Nahuel Faedo, investigador argentino que trabaja en la Universidad de Catalunya, realizó un trabajo científico donde se bucea en las barreras que tienen que sortear las trabajadoras de prensa en el área deportiva.
El periodismo deportivo fue históricamente uno de los terrenos de los medios de comunicación con mayor dominio y participación de los hombres, y con niveles de machismo que alcanzan la línea del periodismo policial, otro terreno absolutamente complejo para las periodistas. periodista
En los últimos años fueron muchas las mujeres que empezaron a ejercer el trabajo de periodistas deportivas. Ese camino que fueron trazando se ensanchó, comenzó a crecer en cantidad, calidad y a tener visualización en la sociedad. Hoy no sorprende prender la tele y ver a una periodista en la conducción de un programa de fútbol, escuchar a una comentarista en radio o leerlas en las redes sociales. Lo que a muchos nos sigue generando sorpresa (¡año 2024!) es el alto nivel de discriminación, violencia y machismo en gran parte de la sociedad. Esa sociedad es perfectamente representada en las empresas periodísticas.
Desde Pausa tuvimos la posibilidad de dialogar con el periodista e investigador Nahuel Faedo, autor junto a Raúl Martínez Corcuera de una publicación que se titula “Acoso y discriminación: la realidad de las mujeres periodistas en deportes”. La investigación se enmarca en la realidad española, que lamentablemente es muy similar a la que se vive en Argentina.
El egresado de la Universidad de Quilmes y de Deportea, y actualmente investigador en la Universidad de Catalunya, analizó las maneras que tienen las periodistas para enfrentar y superar las barreras y estigmas en un círculo sometido por hombres. Entre otros temas el académico hizo foco en la visibilidad de estas problemáticas y la necesidad de una transformación profunda en el enfoque de la cobertura deportiva.
—¿Por dónde pasa el eje del trabajo publicado recientemente?
—Es una investigación científica y luego la adaptamos a una versión divulgación. Principalmente se centra en la investigación de las mujeres periodistas en las redacciones españolas. Se exploran diferentes cuestiones, como el acoso sexual, la discriminación de género, la exclusión de las mujeres en las posiciones de liderazgos y los desafíos para poder romper el techo de cristal. También se examinan los estereotipos y vemos como las expectativas sobre las apariencias físicas afectan las carreras de las mujeres periodistas deportivas.
—¿El acoso y la discriminación en las periodistas va en la misma línea de todo lo que tienen que soportar muchas deportistas?
—Sí, está completamente relacionado. El machismo que se vive en el deporte se traslada al campo del periodismo deportivo. A grandes rasgos el deporte es un sitio dominado por hombres y esto también sucede en el periodismo deportivo. Se enfrentan a un entorno laboral hostil, muy similar al que sufren deportistas, experimentan acoso, discriminación y subestimación de sus capacidades profesionales. Las periodistas suelen ser juzgadas por su apariencia física y se enfrentan a este tipo de techo de cristal que limita su progreso profesional, al igual que muchas deportistas que luchan por ser reconocidas en un mundo dominado por hombres.
—¿Disminuyen los actos de discriminación en los últimos años, sigue en la misma tendencia o varía según las sociedades de cada país o provincia?
—La discriminación mostró una leve disminución, pero sigue siendo prevalente. Aunque hay avances como la mayor visibilidad de las mujeres en algunos sectores la discriminación aún persiste y varía dependiendo de las sociedades, países o incluso provincias. En España las periodistas enfrentan la misma falta de representación en puestos directivos y siguen sufriendo comentarios sexistas y violencia en las redes sociales.
—¿Por qué hay más periodistas deportivas mujeres?
—En parte se debe a los cambios sociales que promueven a la igualdad de género y las políticas de cuotas que promueven a las mujeres en las redacciones, aunque algunas de estas contrataciones muchas veces dependen a la demanda de imagen. La presencia de las mujeres periodistas deportivas aumentó debido al reconocimiento de su capacidad profesional, especialmente en áreas como el fútbol femenino, donde ganó popularidad en los últimos años.
—¿Cuál es el cambio más notorio que le ha dado la mujer al periodismo deportivo?
—Uno de los cambios más notables es la introducción de una perspectiva más inclusiva y diversas en las narrativas deportivas. Contribuyeron a darle mayor visibilidad al deporte femenino. Acá (España) se hablaba de fútbol, para los hombres, y de fútbol femenino para las mujeres, como si el “fútbol femenino” fuese un sub nivel. Ahora se enfatiza un poco más, se empezó a hablar de fútbol masculino y femenino, creo que eso fue un cambio importante en la narrativa.
—¿La cabeza y columna vertebral de los medios de comunicación sigue siendo machista?
—Sí, definitivamente. Creo que ese es el problema más grande, es muy difícil encontrar mujeres en los puestos directivos de las empresas periodísticas. Ellas (periodistas) creen que este es uno de los mayores problemas, es muy difícil de incidir en las decisiones si uno no tiene el acceso a esas decisiones. Hay un reclamo por posiciones de liderazgos, ya que esos lugares siguen siendo ocupados por hombres y ellas se siguen enfrentando a muchísimas barreras para poder ascender a roles de poder.
—¿Creés que los cambios en los medios fueron superficiales o van hacia una transformación de igualdad real?
—Hasta ahora muchos fueron más superficiales que reales, muchas periodistas están por compromiso, por lo que impone la cuota, porque “hay que tenerlas”, muchas veces los medios de comunicación deciden de esa forma. Aunque hay algunos indicios de que alguna transformación podría estar en proceso, especialmente con el impulso de las nuevas generaciones, son más conscientes de la igualdad de género.
—¿Cuánto ayudan las redes sociales para que las periodistas deportivas hagan su propio camino?
—Es un arma de doble filo, por un lado, le brinda a la periodista una plataforma para tener su propia audiencia y tener su voz sin depender de los medios tradicionales, por otro lado, son espacios donde sufren altos niveles de acoso y ataques personales, algo que muchas veces puede resultar desalentador. En nuestro trabajo confesaron que decidieron cerrar sus redes para evitar los ataques personales.
—¿Para la periodista deportiva es más hostil el hábitat del periodismo deportivo o la sociedad que la consume?
—Ambos entornos son hostiles, pero el periodismo como industria tiende a ser más tóxico, especialmente en las redacciones, donde suelen predominar los hombres. La discriminación y el acoso son constantes según lo que ellas cuentan, pero también la sociedad que consume estos medios a menudo contribuye con ataques sexistas y violentos, principalmente a través de las redes sociales.
—¿Tenés optimismo con respecto al futuro del periodismo deportivo o pensás que casi todo seguirá igual?
—Intento serlo, aunque el camino es difícil, es más la buena voluntad que la realidad. Alguna de las razones para ese optimismo tiene que ver con el crecimiento del fútbol femenino y la mayor participación de las mujeres en el periodismo deportivo. Eso parece indicar que se producen cambios, pero es fundamental seguir impulsando una transformación estructural para poder alcanzar la igualdad. periodista
—¿Qué te han enseñado las periodistas deportivas de esta última década?
—Resiliencia, esa es la palabra. Las periodistas deportivas enfrentan y superan entornos hostiles. A pesar de las barreras y estereotipos es posible avanzar y abrir caminos en un campo dominado por hombres durante tantos años.