Un socio empresario a Cancillería

El despido de Mondino llegó finalmente, después de meses de amagues del gobierno de Milei. En su reemplazo llega el ex embajador en Estados Unidos Gerardo Werthein, con una amplia carrera en el mundo privado.

En un capítulo más de inestabilidad del Gabinete de Ministros, el presidente Javier Milei despidió a la canciller Diana Mondino luego de que la representación diplomática de Argentina votara en contra del bloqueo de Estados Unidos a Cuba ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En realidad, la actuación de Mondino en representación de la Argentina no significó un disparate a nivel internacional, sino todo lo contrario: votó en el mismo sentido que 187 países integrantes de la Asamblea General de la ONU. En tanto, en la vereda de enfrente quedaron ubicados los votos en contra de Estados Unidos e Israel, y la abstención de Moldavia.

Vale destacar dos cuestiones al respecto del voto de Mondino. Por un lado, se podría interpretar como una de las actuaciones dotadas de mayor racionalidad desde que asumió la gestión de Milei en el Gobierno nacional, teniendo en cuenta las votaciones históricas del país en esta materia. Por otro lado, se trata de una postura que va en sintonía con el reclamo por las Islas Malvinas, cuyo trasfondo de denuncia de invasión se relaciona con el reclamo cubano.

Sin embargo, tal como ha sido demostrado tanto en la política exterior como en la doméstica, la racionalidad del Gobierno está sujeto a cierto dogma prefabricado por Javier Milei y el entorno libertario. Entonces, la coherencia del voto de Mondino es un terreno de incomodidad para quienes llevan su retórica disruptiva a dimensiones insólitas. Incluso, cuando esa intransigencia dogmática lleva a peligrar reivindicaciones históricas en nuestra política internacional. 

“La Argentina atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”, justificó el despido en un comunicado la Oficina del Presidente. Y así, el Gobierno dio paso a la llegada a la Cancillería del embajador de EEUU, Gerardo Werthein.

¿Quién es Gerardo Werthein?

El apellido del nuevo Canciller –que se encontraba a cargo de la embajada argentina en EEUU– puede resultar familiar: se trata de una de las familias empresarias más influyentes del país, con vinculación en industrias relacionadas a telecomunicaciones, energía, alimentos, inversiones inmobiliarias, salud, seguros, tecnología, ganadería y más. 

De hecho, Werthein se ubica ahora en el primer puesto del ranking de funcionarios con mayor patrimonio del Gabinete de Ministros. Declaró un patrimonio de más de $85 mil millones, que comprende propiedades en el exterior y un inmueble en la CABA, además de depósitos en dólares en el exterior, créditos en fideicomisos y fondos de inversión vinculados al mercado inmobiliario. 

Si bien Gerardo luego se retiró del Grupo Werthein, el funcionario libertario logró la compra de Telecom Argentina (que después fue vendida al Grupo Clarín). Así como también, el grupo es dueño de Vrio Corporation, la empresa que controla la operación de Direct TV en diversos países de América Latina, Torneos y TyC Sports. 

Y en coincidencia con el tipo de empresariado que marida mejor con el Gobierno nacional, decidió radicarse en Uruguay y establecer su domicilio fiscal allí después de la implementación del impuesto a las grandes fortunas y el aumento a Bienes Personales durante la gestión de Alberto Fernández. No obstante, tuvo un “golpe de suerte” al volver a radicarse en Argentina tiempo después de la victoria de Javier Milei y que el nuevo presidente redujera Bienes Personales y estableciera mejores condiciones para aquellos que conservaran el patrimonio fuera del país. 

Actualmente, es accionista del diario El Cronista y del multimedio uruguayo El Observador, con una radio porteña con el mismo nombre, dirigida periodísticamente por Luis Majul y con figuras como Esteban Trebucq y Yanina Latorre en su programación.

La designación de Werthein demuestra en algún punto el perfil de algunos funcionarios que rodean al Gobierno nacional: sin formación vinculada directamente al cargo, pero con una larga trayectoria en el mundo empresarial. Y en este caso, con contactos internacionales propios.

Su rol como embajador

Con su designación a cargo de la embajada de EEUU, Gerardo Werthein se convirtió en uno de los pocos embajadores nombrados por Milei sin poseer experiencia diplomática previa. Su profesión tampoco se vincula ni con la embajada ni con la Cancillería: estudió medicina veterinaria.

Aunque sí mantiene una carrera política en el mundo del deporte. Desde 2009 hasta 2021, Werthein fue presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) y es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) desde 2011, en el que no sólo integró varias comisiones y la Junta Directiva, sino que fue elegido como vicepresidente del mismo este año.

Sin embargo, en su labor como empresario cosechó algunas relaciones personales de gran peso con EEUU, como es el caso de su amistad con el expresidente Bill Clinton. En efecto, integró la comitiva de Milei en un viaje a Nueva York y Washington en el que el presidente mantuvo un almuerzo con Clinton y el representante de Joe Biden para América Latina, Chris Dodd, además de otros funcionarios estadounidenses.

Del mismo modo, Werthein no se ha perdido de participar de las reuniones de Milei con Elon Musk, con quien su grupo familiar disputa el mercado del internet satelital: la empresa Vrio Corporation (Grupo Werthein) se unió con Amazon para avanzar con su propio servicio en Sudamérica. 

Antes de la llegada de Milei a la Casa Rosada, Werthein integró la visita de Milei a la tumba de Menachem Mendel Schneerson, también conocido como “el rebe de Lubavitch”, referente de un sector de la comunidad judía denominado Jabad Lubavitch. Y también Werthein fue responsable de una generosa inversión: pagó un vuelo en jet privado a Estados Unidos por más de US$200 mil para Milei, su hermana, Nicolás Posse, Luis Caputo y Santiago Caputo antes de asumir.

A pesar de la relación personal entre Milei y Werthein, desde el Gobierno destacan su trabajo en la gestión de acuerdos vinculados al comercio y la inversión por parte del principal Estado referente para el líder libertario. 

El nuevo desafío

“En nuestro país hay una sola política exterior: la que define el Presidente. Y todo el equipo de la Cancillería estará alineado con esa visión”, dijo en un comunicado Gerardo Werthein tras el anuncio de su nuevo cargo en el Gabinete. Su mayor desafío será realmente comprender cuál es la definición de Javier Milei, cuya postura dogmática parece tomar algunos callejones inexplicables en algunas oportunidades (por ejemplo, con China).

Sobre todo, Werthein deberá lidiar con dos problemáticas centrales en su nuevo cargo. Por una parte, el impacto negativo que generaron los últimos anuncios del Gobierno nacional contra el sector diplomático: la intención de cobrar el impuesto a las ganancias (aunque ya tuvo un revés de la Justicia); la iniciativa de recorte de los fondos destinados a gastos de traslado de los diplomáticos; y en relación con la anterior, las amenazas de auditoría al personal de carrera de la Cancillería con el fin de “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.

Cabe destacar que el nuevo Canciller no es justamente un referente para el sector diplomático, ya que muchos no ven con buenos ojos la migración de Werthein a Uruguay para no tributar en el país y su casual regreso casi en simultáneo a los anuncios de Milei de los beneficios fiscales. Tampoco se sabe de qué manera son recibidas las amenazas de Milei, cuando horas después de la salida de Werthein de la embajada de EEUU, el consulado argentino en Nueva York realizó una fiesta de Halloween con más de 30 invitaciones a empleados, familiares y amigos.

Por otra parte, el empresario deberá lidiar con el sectarismo que caracteriza al Gobierno nacional que no conjuga bien con cierto tipo de pragmatismo ideológico. Es así que las tropas digitales ya tienen a su alcance los archivos en los que no solamente Werthein festejaba la victoria de Cristina Fernández de Kirchner en 2011, sino también cuando festejaba el modelo centrado en la producción durante su gestión en vez de uno de acumulación financiera. 

Incluso, Werthein estará cercado por un anillo conservador integrado por el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, un militante libertario de estrecha conexión con sectores católicos; y por la abogada conservadora y nueva “asesora ad honorem”, Úrsula Cristina Basset. Se trata de dos funcionarios “anti woke” que responden directamente a Santiago Caputo y Karina Milei. Restará saber de qué manera limitarán el accionar de Werthein, que se caracterizó en su dirección del COA por la elaboración de un “Estatuto progresista”, cuyo objetivo era la igualdad de género en el deporte. “Argentina es un ejemplo en el mundo y espero que las Federaciones y los Comités Olímpicos lo tomen para llegar al 50-50 en el deporte”, había dicho Werthein durante los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.

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