicos de la Juventud que se llevaron a cabo en Buenos Aires compartieron 21 disciplinas, el 42% de los deportistas argentinos que compitieron en esos deportes pasaron previamente por los Evita y muchos se quedaron con medallas.
La máxima representación de la importancia de los Juegos Nacionales Evita está en un nombre y apellido que quedará inmortalizado en el deporte argentino: Braian Toledo. Fue un ícono del deporte social que creció hasta llegar a destacarse en los Juegos Olímpicos. Su historia fue un ejemplo de humildad, sacrificio y superación. Desde sus primeros logros en Marcos Paz, hasta alcanzar el sueño de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En 2020 tuvo un accidente en moto y perdió la vida.
Motosierra deportiva
De la misma manera que los deportistas olímpicos siguen pidiendo limosnas para llegar a los JJOO de París (comienzan el 26 de julio), los Juegos Nacionales Evita también cayeron en manos de la motosierra que maneja Javier Milei. Hasta el nombre estuvo a punto de ser podado por la ultraderecha gubernamental.
Se había generado un debate con cientos de cuestionamientos desde diferentes sectores, fue por ese motivo que la subsecretaría de Deportes de Nación reculó y confirmó que finalmente los Juegos Evita mantendrán su nombre y no pasarán a llamarse “Juegos Deportivos Nacionales”, título que habían elegido para el documento de presentación de la edición 2024. Sin embargo, también confirmaron desde Nación una desfinanciación histórica para la política deportiva más importante del país, que representa la quita de la mitad de los participantes, la reducción de treinta disciplinas y la supresión de las categorías de adultos mayores y personas con discapacidad. Además, las provincias cubrirán la totalidad de los gastos de traslado, alojamiento, alimentación e indumentaria de cada delegación.
Números a la basura
Durante 2023 participaron más de un millón de jóvenes y personas mayores durante todo el año en 76 disciplinas deportivas y 13 culturales. Los finalistas nacionales fueron 25 mil, y compitieron en Mar del Plata, Chapadmalal, Tecnópolis y Termas de Río Hondo. El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, y su subsecretario, Julio Garro, anunciaron que se recortaran treinta disciplinas deportivas, reduciéndolas de 76 a 46.
En las finales, que este año serán sólo en Mar del Plata, en vez de 25 mil deportistas participarán 8640, habrá 16.360 finalistas menos. El año pasado, durante la etapa definitoria, más de 200 clubes, polideportivos y diversas instituciones de las ciudades anfitrionas albergaron a los participantes de la competición, representa una movilización importante para un empujón productivo en cada una de esas zonas donde se realizaron las finales.
La Universidad Nacional de Misiones, a través del observatorio económico y social del deporte y la actividad física, midió el impacto económico y social de los Juegos Evita 2023. En la pasada edición se multiplicó por 15 la inversión inicial, esta fue de 4.200 millones de pesos, por lo que la actividad económica ligada a la competencia recibió un impacto de 63 mil millones de pesos.
El resumen histórico que hemos realizado marca la importancia de un plan deportivo y sanitario para una parte de la población que abarca todo el territorio argentino. Para el Gobierno nacional una parte de ese plan se destruyó y otra parte está en suspenso, solo se sabe que habrá una significativa reducción en los participantes y hasta el momento no existe una comunicación oficial para informar si alcanzarán los recursos para el trabajo en materia sanitaria. Lo que es una certeza es que aproximadamente 500 mil jóvenes no accederán a esos beneficios.