Diversidad sexual versus batalla cultural

ANUARIO 2024 | Desde que asumió Milei, la comunidad LGBTIQ+ fue destinataria de un profundo ataque discriminatorio y de odio, acompañado por un desmantelamiento y desfinanciamiento de políticas destinadas al colectivo.

Al igual que realiza con diversos sectores de la sociedad, la gestión presidencial de Javier Milei tuvo como destinatario de su ajuste a la comunidad LGBTIQ+. Sin embargo, la avanzada no fue solamente en términos económicos, sino también en términos culturales y políticos, ya que las disidencias son destinatarias del odio y la discriminación por parte de los sectores libertarios. Ese odio sustentado en una supuesta “batalla cultural” se combina con una mayor desprotección del colectivo por parte del Estado.

En principio, al comienzo de la gestión de Milei se eliminó el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad a nivel nacional, además del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). De forma complementaria, se ordenó la prohibición del lenguaje inclusivo y todo lo relacionado a una perspectiva de género en la administración pública.

Este desmantelamiento temprano de políticas con perspectiva de género y diversidad sexual por parte del Estado alcanzó otras expresiones de carácter declarativo, pero que también podrían ser anticipatorias. Por ejemplo, en febrero se presentó un proyecto de derogación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, además de expresar una serie de cuestionamientos a la Ley de Educación Sexual Integral y a la Ley Micaela.

En términos de gestión estatal, Milei desfinanció brutalmente programas destinados para el colectivo LGBTIQ+. Por ejemplo, el Programa de Apoyo y Acompañamiento a Personas en Situación de Riesgo por Violencia por Motivos de Género (Acompañar), del cual uno de sus objetivos es el fortalecimiento a la independencia económica de las mujeres y de disidencias sexuales en situación de violencia de género en todo el país, tuvo una caída del 87,1% en su ejecución durante el 2024, según datos de septiembre. Del mismo modo, se observa un desfinanciamiento a la Línea 144.

Por otra parte, en cuanto a la implementación del cupo laboral trans, garantizado a través de la Ley N° 27.636, el Gobierno nacional avanzó con el despido de 100 personas trans hasta el 8 de abril, de acuerdo a los datos del Observatorio Transindical de Trabajadores TTNB en el Estado. 

El ataque a la diversidad sexual por parte de los libertarios se evidencia también observando las declaraciones de sus principales dirigentes y los posicionamientos a nivel internacional. Por ejemplo, cuando la Casa Rosada difundió un video festejando el “Día del Niño” y alertó contra la “ideología de género” en el mismo mensaje. O durante la exposición del ministro de Justicia de Argentina, Mariano Cúneo Libarona, ante la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, en la que había expresado: “Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología: son inventos subjetivos…”.

Un episodio muy cruel se vivió con la negación del lesbicidio de Barracas por parte del vocero presidencial, Manuel Adorni. Por un lado, se mostró mucho más preocupado por discutir la existencia o no del término “lesbicidio”. Y, por otro lado, negó la particularidad del crimen de odio al sostener: “No me gusta definirlo como un atentado a determinado colectivo”.

Otro ejemplo se halla en el cambio de posicionamiento de la Cancillería argentina. Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, fue uno de los países que impulsaron un proyecto de enmienda en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que buscaba eliminar la palabra “género” en una resolución sobre violencia de género, además de pedir la quita de términos como “mujeres trans”, “paridad de género”, “discriminación” y más del documento final de la 54° Asamblea General de la OEA.

Esta reorientación de la política internacional de nuestro país, que nos llevaron a estar alineados con los países con políticas más punitivas y restrictivas contra la diversidad sexual, provoca preocupación en la política exterior. Tal es así que, en una carta publicada por la embajada de los Estados Unidos en la Argentina, representantes de casi treinta embajadas y de la Unión Europea se unieron para expresar su apoyo a la comunidad LGBTIQ+ del país.

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