El gobierno dice que cae la pobreza, pero la población dejó de comer carne. En lo que va del gobierno de Milei se produjo un derrumbe vertical en el consumo per cápita de proteína animal (vaca, pollo y cerdo).
Sumados la vaca, el pollo y el cerdo, el pico de consumo per cápita de proteína animal fue durante el último año de CFK en el poder. En 2015, los argentinos comimos 116,1 kilos per cápita anual de carne. Hoy esa cifra está en 110,1. Son casi seis kilos menos, es una caída del 5,1%.
En 2007, último año del gobierno de Néstor Kirchner, el consumo per cápita anual de carne de vaca era de 68,1 kilos en el año. Ese fue el pico de los últimos 21 años. El 2024 cerró con un consumo de carne de vaca de 47,8 kilos. Son casi 21 kilos menos al año. Perdiste más o menos el medio kilo de asado semanal.
Quizá lo sentiste más, quizá lo sentiste menos. Se trata de lo que se puede medir: el consumo per cápita. Toda la carne vendida al mercado interno, tanto la que se crió en el país y no se exportó como la que se importó, dividida la cantidad de habitantes. Seguro que hay alguien que se comió los dos pollos que vos no comiste. Por eso, una caída en un consumo per cápita es algo muy significativo: quiere decir que lo que pierden los que más pierden ni siquiera se compensa con lo que ganan los que más ganan.
El saldo final vale decirlo: durante los gobiernos de Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Alberto Fernández, comparando sus puntos de inicio y final, el consumo de proteína animal siempre creció. Con el gobierno de Mauricio Macri cayó (y mucho) y con el gobierno de Javier Milei se viene derrumbando. Con los gobiernos populares el consumo de proteína animal crece, con los gobiernos liberales cae. Es dato, no opinión.
Así es como se produjo un crecimiento casi continuo en la cantidad de proteína animal consumida por los argentinos desde 2003 a 2015. Luego, con Macri hay una potente caída, del 4,33%, y con Fernández se da una recuperación que no alcanza los niveles de 2015. Con Milei en el poder, se dio un derrumbe significativo.
Sirven también los datos para comparar la situación del primer año de Néstor Kirchner y la actualidad. El gobierno resalta continuamente que recibió la peor crisis de la historia de Argentina. Pues bien, en 2023 los argentinos comían un 37% más de proteína animal que en 2003. Son 31 kilos más de carne de vaca, pollo y cerdo per cápita en 20 años. Desde ese fondo se fue creciendo casi sin parar hasta 2015 (se nota el impacto de la crisis de 2009).
Cada proteína animal
La historia de la mesa de los argentinos en los últimos 21 años es la historia de cómo fuimos sustituyendo la carne de vaca por la de pollo y cerdo. Porque al mismo tiempo que sumamos 31 kilos de proteína animal entre 2003 y 2023, en el mismo período perdimos 12 kilos de carne vacuna. Así cambió la composición de lo que comemos.
Como se puede ver, en el 2024 casi empata por primera vez la cantidad de kilos de pollo y de vaca comidos por la población. El consumo per cápita de vaca está en 47,8 kilos y el de pollo en 45,2.
En el caso del consumo de carne de vaca, la merma es más o menos continua desde 2007. No obstante, en el gobierno de Fernández hubo un crecimiento de poco menos de dos kilos per cápita.
En la era Milei, el consumo de carne vacuna es literalmente el más bajo de la historia. Respecto del año pasado, la merma es del 8%.
La carne de pollo se fue convirtiendo en el sustituto de la carne vacuna, pero también cayó en 2024 respecto de 2023. La cantidad de kilos per cápita se estancó cerca de 2015, alrededor de 45 kilos por persona. De hecho, durante el macrismo el consumo de pollo cayó levemente, 0,39%. Durante el gobierno de Milei, se registra una contracción mayor, de 1,4%.
La industria porcina también estuvo de parabienes en las últimas dos décadas. Literalmente, el consumo de carne de cerdo se triplicó y todavía tiene mucho margen para seguir creciendo (pasó de cinco kilos per cápita a 17 kilos). La carne de cerdo es un poco más barata que la de vaca, pero sigue siendo mucho más cara que la de pollo.
Hasta el momento, no hemos podido hallar estadísticas unificadas y actualizadas sobre producción y consumo de pescado de río y mar.