Un fenómeno barrial (de circo)

ANUARIO 2024 | Milei rompió tradiciones históricas en política exterior y se dedicó a visitar líderes de ultraderecha global con la tuya.

El prestigio como referencia global en Derechos Humanos, el impulso del bloque regional, la relación amable con la potencia ascendente y la declinante, el respeto por la autonomía de las naciones, la defensa a rajatabla del pacifismo, el reclamo continuo por Malvinas. Con ningún beneficio para el país, Javier Milei rompió tradiciones de nuestra política exterior que laboriosamente habían construido, con mayor o menor persistencia, las cancillerías de todos los gobiernos democráticos argentinos. A cambio, se dedica a visitar mitines de la ultraderecha global, financiado con la tuya.

De todos los errores en materia internacional, el más grave, por lejos, es haber abandonado la oportunidad histórica de ingresar a los BRICS, reforzando la iniciativa china de la Franja y la Ruta de la Seda. Pese a la diplomacia de insultos que tuvo la ex canciller Diana Mondino, China literalmente salvó a la gestión libertaria cuando le renovó el swap de monedas a mitad año. Pero todo tiene un límite. La alineación incondicional del gobierno con Donald Trump es, en los hechos, un bloqueo a la política de inversión en infraestructura estratégica que China desarrolla en todo el mundo. Como pago, Trump sólo puede ofrecer lo que Estados Unidos generó en toda su historia: mayor dependencia financiera.

Queda una última línea para la defensa ciega de Israel en su avanzada genocida en Medio Oriente. Desde el menemismo no se veía un alineamiento semejante. Es un antecedente oscuro a la hora de figurar consecuencias.

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