Con años de experiencia en la militancia barrial y estudiantil, Gastón “Tati” Restagno encabeza la lista a concejales de Santa Fe Humana. En diálogo con Pausa repasa su historia, detalla sus principales propuestas y se propone un objetivo claro: disputar la hegemonía de Unidos para Cambiar Santa Fe.
Gastón Restagno viene de una familia de comerciantes y laburó diez años en un negocio de indumentaria masculina, en un rubro “duro” como el textil, “uno de los tantos en los que ganan más los intermediarios que los que producen”. Las charlas con los clientes siempre terminaban en el mismo lugar: la política, que se fue convirtiendo de a poco en una obsesión, y que lo termino llevando a desandar uno de esos caminos que duran toda la vida.
El recorrido militante de “Tati”, como lo conocen sus compañeros, abarca una multiplicidad de lugares y experiencias: desde la iglesia en San Agustín II en la que comenzó todo, donde supo lo que era recuperar un potrero para los pibes y sostener una olla popular, y donde conoció esa “otra Santa Fe, que no era la que yo conocía”; pasando por las aulas de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, donde fue parte de la construcción de Octógono, el frente que materializo la mayor amplitud posible para lograr una victoria histórica sobre el radicalismo (“eso mismo quiero hacer ahora en la ciudad”, confiesa) y que aun hoy conduce el centro de estudiantes: hasta la toma de tierras en Las Delicias II, donde hubo que interceder para evitar que el narcotráfico se apodere de un plan de viviendas con las familias como rehenes y para crear, en el contexto más crudo, “lazos más comunitarios, más humanos”: “Hoy, diez años después, estamos construyendo 150 lotes para familias sin techo”.
Desde la flamante casa de Patria Grande Santa Fe, Restagno observa a la distancia “todo el recorrido que hicimos en el medio, fundando escuelas, abriendo casas para que las personas en situación de calle puedan dormir, creando programas de alfabetización, abriendo brigadas para descomprimir el trabajo de los centros de salud”, y confirma su próximo desafío: llegar al Concejo Municipal para multiplicar todas y cada una de esas experiencias: “Ayudar a los que ayudan, esa va a ser mi tarea prioritaria”, sentencia quien encabeza la lista de Santa Fe Humana.
El frente surgió con una idea clara, luego de las experiencias fallidas de los últimos gobiernos peronistas en el plano nacional y provincial: “No estaba claro el propósito de para qué nos uníamos, de para qué hacíamos política. Entonces empezamos a sembrar la idea de discutir el fin, el para qué. Ahí empezamos a intentar un proceso de reagrupamiento lo más amplio posible, llevando siempre por delante esa idea”.
Unidos bajo el mismo propósito, en Santa Fe Humana se pueden encontrar desde asambleas territoriales hasta fábricas recuperadas, desde sindicatos hasta centros culturales, desde partidos políticos hasta movimientos populares. Y más allá del objetivo inmediato, para Restagno se trata de un proyecto que busca trascender más allá de una elección, y que tiene un objetivo claro: disputar la hegemonía de Unidos para Cambiar Santa Fe.
—En la provincia se ha consolidado una hegemonía del Frente de frentes, con conducción en el Ejecutivo y en los principales municipios, mayoría automática en la Cámara de Senadores, en la de Diputados y en los concejos deliberantes y el control del Ministerio Publico de la Acusación. El Frente hoy es el dueño de la ciudad, y hace 18 años está gobernando. Tiene que haber una confrontación directa.
—¿Crees que no la hay?
—Hoy no.
—Del peronismo, por ejemplo, ¿no la hay?
—No, lejos, lejos -sentencia-. Santa Fe está abandonada, sucia, detonada. Por eso invito a que volvamos a planificar la ciudad que nosotros queremos, porque los que la planifican la planifican para ellos, para diez personas, pero en Santa Fe somos cerca de 500 mil. Hay una complicidad del Concejo muy grande, tanto del Frente como de los libertarios y del Partido Justicialista. Hoy el Concejo no está controlando la función del intendente. Nosotros queremos llegar ahí para controlar lo que se está haciendo con las cuentas públicas del Estado. Porque los recursos para solucionar muchísimas problemáticas están, nada más que están mal distribuidos.
En este sentido, un factor clave que identifica Restagno es la necesidad imperiosa de un recambio generacional: “Hay mucha gente que nos está vendiendo la renovación y que hace mucho tiempo ya forma parte de las estructuras del Estado. Son los que nos trajeron hasta acá. Hoy no hay una persona que tenga 30 años o menos en el Concejo. Ahí hay un sector muy grande de la población santafesina que no esta representada. ¿Y dónde quedan todas las problemáticas de las juventudes, que estamos sumergidas en un mundo del multitrabajo, que tenemos que tener dos o tres trabajos para poder llegar a fin de mes, que alquilamos porque no vamos a heredar, porque somos la generación sin casa, sin propiedad? Llegó el momento de parar la pelota y empezar a planificar. Porque si no lo hacemos las nuevas generaciones, no lo van a solucionar los mismos de siempre”.
La semana pasada, Santa Fe Humana presentó formalmente su lista para el Concejo en el playón deportivo del club Apache, en Santa Marta, construido gracias a la Subsecretaría de Integración Sociourbana (SISU) que luego el gobierno de Milei desmantelo. “Frente a los modelos de crueldad nuestra respuesta es el humanismo", manifestó Restagno en el acto. Mate en mano, se explaya sobre la oposición entre esos dos modos de entender la realidad y de actuar sobre ella.

—Rita Segato analiza cómo las sociedades actuales van naturalizando la violencia extrema y la humillación, y cómo esa naturalización hace que empecemos a ver a la violencia como algo cotidiano y no como algo excepcional. Es algo que se viene profundizando muchísimo en este último año, con el disciplinamiento de los distintos niveles de gobierno con los sindicatos y los movimientos, como lo que está haciendo la Provincia con las maestras o con los policías, o lo que se está haciendo a nivel nacional. Ya lo dijo Sturzenegger: el objetivo de este gobierno es eliminar los grupos de interés, y esos grupos de interés son las universidades, los movimientos populares, los sindicatos, todos los espacios que organizan a las personas para lograr un piso de derechos y así tener un poquito más de dignidad para la vida.
—¿Y cómo oponerse a ese modelo?
—No alcanza solo con ganar la elección: hay que crear pedacitos de sociedad, espacios prefigurativos que muestren el ideal que nosotros imaginaríamos una vez que seamos gobierno. Esos pedacitos de sociedad son los centros culturales que abrimos, son los dispositivos de abordaje de situación de calle y de consumos problemáticos que construimos, son las fábricas recuperadas, son las escuelas que fundamos. Todo lo que nosotros hemos construido se puede ver, se puede tocar, y todo eso lo hicimos sin tener un puesto en el Concejo. Nosotros creemos que la política se ha alejado mucho de la realidad de la gente, y que tiene que empezar a vestirse de pueblo.
En línea con lo que sucede a nivel nacional, para Restagno hoy en Santa Fe hay “un corrimiento absoluto del Estado que da libertad absoluta al mercado para configurar la realidad”. “Como no hay un modelo de desarrollo, como no hay una planificación de hacia dónde crece la ciudad, el único que planifica es el mercado, y el único mercado consolidado acá son las grandes constructoras”.
Frente a esto, propone tres líneas fundamentales. Primero, consolidar una Santa Fe humana, que combata la pobreza y la indigencia: hoy el 60,6% de los santafesinos son pobres y el 18,3% son indigentes. “Somos una de las ciudades donde más crecieron esas variables, y el gobierno local tiene que intervenir en eso”.
Segundo, lograr una Santa Fe segura, en la que “el vecino y la vecina recuperen los espacios públicos”. Para Restagno, los índices de violencia son “inaguantables”, y la seguridad “tiene que ser parte de la agenda del peronismo, del progresismo y de todo el amplio campo nacional y popular”.
En tercer lugar, imaginar una Santa Fe futura que genere empleo, con “un claro arraigo de la industria, una reactivación del cordón frutihortícola del área metropolitana, y ofreciéndole un programa a los que más generan trabajo, que son los comercios, las pequeñas y medianas empresas y las cooperativas”.
—Abordemos algunas cuestiones puntuales. ¿Qué propuestas concretas imaginan en materia de vivienda?
—El sector inmobiliario es parte del gobierno. Son los que manejan el puerto, el Concejo, la Municipalidad, y nosotros vamos contra ellos. Hoy vienen promoviendo una entrega de los terrenos públicos y fiscales para maximizar su ganancia. Nosotros buscamos generar un programa que regule en distintas dimensiones el eje de la vivienda. Por ejemplo, tenemos 648 personas en situación de calle; Santa Fe tiene todo para poder garantizarles un colchón, una ducha y un plato de comida. Con destinar solo 15 centavos de 100 que ingresan a la Municipalidad se puede generar un plan estratégico de superación definitiva de la situación de calle. Sobre alquileres, proponemos el modelo Barcelona, que es la prohibición de los alquileres temporales de uno a tres meses en las principales áreas donde crece el negocio inmobiliario y la construcción de viviendas destinadas a sectores vulnerables, jubilados, pensionados, e incluso las juventudes que vienen a estudiar a la ciudad.
—¿En torno a ambiente y basura?
—La basura es un gran problema en los barrios populares. Como no están urbanizados, no puede ingresar el camión de recolección. Hay que hacer un sistema de recolección diferenciada, y tiene que haber más control a las empresas. La empresa cobra por cada kilo de basura que junta: ¿por qué una empresa que busca maximizar su ganancia querría que se termine el problema de la basura? Para eso existe el Estado. Y hay que garantizar un programa de concientización ciudadana para la separación de residuos y la formación de promotores ambientales, que es algo que venimos impulsando en diferentes barrios como 12 de octubre. Otro gran problema del que nadie habla es el grado de contaminación que hay a causa del glifosato en el río Salado. Ahí necesitamos conectarnos con el área de ciencia y tecnología, con investigadores, para tener datos fehacientes y pensar soluciones que trasciendan a la localidad.
—¿Seguridad?
—Hay distintos planos. Por abajo, siete de cada diez personas que salen de los penales vuelven a reincidir. Necesitamos un programa de reincidencia cero para que la persona que salga del penal pueda conseguir un vínculo con algún espacio productivo, que se le de un laburo y que a partir de allí pueda planificar su vida y volver a insertarse en la sociedad. Por el medio necesitamos una modernización del área de control y de la Guardia de Seguridad Institucional, con capacitaciones, con más tecnología y con corredores seguros. No puede ser que a la salida de las escuelas o de un hospital no haya iluminación ni desmalezamiento, cuando es ahí donde se concentra la mayor cantidad de delito. Y por arriba proponemos una agencia antilavado para perseguir a los que lavan guita en Santa Fe, que son muchos. Y esa es también una herramienta para perseguir al narcotráfico, que ya no está en los barrios, sino que está en los countries.
—En relación a la pobreza y la indigencia, ¿qué estrategias piensan para trascender la lógica de estar siempre detrás de la emergencia?
—Lo mejor que podemos hacer es garantizarle un sueldo a la gente, y para eso conozco una sola fórmula, que es generando puestos de trabajo. Hoy a una industria le sale más caro venir a Santa Fe que irse a Monte Vera o a Sauce Viejo. Necesitamos volver a planificar el sector productivo e industrial con los polígonos adentro de la ciudad de Santa Fe. Por otro lado, necesitamos la reactivación del área metropolitana, principalmente a través del mercado de frutas y verduras, que pueda garantizar un alimento lo más barato posible y que nos permita lograr una producción mucho más saludable. Y después hay que darle una mano a los comerciantes, que son el sector que más está perdiendo, y que dan muchísimo trabajo en la ciudad de Santa Fe. Yo vengo de una familia de comerciantes y sé lo que cuesta. La generación de puestos de trabajo va a ser la única forma de terminar con la pobreza o al menos disminuirla.
—A modo de síntesis final, hoy decías que la política se había alejado de la gente. ¿Cuál crees que es el antídoto para que eso no suceda?
—El mejor antídoto es la organización. Nosotros no conocemos otra forma de construcción política que no sea de abajo para arriba, y eso significa que el pueblo manda y los gobiernos obedecen. Por eso decimos que hay que transformar la política. Hoy tenemos una política de saco y corbata que escribe las políticas públicas detrás de los escritorios, y que por eso no tiene impacto real en las soluciones de fondo que necesita nuestra ciudad. Necesitamos un Concejo más parecido a su pueblo. Por eso presentamos una lista con cocineras comunitarias, con referentes de clubes de barrio, con profesionales de la salud, con docentes, con militantes de derechos humanos, con becarios de Conicet, con militantes de partidos políticos. Nosotros no somos un partido político que va a competir en las elecciones: somos una plataforma ciudadana que va a disputar para que el Concejo se parezca más a su pueblo. Ese es nuestro desafío y nuestro propósito: construir esa Santa Fe Humana que tanto soñamos, con todos y todas adentro.