Salarios e inflación: no sos vos, es el gobierno que disparó tus costos fijos

Las cifras del Indec marcan que, a octubre, los salarios crecieron entre el 120% y el 170% y la inflación casi 160%, durante el gobierno de Milei. Sin embargo, hay ciertos consumos, inevitables y muy pesados, como la luz, el alquiler o el bondi, que subieron entre el 200% y el 400%, gracias a las medidas del gobierno nacional.

¿Qué pagás primero, la luz y el gas o las milanesas de la semana? ¿Guardás plata para ir al cine o para pagar el alquiler? ¿Qué dejás primero, el celular o el porrón? ¿Es preferible tener plata para el bondi o para comprarte un calzón nuevo?

Las estadísticas permiten observar la realidad más allá de la intuición individual simple, pero a veces el concepto sin intuición es algo vacío. Todos los meses el Indec publica sus datos sobre el índice de precios al consumidor (la “inflación”) y la variación de salarios (privado registrado, público y no registrado). Una mirada al detalle de estas cifras permite explicar por qué estadísticamente y en los números el salario parece empatar la inflación, pese a que la realidad de tu bolsillo sea totalmente otra.

Según el Indec, durante los primeros 11 meses de la gestión de Javier Milei los salarios privados registrados subieron casi el 160%, la misma cifra que la inflación. Los salarios públicos, castigadísimos por la motosierra, subieron un 121%. Los no registrados se incrementaron un 176%. Hasta aquí, se supone que los únicos que perdieron –y feo– son los empleados públicos. Los privados habrían empatado y los trabajadores no registrados estarían ganando por goleada.

Esto sería así de no ser porque tenés que pagar tarifas, transporte, celular y, en el caso del 31% de la población, un alquiler. Y estamos suponiendo que toda la población está sana y no compra medicamentos.

Salarios e inflación: el peso de los costos fijos

Los principales indicadores oficiales de consumo marcan caídas verticales e históricas en las ventas al mercado interno de leche, carne vacuna y yerba. Nadie dejaría de comprar comida si no es porque le falta plata. ¿Qué es lo que pasa? Que primero hay que pagar los costos fijos.

El peso de los costos fijos se multiplicó durante los 11 meses del gobierno de Milei. Según el Indec, el costo de “Electricidad, gas y otros combustibles” se incrementó 398,8%, el del transporte público un 313,3%, el alquiler saltó un 243,5% y los “Servicios de telefonía e internet” se incrementaron 218%.

Son cosas que sí o sí tenés que pagar. No importa si la ropa, los electrodomésticos o, incluso, la comida, tuvieron incrementos por debajo del índice general de precios. El problema es que esos costos inevitables volaron por encima de la inflación que hubo en ese lapso, que fue de 159,8%. El impacto de pagar esos costos fijos saltó y, entonces, el resto que queda para lo demás es mucho menor.

Cabe recordar que es el gobierno nacional el que recortó los subsidios a la luz y el gas, provocando tarifazos, el que derogó la Ley de Alquileres, disparando incrementos, y el que desreguló los servicios de telefonía e internet. Puntualmente, serruchó a cero los subsidios del transporte público en el interior, generando un alza en ese costo que no se refleja del todo en estas cifras, que corresponden al Gran Buenos Aires.

En el caso de los trabajadores privados registrados, la capacidad de pago de las tarifas de luz y gas se derrumbó en febrero y a octubre tiene una caída de -48%. Literalmente, quiere decir que pagar las tarifas exige el doble de esfuerzo que en 2023.

Para el transporte público, la pérdida de capacidad de pago actual es de -37%. En los alquileres, la pérdida de capacidad de pago es de -24%. Este punto es crucial porque el alquiler es siempre un gasto grande y decisivo. Se puede pasar de jamón natural horneado a una pasta rosada fosforescente y grasosa, pero no se puede dejar de pagar el alquiler sin mudarse a un hogar más precario o lejano o hacinado. En lo que refiere a la telefonía e internet, la pérdida de capacidad de pago de los trabajadores privados registrados es de -18%

En los trabajadores públicos, a octubre de 2024 y tomando como base noviembre de 2023, las pérdidas son catastróficas: -55% en las tarifas de luz y gas, -46% en el transporte público (¡pagar la luz y viajar requiere el doble de esfuerzo que en 2023!), -35% en los alquileres y -30% en internet y telefonía.

Para los trabajadores no registrados, las pérdidas de poder adquisitivo en los costos fijos son menores, pero sus salarios son mucho más bajos desde un principio:  -44% en las tarifas,  -33% en el transporte, -19% en alquileres y -13% en internet y celular.

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