Argentina, un país que está dejando de comer proteína animal

El contraste es total: desde 2003, con gobiernos populares aumenta el consumo de carne, pollo y cerdo, la proteína animal, y con los gobiernos liberales se desploma. En lo que va del gobierno de Milei se produjo el mayor derrumbe de la historia. Probablemente, el 2024 será el año en el que se coma más pollo que vaca.

Sumadas las tres carnes, toda la proteína animal, la vaca, el pollo y el cerdo, el pico de consumo fue durante el último año de CFK en el poder. En 2015, los argentinos comimos 116,1 kilos per cápita anual de proteína animal. Hoy esa cifra está en 109,1. Son cinco kilos menos, es una caída del 6%.

En 2007, último año del gobierno de Néstor Kirchner, el consumo per cápita anual de carne de vaca era de 68,1 kilos en el año. Ese fue el pico de los últimos 21 años. Hoy, a septiembre de 2024, el consumo de carne de vaca está 47,2 kilos. Son casi 21 kilos menos al año. Perdiste más o menos el medio kilo de asado semanal.

Quizá lo sentiste más, quizá lo sentiste menos. Se trata de lo que se puede medir: el consumo per cápita. Toda la carne vendida al mercado interno, tanto la que se crió en el país y no se exportó como la que se importó, dividida la cantidad de habitantes. Seguro que hay alguien que se comió los dos pollos que vos no comiste. Por eso, una caída en un consumo per cápita es algo muy significativo: quiere decir que lo que pierden los que más pierden ni siquiera se compensa con lo que ganan los que más ganan.

El saldo final vale decirlo: durante los gobierno de Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández, comparando sus puntos de inicio y final, el consumo de proteína animal siempre creció. Con el gobierno de Mauricio Macri cayó (y mucho) y con el gobierno de Javier Milei se viene derrumbando. Con los gobiernos populares el consumo de proteína animal crece, con los gobiernos liberales cae. Es dato, no opinión.

Así es como se produjo un crecimiento casi continuo en la cantidad de proteína animal consumida por los argentinos desde 2003 a 2015. Luego, con Macri hay una potente caída, del 4,33%, y con Fernández se da una recuperación que no alcanza los niveles de 2015. Con Milei en el poder, se viene dando un derrumbe significativo (y eso que se computan datos anuales: se está beneficiando estadísticamente con los últimos meses de 2023).

Sirven también los datos para comparar la situación del primer año de Néstor Kirchner y la actualidad. El gobierno resalta continuamente que recibió la peor crisis de la historia de Argentina. Pues bien, en 2023 los argentinos comían un 37% más de proteína animal que en 2003. Son 31 kilos más de carne de vaca, pollo y cerdo per cápita en 20 años. Desde ese fondo se fue creciendo casi sin parar hasta 2015 (se nota el impacto de la crisis de 2009).

Cada proteína animal

La historia de la mesa de los argentinos en los últimos 21 años es la historia de cómo fuimos sustituyendo la carne de vaca por la de pollo y cerdo. Porque al mismo tiempo que sumamos 31 kilos de proteína animal entre 2003 y 2023, en el mismo período perdimos 7,5 kilos de carne vacuna. Así cambió la composición de lo que comemos.

Como se puede ver, en el 2024 probablemente empate por primera vez la cantidad de kilos de pollo y de vaca comidos por la población. Según el dato de septiembre, el consumo per cápita de vaca está en 47,2 kilos y el de pollo en 45,07.

En el caso del consumo de carne de vaca, la merma es más o menos continua desde 2007. No obstante, en el gobierno de Fernández hubo un crecimiento de poco menos de dos kilos per cápita.

En la era Milei, el consumo de carne vacuna es literalmente el más bajo de la historia. Respecto del año pasado, la merma es casi del 10%.

La carne de pollo se fue convirtiendo en el sustituto de la carne vacuna. Sin embargo, la cantidad de kilos se estancó cerca de 2015. De hecho, durante el macrismo el consumo de pollo cayó levemente, al igual que durante el gobierno de Milei, en el que se registra una contracción mayor, de 1,7%.

La industria porcina también estuvo de parabienes en las últimas dos décadas. Literalmente, el consumo de carne de cerdo se triplicó y todavía tiene mucho margen para seguir creciendo (pasó de cinco kilos per cápita a 16 kilos, contra los casi 50 de vaca y pollo). Sin embargo, una diferencia sustantiva radica en que la carne de cerdo es un poco más barata que la de vaca, pero sigue siendo mucho más cara que la de pollo.

¿Y el pescado? Hasta el momento, no hemos podido hallar estadísticas unificadas y actualizadas sobre producción y consumo de pescado de río y mar.

 

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí