La única meta del presupuesto nacional 2025 es el déficit cero. Para ello, Milei busca imponer un fuerte recorte del gasto que impactará de lleno en las provincias donde habitan el 93% de los argentinos.
El aumento del boleto de colectivos en la ciudad de Santa Fe –que se multiplicó por seis en menos de diez meses–, la fuerte suba de las tarifas de los servicios públicos y el ajuste a los trabajadores y jubilados provinciales no son fruto de un “clima de época” ni un designio de la naturaleza: son la consecuencia directa y palpable de un programa de ajuste impuesto por el gobierno central que pega de lleno en el conjunto de las provincias donde viven el 93% de los argentinos.
Lo que viene ocurriendo en 2024 se profundizará en 2025: al presentar el proyecto de presupuesto para el año próximo, el presidente Javier Milei pidió que las provincias realicen un ajuste de 60 mil millones de dólares sobre el gasto público. “A los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado al 25% del PBI (Producto Bruto Interno) requiere que las provincias, en su conjunto, hagan un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares”.
El plan de Milei, que tiene como única meta alcanzar el equilibrio fiscal a costa de un fuerte enfriamiento de la economía y de la inversión pública, es imposible de ejecutar sin fuertes recortes sobre las partidas para salud, seguridad, educación, obras públicas y servicios: áreas a cargo de las administraciones provinciales de las que se desentiende el gobierno central.
Desde el inicio de su gestión, el líder libertario tomó decisiones en ese sentido. La más significativa fue la firma del decreto 280/24 a través del cual se eliminan del presupuesto nacional las partidas destinadas al Fondo de Incentivo Docente (Fonid), los subsidios para el transporte público de pasajeros en las provincias –que siguen vigentes en AMBA porque Dios está en todas partes, pero solo gasta en Buenos Aires– y los recursos para cubrir el déficit previsional de las provincias que no transfirieron sus cajas de jubilaciones a la órbita nacional, entre ellas Santa Fe.
Si los gobernadores pensaban que el ajuste fuerte se ejecutaría en el primer año del experimento libertario y que, a partir de 2025, el péndulo empezaría a cambiar de dirección, se equivocaron por completo. El plan de Milei –que se ve a sí mismo como “el topo” que va a destruir el Estado desde adentro– sigue en marcha a toda velocidad y la motosierra no tendrá descanso el año próximo.
En líneas generales, los gobernadores tomaron muy mal el pedido de Milei. En Santa Fe, Maximiliano Pullaro se quejó por el volumen de ajuste que el presidente les pide a las provincias y remarcó que, ya en 2024, las administraciones locales ejecutaron fuertes recortes para acompañar la política de déficit cero que Milei pregona como el primero de los diez mandamientos fiscales: “Hicimos un esfuerzo mucho mayor al que hizo el gobierno nacional”.
Pero, ¿qué representa concretamente el ajuste que el presidente les pide a las provincias? Según calculó el ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, implica bajar en un 68% el gasto público provincial. Se trata de un ajuste basado en un cálculo “absolutamente insostenible” y “fuera de toda lógica”, subrayó el cordobés. “Es un disparate total porque sería imposible para las provincias seguir brindando servicios esenciales con ese nivel de ajuste. Es un ajuste que pondría en peligro la vida de millones de personas”.
Pullaro: “Santa Fe ya hizo su ajuste, es Nación la que le debe a la Provincia”
Apenas se conoció la letra chica del presupuesto nacional, el mandatario santafesino se mostró disconforme con el pedido de Milei: “Más esfuerzo no se puede hacer. No corresponde que nosotros hagamos más esfuerzo porque a la Nación no le debemos nada y la Nación nos debe mucho a la provincia de Santa Fe”.
Según Pullaro, del “ajuste adicional” de 60 mil millones de dólares que reclama la Nación, “a Santa Fe le corresponderían alrededor de 5.500 millones de dólares y tenemos un presupuesto de 8.000 millones de dólares. Es realmente una frase grandilocuente, pero que está muy lejos de la realidad. Nosotros vamos a continuar ajustándonos, pero para fortalecer el desarrollo de la provincia”.
“Santa Fe no va a hacer un aporte más grande al Estado nacional, porque le aporta tres veces y media más de lo que vuelve del Estado nacional a la provincia”, agregó el gobernador.
En el mismo sentido se manifestó el ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares. “Hay un detalle que no se debe pasar por alto: la disminución del gasto nacional fue del 4% del PBI, pero el presidente les pide a las provincias que bajen un 11% del PBI. A pesar de que las provincias tienen una participación menor que la Nación en el gasto consolidado: Nación gasta el 52%, provincias gastan el 36% y municipios gastan el 12%”, explicó el ministro en declaraciones a Aire de Santa Fe.
“En ocho meses pudimos tener un superávit de 200 mil millones de pesos. Estamos cumpliendo y nos estamos arreglando con lo propio”, completó Olivares.
El ajuste que ahora Milei les pide a las provincias tiene su semilla en el Pacto de Mayo firmado por 19 de los 24 gobernadores, donde se establecen una serie de medidas económicas –entre ellas, el equilibrio fiscal “inamovible” y la reducción del gasto público– que ahora quedaron plasmadas en el proyecto de presupuesto nacional 2025. Nada que no se haya sabido en su momento.