El año que pasó fue el más caluroso desde que hay registro, dejando en segundo lugar a 2023. Pero enero de 2025 ya superó a enero de 2024 y es el más caluroso. Está disparado el calentamiento global.
El 2024 fue el año más caluroso en el planeta desde que hay registro (1850). Marcó 1,29ºC por encima del promedio del siglo XX de 13,9ºC y quedó 0,1ºC por encima del récord previo, que fue en 2023. Los diez años más calurosos ocurrieron en los últimos diez años. Y ahora, con 1,33ºC de anomalía, enero de 2025 quedó 0,03ºC por arriba de enero de 2024. El calentamiento global está lanzado.
Según el Acuerdo de París, el objetivo planetario debía ser que la Tierra no sufra un calentamiento mayor a 1,5ºC. Está claro que todo indica que esto va a suceder. Según señala el reporte de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés), desde junio de 2023 todos los meses la anomalía está por encima de 1ºC.
El organismo climático norteamericano resaltó que "El nuevo récord global de enero es particulamente notable por haber ocurrido durante La Niña, la fase fría de la corriente El Niño. Las temperaturas globales tienden a ser más frías en períodos de La Niña, en comparación con los períodos de El Niño".
Hubo temperaturas récord en las islas Hawaii, el noreste de Canadá, el sur argentino, Ucrania y Bielorrusia y el oeste de Australia. En total, hubo temperatura récord en el 8,5% de la superficie del planeta.
Durante 2024, hubo 14 meses consecutivos de records de temperatura, desde junio de 2023 a julio de 2024. La temperatura de julio de 2024 fue la más alta de todos los meses de la historia. Específicamente, la temperatura oceánica marcó 15 meses consecutivos de records, desde abril de 2023 a junio de 2024. Ahora, con enero de 2025 volvieron los récords.
Polo derretido
Específicamente en el Ártico, las anomalías de temperatura fueron superiores a los 4°C. En todo el hemisferio norte se sintió el enero más cálido desde que hay registro, con una anomalía de 1,81ºC. La cobertura de hielo en el Ártico fue la segunda menor desde que hay registro: se perdieron 854.696 kilómetros cuadrados de hielo, respecto del promedio.