La previa de caramelos y la concentración de Dibu. Siempre está la palabra de Roberto Ayala y mis niños preguntan quién ese señor. Les enumero las virtudes del "Ratón", les relato las amarguras que le tocó vivir en sus mundiales como jugador. Que salió en la foto de la eliminación de 1998, que se lesionó en el calentamiento del 2002 y pudo ser caudillo de un equipo bárbaro, del primer mundial de Messi, donde Ayala cabeceó al gol un centro de Riquelme y le agradeció a Román señalando y reconociendo que era suyo, todo suyo. ¿Cuántas cosas buenas pasaron en ese 2006? ¿Cuántos vínculos comenzaron a gestar este gran grupo humano y futbolístico que hoy nos regala otra final de Copa América?
Juega el equipo decisivo. Porque hay titulares, pero también hay players de finales. Juega Ángel Di María y podría dedicarse solo a jugar estos últimos minutos albicelestes, pero no, lo corre al crack de Canadá, lo perturba, le roba y después le ataca la espalda en todas y casi hace un tan épico como el de Maracaná. Juega Julián Álvarez como un potrillo insostenible que va desgastando a todos los de rojo y luego le imprime un criterio zarpado a cada balón y movimiento para obtener lo mejor en cada instancia. Juega Enzo Fernández, sin la fluidez de Qatar, pero con la clase de siempre. Juega Rodrigo De Paul, con arranques cortos, presiones intensas y dándole vida a Messi, conectándolo con el resto y activando su mejor fútbol. Juega Gonzalo Montiel en este 11 decisivo, porque no sólo patea penales como nadie, también marca y raspa con la bravura necesaria.
Es martes patrio y nos acostamos con la felicidad de la niña que ingresó con Messi. La sonrisa que ilumina nuestra casa y los abrazos con amigos, la felicidad multiplicada entre bocinas y cornetas. Un fuego compartido cruzando la noche. Un fueguito nuestro, de pueblo, latino, de corazón. Desafiamos esta ola polar que nos exige mate, abrigo y guiso. ¡No está nada! me hace repetir la publicidad. Orgullosos por disputar el último partido. La Scaloneta que se queda hasta el final de cada torneo. Porfiados, talentosos, ganadores y suertudos, por qué no. Otra etapa de finales, otro momento histórico para la camiseta mas linda. Coronados de gloria, pase lo que pase, ¡gracias selección!