Al calor del ajuste, empeoran sin freno todos los indicadores sociales. Más de la mitad de los argentinos no logran cubrir sus necesidades y la pobreza infantil en Santa Fe llega al 80%. Las similitudes con el 2001.
Los últimos datos oficiales del Indec son elocuentes y dejan a la vista las consecuencias más atroces del ajuste que lleva adelante el gobierno de Javier Milei. Al cierre del primer trimestre de 2024, casi el 55% de los argentinos y las argentinas se encuentran bajo la línea de pobreza y uno de cada cinco es indigente.
En el Gran Santa Fe –el séptimo aglomerado urbano con más pobreza del país–, la situación es aún más grave ya que, de acuerdo a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, el 80,71% de los chicos y las chicas menores de 14 años son pobres. Una bomba de tiempo.
El severo ajuste fiscal del gobierno de Milei se expresa en los datos estadísticos oficiales. En los últimos nueve meses, siete de ellos bajo el mando del libertario, la pobreza creció 14,8 puntos porcentuales en el país y la indigencia un 11: en el primer semestre de 2023 el 40,1% de las personas estaban bajo la línea de pobreza y 9,3% en la indigencia; al cierre del primer trimestre de 2024 –último dato disponible– la pobreza alcanzaba al 54,9% de la población y la indigencia al 20,3%.
Los motivos: un combo letal de devaluación, inflación y recesión con despidos y paritarias a la baja. El analista Ismael Bermúdez lo explicó así en un artículo publicado en Aire de Santa Fe: “Todos estos datos oficiales adversos se explican por la caída de los ingresos de la población en medio de una disparada inflacionaria, la disminución del empleo tanto entre los trabajadores formales como informales y la caída en la pobreza de una parte de la clase media asalariada y profesional. A su vez, quienes ya eran pobres pasaron a la pobreza extrema (indigencia), en todos los casos arrastrando al grupo familiar”.
Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, “el momento más crítico del valor del haber mínimo jubilatorio tuvo lugar en febrero de 2024, cuando la jubilación mínima cayó a $144.993, sin el bono, y a $220.430, con el agregado del bono. Estos valores representan una caída del 66% y 48%, respectivamente, con respecto al haber promedio del año 2013”. Desde abril hubo una leve recuperación, pero aún se mantiene por debajo del valor real de comienzos de año.
Pobreza infantil en Santa Fe
En el Gran Santa Fe el deterioro de las condiciones materiales se agrava a pasos acelerados. El 80,71% de los chicos menores de 14 años son pobres (el promedio a nivel nacional es del 69,68%) y el 18,3% se encuentran bajo la línea de indigencia.
En el otro extremo de la clasificación por edades también se observa un acelerado aumento de la pobreza. En el primer trimestre de 2023, el 10,36% de los santafesinos y las santafesinas mayores de 65 años eran pobres; un año después, ese índice subió al 28,79%.
Promediando todas las franjas etarias, al cierre del primer trimestre de 2024, el 60,63% de la población del Gran Santa Fe es pobre. Un año antes ese índice se ubicaba en el 37,44%, mientras que a comienzos de 2022 trepaba al el 45,8%.
El Gran Santa Fe es el séptimo aglomerado más pobre del país, solo superado por Resistencia (79,5%), Formosa (72,1%), La Rioja (68%), Santiago del Estero/La Banda (67,1%), Concordia (67%) y los partidos del Gran Buenos Aires (61,9%).
Como en la crisis de 2001
Más allá de las cifras escandalosas que ilustran la situación social en Santa Fe, el deterioro de las condiciones de vida afecta a todo el país. El 54,9% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y el 20,3% está en situación de indigencia.
Para encontrar cifras similares hay que remontarse hasta la crisis de 2001/2002. En el peor momento de aquella etapa –mayo de 2002–, el 53% de los argentinos se encontraba bajo la línea de pobreza y el 24% bajo la línea de indigencia.
Las organizaciones sociales
María Claudia Albornoz, referente de La Poderosa en la ciudad de Santa Fe, observa algunas similitudes entre la situación actual –que se agrava día a día producto de la caída del empleo y los salarios– y la crisis de 2001: “Hoy se vive una situación como en el año 2001 porque los niños salen a cartonear con sus mamás y papás, o salen a pedir, y eso se está viendo cada vez más”.
“Es una situación tremenda, como en 2001, aunque más organizados, pero la pobreza pega en la misma base social, que en la base de la pirámide: las personas que vivimos por debajo de la línea de la pobreza”, agregó Albornoz.
“La situación de la pobreza en Santa Fe es cada vez más dura. Las vecinas y los vecinos de los barrios populares trabajan cada vez más para generar ingresos, que cada vez les sirven para comprar menos cosas porque obviamente, al estar devaluada la moneda, no podés garantizar la comida”, completó la militante social.
Por su parte, Pabló Landó, referente de Fuerza Común, señaló que “en una provincia tan rica como la nuestra, donde sobra la leche, la carne, los cereales, las verduras y fluyen las exportaciones, es una paradoja insostenible que el 80% de los pibes de Santa Fe sean pobres”.
El dirigente social indicó además que “es importante detenerse en la particularidad del crecimiento de la pobreza en Santa Fe, que se está dando muy por encima de la media nacional. Hay que abrir un debate frontal. Si el círculo rojo santafesino sigue planificando y definiendo la política pública, nada cambiará”.