100 grados

show del clio

—Buenas, ¿cómo va? lo veo con un gesto adusto, como cansado y sin respuestas. Atrapado en la alienación constante de un sistema que se atreve a disputar el tiempo ocioso para convertirlo en laberinto de dopamina y demandas a cumplir.

—No, puedo brindar una imagen errónea. Quizás deba ir al oculista e intentar ver con más claridad. Hay días que pienso en ponerme un barcito en una playa, luego recuerdo que hay que trabajar y se me pasa. Hay otros días en donde me imagino organizando una marcha por la distribución del ingreso, todos con máscaras de Elon Musk. Hay días que me imagino como un piloto de avión que tiene ideas progresistas y ayuda al mundo. Y hay días en los que no pienso en nada y esos son los mejores.

—Ah, le pintó un Bertold Brech pero sin mística. Un Berto de la desidia. Un agorero de tiempos grises. Una selfie en blanco y negro. No pensó en invertir en la venta de ollas alemanas o en algún otro esquema Ponzi que se quede con parte de su sueldo…

—Dicen que Brecht escribía para un Marx sentado en tercera fila. Cuanta presión ¿no?

—No sé, depende. Presión es otra cosa. Presión, lo que se dice presión, es otra cosa. Pienso en una olla, porotos alubias, un silbido de pava pero no, es otro, de cancha casi. Algo que está por explotar pero por una cuestión meramente química, no explota. La presión, en todo caso, es eso: lo que no explota. No piense en globos, piense en algo más concreto.

—Sí, es verdad. Es que soy de la generación de Acrílico. Más bien, una generación que vio cómo aparecía el telgopor para ser el sustento de un envase que contenía a una milanesa de soja.

—Una generación bastante rebuscada… o al menos con excesos. ¿La imagen de la milanesa es con tomate y queso? Porque ahí es otra realidad. Expláyese, me interesa lo generacional como recorte temporespacial.

—Bueno, somos el resultado de un pliegue temporal que supo ver al modelo Horacio Cabak en la conducción del Show del Clio, un magazine de publicidad emitido los sábados por la noche, justo antes de los anuncios sobre una innumerable cantidad de tónicos de recuperación capilar.

—Ah, qué interesante mutación. De la pasarela al análisis político. ¿Algún otro ejemplo reparador para entender a los nacidos en la Era de Acuario?

—Vimos como el monotributo cobraba vida en facturas de papel que luego dibujaba pero no con fines artísticos. Fuimos testigos de las reencarnaciones de Domingo Felipe Cavallo. Del bueno, el malo, el feo y la eminencia de la convertibilidad que lloraba con Norma Plá.

—Uh, esa nostalgia que no termina de cerrar. Que insoportable. Ahora se me va a poner a contar que jugaba en la calle, que rebobinaba VHS o que un casete es mejor que una plataforma. Que Reutemann congeló los salarios y que a los jubilados no hay que descontarles.

—Ojo, yo por la música pagaba una sola vez. Y recuerde: mientras el baño sea el baño, todo está en orden. show del clio

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