El reciente veto del presidente Javier Milei a una ley que establecía una suba extraordinaria a las jubilaciones actualiza una pregunta: ¿cón quienes ganaron y con quiénes perdieron los jubilados?
Se pueden elegir diversas formas de medir el valor de un ingreso. El presidente Javier Milei es afecto a decir que los ingresos de los jubilados se dispararon medidos en dólares, omitiendo que los precios de los bienes y servicios también lo hicieron. Y ahí está el punto: el valor se mide por la cantidad de bienes que se pueden intercambiar.
Si el problema de los jubilados fuese cómo comprar Lamborghinis, un aumento de los ingresos en dólares tiene relevancia. Pero el problema de los jubilados es cómo comprar papa y opiáceos. La mejor manera de poder medir cómo varía el valor es, entonces, observar cuánto aumenta un ingreso –en este caso, las jubilaciones– respecto de cuánto aumentan los bienes y servicios que con ese ingreso se quieran comprar.
El primer dato está disponible en la Anses. Por ejemplo, podemos saber que en febrero de 2009 un jubilado con la mínima cobró $690 y que al otro mes retiró $770, una suba del 11,69%. Para el segundo dato –qué compra un jubilado– no disponemos de una canasta básica específica–lo cual es un grave déficit estadístico–, pero sí disponemos del índice de precios al consumidor (IPC) del Indec, más conocido como “la inflación”. Y con el IPC 9 provincias se salvan los meses de dibujo estadístico resultante de la intervención del organismo y de su silencio durante los primeros meses del macrismo.
A partir de esos datos se pueden hacer las comparaciones adecuadas para saber si el valor de la jubilación aumenta (puede comprar más cosas) o disminuye (puede comprar menos cosas).
Tomamos como punto de referencia la implementación de la primera fórmula de movilidad jubilatoria, en el contexto posterior a la estatización de las AFJP. En ese momento el sistema de seguridad social toma la forma que, a muy grandes rasgos, mantiene hasta hoy: amplia cobertura estatal con alguna ecuación regulando aumentos en períodos fijos.
El ciclo previo posee diversas características. Durante la Convertibilidad, las jubilaciones estuvieron congeladas. El fogonazo de inflación que trajo la caída del 1 a 1 y su devaluación hizo que perdieran un 20% de su poder adquisitivo de un saque en el primer semestre de 2002.
Los documentos oficiales de Anses reseñan que desde 2002 hasta 2009 hubo 14 aumentos por decreto de las jubilaciones, en conjunto con la apertura de una masiva moratoria en 2004 para incorporar a los viejos que no tenían todos los aportes hechos, como resultado de 10 años de desocupación de dos cifras.
El resultado final: la jubilación mínima en diciembre de 2008 era de $690, lo que representaba un incremento del 69% respecto del poder adquisitivo que tenía durante la Convertibilidad. Y casi tres millones de adultos mayores, en su enorme mayoría mujeres, fueron incorporados al sistema.
Para marzo de 2009 se hizo efectivo el primer aumento por la ley de movilidad jubilatoria, con las AFJP ya estatizadas.
Jubilados para arriba
La jubilación mínima con CFK aumentó un 31,4% su poder adquisitivo entre la primera suba que los jubilados vieron en sus bolsillos en el mes de abril de 2009 hasta noviembre de 2015, último mes completo de mandato de la presidenta.
En todo el ciclo hubo apenas dos meses en 2010, julio y agosto, previos al aumento de septiembre, en los que el poder adquisitivo quedó por debajo del punto de inicio (marzo de 2009). El pico de aumento del poder adquisitivo fue en marzo y septiembre de 2013, cuando el haber mínimo de los jubilados estuvo un 37% por encima del inicio de la aplicación de la fórmula.
Sergio Massa, opositor en ese momento a CFK, ganó las elecciones intermedias de octubre.
La fórmula sancionada en 2008 y aplicada en 2009 era una ecuación que contemplaba la variación de los recursos del sistema previsional y la evolución de los salarios. Se trataba de una fórmula muy dependiente de que la economía estuviese en un ciclo de crecimiento y expansión del trabajo registrado y de su remuneración. Así se ve cómo decae la curva en 2010 y 2014 (y cómo definitivamente se va al pozo cuando comienza el macrismo).
Jubilados tristes
Durante la gestión de Mauricio Macri, nunca la jubilación mínima ganó siquiera un punto de poder adquisitivo. Siempre el poder de compra estuvo por debajo del nivel recibido en diciembre de 2015. Todo 2019 hizo zig zaz por los puntos más bajos, rondando una pérdida próxima al 25% del poder adquisitivo de la jubilación mínima respecto del inicio del mandato. La consigna de campaña de Alberto Fernández caía por sí sola: “entre los bancos y los jubilados, yo me quedo con los jubilados”.
A fines de 2017, también por ley, el macrismo modificó la movilidad jubilatoria. La nueva fórmula preveía actualizaciones trimestrales, no semestrales, producto de una ecuación que combinaba el IPC y la evolución salarial. El resultado fue lógico en un escenario de aumento de la inflación y plancha de los salarios: los aumentos siempre llegan tarde.
Macri cerró su gobierno habiendo pulverizado el poder adquisitivo de la jubilación mímina, que durante su mandato perdió, punta a punta, el 24,8% del poder adquisitivo.
Jubilados con espasmos
La gestión de Alberto Fernández se caracterizó por los espasmódicos saltos del poder adquisitivo de la jubilación mínima gracias a la aplicación de bonos. El valor de los ingresos de los jubilados fue variando como en una montaña rusa.
Apenas asumió, Fernández clavó un bono durante dos meses que llevó la mínima de $14.067,93 a $19.067,93. Es un montón. Diciembre y enero fueron una fiesta, en febrero de 2020 el bono no se pagó y el poder adquisitivo quedó casi como al comienzo. El valor de la jubilación mínima pegó tal salto en diciembre de 2020 que lo llevó al pico de la serie completa (tomando como referencia el 2009).
Toda la gestión estuvo signada por los bonos. Fueron pagados 24 veces. Eso equivale a la mitad de los meses de un gobierno.
A partir de 2021 empezaron a sucederse los meses donde el poder adquisitivo quedaba en negativo, seguidos por otros donde saltaba a positivo. Se produjeron de este modo nuevos picos y caídas abruptas, hasta que en septiembre de 2022 los bonos se volvieron una constante.
Fernández también cambió la fórmula jubilatoria. Volvió a la ecuación que fue virtuosa durante el ciclo de CFK, pero esta vez con actualizaciones trimestrales en lugar de semestrales. La diferencia con el ciclo anterior fue la disparada de la inflación.
Fernández terminó su ciclo con una caída de 6,6% en el poder adquisitivo en noviembre de 2023, en comparación con noviembre de 2019. En el mes anterior, octubre el resultado era una recuperación de 5,29%.
Jubilados exprimidos
La crueldad de Javier Milei con los jubilados no tiene punto de comparación. Directamente les comió tres meses de aumentos, los tres peores meses como resultado de la histórica devaluación que hizo Luis Caputo en diciembre de 2023.
El superávit fiscal que celebra a diario se deben casi por completo a este ajustazo. En febrero de 2024 los jubilados con la mínima tenían un poder de compra un 24% menor que en noviembre de 2023. Le debe a la vieja fórmula de movilidad el aumento de diciembre, que le quedó arrastre. El resultado sino sería peor.
Milei hizo su propia reforma de la movilidad jubilatoria, por decreto. Desde julio, los jubilados cobran un aumento equivalente al IPC del mes anterior. Es decir, Milei indexó las jubilaciones. El tema es que les comió tres meses antes y que, con este método, nunca van a terminar de recuperar el valor perdido.
A julio de 2024, los jubilados con la mínima llevaban perdido el 2,5% de su poder adquisitivo respecto de noviembre de 2023. En la comparación con marzo de 2009, 15 años después, está 10,2% abajo.
Según el último dato de Anses, a marzo de 2024 había 7.799.063 argentinos que reciben una jubilación. De ellos, 1.757.115 recibe una pensión no contributiva y el resto son jubilados y pensionados, de los cuales 3.820.671 ingresaron por moratoria y 2.221.277 cumplieron todos los años de aporte. El 42% recibe la jubilación mínima.
La jubilación mínima pagada en agosto de 2024 fue de $295.454, con bono.
Esta es la serie completa y resumida de las variaciones del poder adquisitivo de la jubilación mínima, con bono.
En síntesis