En su segunda edición, el concurso de nouvelle de la Editorial Municipal de Rosario premió a tres voces de la zona fluvial del Litoral: Juanjo Conti y Álvaro Quaglia, de Santa Fe, y Julián Bejarano, de Paraná. Dialogamos con ellos.
Con una trayectoria editorial de 30 años para la Editorial Municipal de Rosario (EMR), este segundo concurso regional (el primero fue en 2018) premia la lengua de una zona fluvial profunda, la de los territorios que estiran sus brazos hacia tierra adentro: Santa Fe, Corrientes, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Misiones y Paraguay. Los libros ganadores del Segundo Concurso Regional de Nouvelle son del pago chico litoral: dos de la ciudad de Santa Fe y uno de Paraná, un primer premio compartido entre #, de Julián Bejarano (Paraná), Popit, de Juanjo Conti (Santa Fe), y Sabor, sabor, de Álvaro Quaglia (Santa Fe).
Las tres obras fueron seleccionadas por un jurado compuesto por Soledad Urquía, Malena Rey y Juan José Becerra de un total de 219 postulantes y serán presentadas el sábado 7 de septiembre en la Feria del Libro de Rosario. Los tres ganadores del 2024 charlaron con Pausa sobre cómo escribieron las nouvelles, qué esperan de sus obras y además, nos mostraron un fragmento (gentileza: EMR).
Julián Bejarano
—Hace unos años vengo experimentando con el lenguaje. Yo no quería escribir una nouvelle pero el concurso me motivó. Había leído unas novelas de Gertrude Stein de 1927 en donde ella juguetea con el lenguaje y hace sonar varias frases y me pareció interesante. Fue un año agitado y escribí al ritmo político del país. Después el texto tiene recursos de desgrabaciones de audios y citas de frases de libros que un poco justifican la historia del texto. Por eso no tiene demasiada trama o no está todo estructurado. Va saltando de un momento a otro. Yo pensé que no le iban a dar importancia a un texto así. Nunca había ganado nada, aunque escribo hace tiempo.
#
"Cómo será. Cómo será, cómo será, cómo. Cómo, cómo automática. Cómo automática será mi más lindo #matchdetinder que no me contesta. Cómo será en persona, como en persona automática será. Que no me contesta. Cómo será mientras unas mosquitas alrededor del mate. Cómo será, cómo será, cómo estas automáticas mosquitas alrededor del mate dan vueltas. Cómo será mi más, mi más lindo #matchdetinder. Qué comerá al mediodía mientras, el mediodía mientras ningunea en una mesa cualquiera. Qué comerá mientras el mediodía mientras. Mientras el mediodía es mientras. Qué como. Cómo será comer mientras el mediodía mientras, con qué me encontraré. Mientras el mediodía mientras. Cómo será comer con ella. Cómo será comer con un #matchdetinder mientras el mediodía mientras entra en una línea de tiempo de manera automática. Una línea de tiempo de manera automática como mi soledad. Mientras pienso, como en soledad, mientras pienso, estará sola".
Juanjo Conti
—Escribí el primer borrador de la novela durante los primeros meses de 2023 en un grupo de escritura/taller. Hasta un par de días antes del inicio no sabía sobre qué iba a escribir, pero esa noche se me vino a la menta la imagen de mi padre jugando con un popit de silicona. El suyo no era como el que después apareció en la novela, pero se me ocurrió que, si el juguete en cuestión era cuadrado, regular, era factible pensarlo como una matriz binaria, una abstracción en la que se podría codificar un mensaje, y que la novela podría ir de las peripecias en decodificar ese mensaje.
Sin embargo, cuando empecé a escribir, el tema de la enfermedad de este personaje que manipula el juguete se hizo muy presente y entonces la historia de la familia y cómo esta se transforma, se reacomoda, se adapta, fue ineludible, y las dos cuestiones quedaron en equilibrio, una como motor que impulsa la trama y la otra como telón de fondo.
Popit
"Padre comenzó a tener problemas de memoria hace exactamente cinco años. Estábamos por volver con María Laura de nuestra luna de miel cuando recibí los mensajes de Madre. La llamé desde la terminal de colectivos.
—Nos avisaron de la empresa —dijo.
La gerenta le había explicado que, desde hacía unos meses, el comportamiento de su ingeniero líder no era normal. Al principio, había olvidado controlar que algunos procesos de backup se ejecutarán correctamente y cuando se necesitaron esos datos no estaban disponibles. En dos ocasiones había confundido el comando para apagar servicios que se tenían que dar de baja y terminó por detener sistemas críticos. La gota que colmó el vaso (la expresión es de la gerenta) fue esa mañana que ella le preguntó si podía firmar el informe de uno de los programadores a su cargo y él había respondido con un grito “a vos lo único que te interesa es facturar”, sin que nadie entendiera realmente a raíz de qué o de dónde venía esa respuesta.
Madre lloraba del otro lado del teléfono y me dijo que ya había sacado un turno con un especialista para la siguiente semana. Me pidió si podía acompañarlos. Así lo hice. Tres días después de comenzar mi vida de casado, llevé a mis padres en auto hasta una clínica en el centro de la ciudad".
Álvaro Quaglia
—¿Qué pasa cuando, en un contexto de vulnerabilidad, de mucha pobreza, nace alguien con oído absoluto? Es fácil pensar lo que pasa cuando nace un genio del futbol. Hay, incluso, todo un sistema armado para que la cosa funcione de ese modo. Pero en el mundo de la música, del arte en general, es todo mucho más elitista, para nada inclusivo. Con esa pregunta en mente empecé a escribir las primeras páginas, y así es como nació el personaje de Achicoria, quien, a mi criterio, es el gran protagonista de la novela, aún sin ser la voz narradora.”
Sabor, sabor
"La puerta se sacude cuando golpeo. Del otro lado ladra un perro. Medio chiquito, debe ser, porque viene desde abajo. Está un poco abollada. Capaz es medio dura y la abren a los puntinazos. Voy, se escucha. De lejos. Será larga la casa, o con patio grande. Ya me imagino el tono de la Zulma. Siempre te saluda con el mismo tono. De sorpresa, pero al mismo tiempo alegría. Todos tienen su manera de saludar, ¿viste? A mí me sale depende de quién sea el que está enfrente. Se escuchan los pasos del otro lado. Arrastra las patas. Voy, dice de vuelta, y parece que agarra llaves. Me alejo de la puerta, a ver si el perro deja de ladrar. Me paro al lado de la zanja. Poca sombra en la calle. En verano debe hacer un re calor.
Jaimito, dice. El tono, ese es. El perro sale como chijete. Me moja los tobillos con el hocico. ¿Cómo anda, Zulma? Ella es amiga, pero siempre la trato de usted. Más que amiga es como una madre. Desde que soy chiquito es una madre. Se viene hasta donde estoy parado. Tarda como mil años. Está gorda la Zulma. Siempre fue, pero está gorda. Le doy un beso. Me da un abrazo y le devuelvo. Tiene olor a frasco con caramelos".
Al respecto de qué piensan y qué desean para sus obras, premiadas por un destacado jurado entre 219 manuscritos de la región, afirman:
“Estoy contento con el resultado de la novela. El único deseo que tenía era éste, que sea publicada. Ojalá sea la primera de muchas, quizás ese sea mi deseo en este momento. No puedo pedirle más nada. Independientemente de lo que ocurra, si la leen muchos o pocos, si gusta o no, yo voy a estar siempre agradecido. Al igual que con toda la gente que me ha ayudado en el proceso.” (Quaglia)
“Me gustaría que la novela encuentre sus lectores. Y que sean muchos, ¡Ja! Creo que es lo mejor que escribí hasta ahora y me gustaría tener la oportunidad de validarlo.” (Conti)
“Ese texto ya no es mío. No me aferro mucho a mi obra. A pesar de todo eso, ojalá divierta al que la lea. Escribo para divertirme y lo disfruto mucho mientras lo hago, después eso pasa, como todo. Creo que eso un poco queda en el texto. Que aquel que la lea, pase un momento feliz. Sería un placer lograr eso. Que valga el dinero que pagó. Nada más ni nada menos.” (Bejarano)