Con la crisis y la desregulación de precios, el consumo de yerba mate se derrumbó como nunca. En el acumulado, está 8,8% abajo de 2023, una caída nunca vista. Sólo en octubre hubo una retracción de más del 10%. El volumen vendido es el menor en ocho años.

En lo que va de 2024, las ventas de yerba mate al mercado interno, medidas por el Instituto Nacional de la Yerba Mate, son las más bajas desde 2016. Como sucede con la leche o la proteína animal, la llegada de Javier Milei al poder destrozó el poder adquisitivo y los consumos básicos de los argentinos, al punto que ni siquiera se está comprando la infusión que se usar para suplir la comida entre los más pobres.

Entre enero y septiembre se vendieron 215.854.559 kilos de yerba al mercado interno. Hay que ir hasta los 210.554.930 de 2016 para encontrar un volumen vendido más bajo.

Tras una escalada de precios en marzo, con la desregulación en abril de este año, hubo una serie de meses con una caída histórica en el consumo. En marzo hubo una merma interanual en las ventas de 29%, que luego fue seguida en los meses posteriores con caídas de 21%, 18% y 14%. Son porcentajes altísimos para uno de los consumos más difundidos en nuestra cultura. En octubre, la caída de ventas fue de 10,05% en comparación con octubre de 2023.

Así, en lo que va de 2024 se registra la mayor caída interanual en la venta (-8,8% en el acumulado enero a octubre). Hasta la fecha, la mayor caída anual en las ventas fue en 2021, pero ocurrió después de cuatro años de robusto crecimiento acumulado.

El Instituto Nacional de la Yerba Mate mide las ventas "a salida de molino". Según explican, "es el indicador más cercano al comportamiento de la yerba mate en góndola, ya que incluye tanto el volumen que se envía a los centros de distribución de las firmas yerbateras como las compras efectuadas por los mayoristas, hipermercados supermercados".

Así se ve la curva de ventas en los últimos años. Estamos entrando el período habitual de caída estacional, habrá que ver hasta dónde llegará el pozo.