La Misión de Salud Irma Carrica presentó un proyecto de ordenanza en el Concejo Municipal para que las promotoras comunitarias pasen a formar parte de los equipos interdisciplinarios de atención primaria.
La Misión de Salud Irma Carrica, de Patria Grande Santa Fe, presentó un proyecto de ordenanza en el Concejo pidiendo que el Municipio reconozca a lxs promotorxs comunitarios de la salud y lxs incorpore a los equipos interdisciplinarios de atención primaria del sistema local.
El proyecto propone la creación de la figura de “Promotor/a Comunitario/a de la Salud” en la órbita de la Subsecretaría de Salud de la Secretaría de Políticas Sociales del Municipio, entendiéndola como “la persona de la comunidad [...] que forma parte del equipo interdisciplinario, promoviendo la participación y organización comunitaria, fomentando el desarrollo de la Atención Primaria de Salud [...], reconociendo y respetando los valores comunitarios locales, que se adapta a los programas del sistema de salud, los fortalece y genera nuevos proyectos”.
Las funciones de lxs promotorxs serían, entre otras, “afianzar el trabajo en equipo, las acciones intersectoriales, la ejecución de proyectos y programas sanitarios y los procesos de comunicación y acceso a la información en materia de prevención y promoción de la salud; actuar como nexo entre la comunidad y todos los efectores del ámbito público de Salud; relevar en forma permanente el estado de salud de la población; desarrollar y difundir actividades de promoción, prevención y protección de la salud en coordinación con los efectores de salud, organizaciones, instituciones educativas o clubes”.
Lxs promotorxs prestarán servicios a la Subsecretaría de Salud bajo la modalidad de contratación que esta determine y en una institución designada por ella. Deberán para ello cumplir con el nivel de instrucción que valide sus competencias, priorizando aquellas formaciones de carácter universitario.
“Hay que modificar la matriz del sistema de salud”
Esto se da en el marco de la Diplomatura en Gestión y Promoción de la Salud Comunitaria que está llevando adelante la Universidad Nacional de La Plata en varios puntos del país, y que realiza aquí en Santa Fe por segundo año consecutivo en conjunto con la Misión Irma Carrica. Este año tuvo lugar en los clubes Arroyito Seco, de Alto Verde, Arca, de Yapeyú, y 12 de octubre, del barrio homónimo y se recibieron 35 personas, que junto a las 22 de 2023 dan un total de 57 promotoras comunitarias que obtuvieron un título que acredita y reconoce una labor que ya vienen realizando en sus barrios hace mucho tiempo.
¿Y de qué se trata esa labor? Según lo entienden desde la Irma Carrica, es un enfoque que “tiene que ver con la prevención y promoción de la salud con la comunidad, no solamente en el sistema formal (centros de salud, hospitales), sino también en instituciones culturales, organizaciones barriales, comedores, clubes, instituciones culturales, etc”.
Si bien a veces se piensa en las promotoras solo como un actor que vincula a los efectores de salud con la comunidad, su función no se agota allí: “Hacen controles, ubican gente en el barrio que esté atravesando situaciones de consumo problemático o de violencia de género, detectan complicaciones con el plan de vacunación. Es un rol muy importante”. Este trabajo se realiza todos los días en los barrios más vulnerados de la ciudad –y de todo el país- y no es reconocido salarialmente. “Hay compañeras de las 57 que se recibieron en la Diplomatura que hace años desarrollan actividades en clubes, instituciones culturales, comedores, copas de leche”, cuentan desde la organización.
Para la Misión Irma Carrica, el sistema de salud cuenta con una dificultad estructural, y es que está centrado en la atención de la enfermedad y no en la prevención y promoción. En ese sentido, reconocer el rol de las promotoras comunitarias busca ser un primer paso hacia un objetivo macro, que es modificar esa matriz: “El Municipio tiene una ventana de oportunidad en ese sentido”.
Además, desde la organización destacan un carácter diferencial del sistema de salud santafesino, que es la casi absoluta predominancia de los efectores de gestión provincial: “De los 50 centros de salud que hay en la ciudad, solo uno es de gestión municipal. Si comparamos con otras ciudades, en La Plata hay 47 centros y todos son municipales; Córdoba tiene 117 y 101 son municipales; y Rosario tiene 84 y 52 son municipales. Es increíble la diferencia con otras ciudades. Y no está mal, defendemos que haya centros provinciales, pero los municipios tienen más capilaridad, más llegada en el territorio. Santa Fe tiene una buena cantidad de efectores: el vecino, en cualquier lugar que se pare en el mapa, tiene un centro de salud a 15 o 20 cuadras como mucho. Pero la injerencia del Municipio en ese sistema es muy poca. Creemos que si se reconoce el rol de las promotoras se podría hacer muchísimo en esto de ir cambiando la matriz del sistema de salud y tomar más cartas en el asunto”.
“Sabemos que el proyecto requiere una discusión de financiamiento y la Municipalidad está yendo en camino contrario, los sectores populares no son su prioridad; pero los concejales nos tienen que atender, por lo menos para escuchar el trabajo que llevan adelante las compañeras y poner sobre la mesa la discusión que queremos llevar adelante sobre el sistema de salud”, concluyen desde la Irma Carrica.
Carolina Aquino es una de las 57 promotoras comunitarias que obtuvo su título este año en la Diplomatura de la Irma Carrica, avalado por la Universidad Nacional de La Plata. Hace doce años que trabaja en Arroyito Seco, el club y organización social de Alto Verde, pero la labor de promotora la viene “haciendo desde siempre, sin saber que era una promotora de la salud”.
—¿En qué consiste esa labor?
—En la atención primaria de la salud con acciones en relación a determinaciones sociales, reconociendo y respetando los valores comunitarios locales. En Arroyito trabajamos con consumos problemáticos de sustancias, a través de un convenio con la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento integral de las Adicciones (Aprecod), articulando con el centro de salud, derivando a los chicos a la psicóloga o al psiquiatra y comunicándonos por su medicación. Todos los años hacemos un relevamiento de los chicos: nutrición, medida, vemos si les falta alguna vacuna. También hacemos chequeos con los adultos mayores y hacemos relevamientos de salud en el comedor, porque hay personas diabéticas, otras con hipertensión, chicos desnutridos. Además, hicimos un proyecto para erradicar los microbasurales, que se forman porque acá en Alto Verde entra el recolector por la calle principal, pero no sobre otras calles. La salud comunitaria no tiene que ver solamente con las enfermedades, sino principalmente con la promoción y la prevención.
—Y antes de que ustedes hagan ese trabajo, ¿quién lo hacía?
—No, no lo hacía nadie.
—¿Es algo que se replica en muchos barrios?
—Sí. En la diplomatura, por ejemplo, había gente de todos lados, y también de distintas profesiones también; de las fuerzas de seguridad, futuras psicólogas, nutricionistas, gente del barrio. Necesitamos que se reconozca el laburo que venimos haciendo. Tenemos el ejemplo de la provincia de Buenos Aires, que desde 2016 tiene la Ley 14.882.
—¿Por qué crees que es importante el rol de las promotoras?
—Adquiere más importancia porque generalmente no hay muchos profesionales para la cantidad de gente que habita en el barrio. Acá hay un psicólogo y una psiquiatra para trabajar en toda la zona costera, que sería Alto Verde, La Guardia y Rincón. En el centro de salud hay un médico clínico, un pediatra, un bioquímico y un psicólogo. Hay tres trabajadores sociales para todo el barrio, y no hay médico de guardia, estamos juntando firmas para que haya uno. Lo mismo pasa con los turnos: la gente sale a las 11 de la noche para ser atendida a las 7 de la mañana, cuando dan diez turnos. En todos los barrios debe pasar lo mismo.