La editorial santafesina Legüera Cartonera, conformada íntegramente por mujeres, cumplió cinco años.
Legüera es una editorial santafesina autogestiva integrada por mujeres. Belén Gil, Mercedes Fernández, Salomé Gómez, Viviana Gerboni, Susana Ocampo, Irene Noste y Micaela Piccini son esas mujeres editoras, todas con orígenes e intereses relacionados con el libro, la gestión cultural y las artes plásticas. “Editamos voces que, como bombo legüero, se escuchen a lo lejos”, dice la descripción en sus redes. Legüera nace a comienzos de 2019. El nombre define qué quieren editar: voces silenciadas, autorxs que no publicadxs y colectivos de trabajo. “Se nos presentó la imagen de ese instrumento tan nuestro, el bombo legüero, que según dicen, se escucha a la legua”.
“Nuestra primera participación fue en el marco del 8M en la feria Son horas sororas, organizada por la Colectiva de Arroyo Leyes. En esa oportunidad hicimos una edición situada: las personas pintaban y armaban su libro cartonero. También celebramos el nacimiento en una ronda de lectura con las autoras del primer libro que tiulamos “5 x 5” del que fueron parte Cecilia Moscovich, Belén Sánchez, Marta Petrich, Carina Radilov y Analía Giordanino. 5 poemas de 5 autoras de Santa Fe y Paraná. Ese libro y otro, llamado “Sin nombre” (realizado en 2017 por el colectivo de trabajo Mujeres por la libertad, dentro del proyecto Cine, género y derechos humanos y que nosotras reeditamos para esa ocasión) fueron regalados a bibliotecas y escuelas de la zona. Algunos también han viajado más lejos, de la mano familia y amigxs”. editar
Estos cinco años fueron de gran actividad para las legüeras: además de editar, participaron en todas las versiones de la Feria del Libro de Santa Fe y en ferias independientes, además de encuentros y eventos culturales como las lecturas que organiza el Centro Cultural “El Birri”, ferias barriales y capacitaciones editoriales oficiales o elegidas por las integrantes.
“Cada proyecto encarado es parte fundamental de nuestra historia. Hoy podemos decir quiénes somos porque cada uno de ellos nos constituye. Si hacemos una retrospectiva podemos comenzar hablando del libro “Hermanas, floreciendo en palabras”, con relatos de mujeres afrodescendientes de Santa Fe, Córdoba, Chaco, Buenos Aires y Entre Ríos, realizado en conjunto con la Casa Indoafroamericana “Mario Luis López”. Después vino “Shotainá, estoy aquí”, libro bilingüe con relatos de jóvenes Qom del barrio Santo Domingo, realizado junto al docente de los escritores Qom, Andrés Cettour”.
En el camino de recuperar lo que no se oye, en conmemoración con los 20 años de la inundación, editaron “Río Salado 2003, veinte ejercicios de memoria”. La presentación fue junto a integrantes de la Carpa Negra en la vigilia que llevaron adelante las diferentes agrupaciones que piden memoria y justicia. La primera tirada de ese libro se regaló a instituciones y bibliotecas del cordón oeste de la ciudad. También en 2023 editaron “Mujeres en espera”, antología que reúne textos escritos por internas de la Unidad Correccional 4 de la ciudad de Santa Fe, producidos en el marco de los talleres voluntarios de literatura entre 2021 y 2022, coordinados por Susana Ibáñez. “Hace poco tuvimos la hermosa noticia de que ese libro será parte de la colección “Literatura en contextos de encierro” de la Biblioteca Nacional”.
Legüera también le da identidad a su catálogo publicando literatura local: Antología poética, de Agustina Ferrand; El camino de Kiwi, el barro y las palabras; Poemas del patio, de Cecilia Moscovich; Los días felices, de Germán Ulrich; Encender una bengala furiosa, de Franco Rodríguez; La última mamushka, la más pequeña, de Cecilia Rugna; Y que el río se lleve todo, de Claudia Chamudis, entre otros.
También les interesa que los libros lleguen a más lectores y que esos lectores puedan editar. Esto habla de una elección: un libro es todo un arco identitario y cultural, desde quien lo escribe, lo edita, lo lee y lo vuelve a poner en circulación. Es por eso que realizan tiradas especiales para regalar a bibliotecas y escuelas. “En este momento estamos preparando la antología “5° Aniversario” con un texto de cada libro que editamos. Haremos una tirada de 20 ejemplares que vamos a regalar a bibliotecas de la ciudad y los empezaremos a convidar el viernes 22 de noviembre en nuestro a festejo aniversario, que celebraremos en el Mercado Editorial” (Balcarce 1635). Vamos interactuando, fortaleciendo y enriqueciendo el andar junto a un colectivo de editorxs, red necesaria sobre todo en contextos complejos y acuciantes como el presente. Redes y espacios a habitar y fortalecer como el que existe dentro del Mercado Progreso, la Sala Mercado Editorial, coordinada por Gabriela Schuhmacher, donde se realizan ferias, charlas, encuentros, capacitaciones, presentaciones de libros, porque es necesaria la existencia de estos espacios y su sostenimiento a través de políticas públicas”. editar
“Nos gusta mucho ir a escuelas a conversar con estudiantes y a hacer libros cartoneros; hace poco fuimos a la escuela Freyre, las chicas y los chicxs escribieron sus textos con las docentes y querían editarlos, por eso nos invitaron. En muchas oportunidades vemos que también relacionan nuestro trabajo con el reciclado y el trabajo de lxs recuperadorxs urbanxs. Es muy importante hacer hincapié en eso, ya que el destino de nuestra basura nos tiene que preocupar y ocupar. Creemos que transformar material de desecho como el cartón, en un objeto de la cultura ¡es un buen paso!”
Cinco años de existencia, edición y circulación amplificando voces del litoral es una proeza que las editoras no miran como superhéroas, sino como una acción política que necesita de dirección y elecciones firmes, pero en diálogo. ¿Qué piensan las editoras sobre Legüera como hecho transformador en sus propias vidas?
“Enarbolamos la bandera de los derechos sociales de nuestra comunidad editando a quienes no pueden acceder a un formato de edición tradicional. Hacemos circular y en esto pensamos en el derecho al libro que tienen todes, a la lectura. Sostenemos una mirada ecológica reutilizando material desechable, colocando en valor el cartón y a las/os que los comercian. Volver un elemento simple como el cartón, en objeto irrepetible y comunitario a la vez, nos permite un intercambio de conocimientos y de afecto. Legüera es comunidad, es amorosear y nos hace muy felices”.