El gobierno de Javier Milei le quitó cuatro salarios y medio a los universitarios

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Foto: Victoria Carballo

El salario de los universitarios tiene pérdidas del poder adquisitivo que van del 30% al 20%, todos los meses. Si se suman los porcentajes perdidos en cada mes, como diferencia entre los aumentos salariales y la inflación, se esfumaron más de cuatro salarios y medio en 16 meses.

La capacidad de compra del salario de los docentes universitarios fue particularmente atacada durante el gobierno de Javier Milei. Desde su llegada al gobierno, la pérdida de poder adquisitivo del salario de los universitarios es mucho mayor a la de los empleados públicos en general. Hay ensañamiento.

El primer mes en el que el gobierno libertario tuvo que hacerse cargo de la paritaria docente de nivel superior, otorgó un 5% de aumento. Con ese porcentaje, los profesores tuvieron que enfrentar el 20,6% de inflación de enero. El segundo mes fue directamente un agravio: no hubo aumento en febrero, mes en el que la inflación fue de 13,2%. Así, la pérdida de poder adquisitivo en el mes corto del año llegó al 32,8%, en comparación con noviembre de 2023. Es una barbaridad

En el último mes con medición, marzo, los docentes universitarios tuvieron un aumento de 1,2%. Vale aclarar que en marzo la inflación terminó de consolidar su repunte, con un 3,7% mensual.

De punta a punta, a marzo de 2025 el salario de los universitarios durante el gobierno de Milei aumentó un 133% contra el 196% de la inflación. Sin embargo, el salario público en general, medido por el Indec, ya había aumentado lo mismo, pero dos meses antes (a enero de 2025). Hay un ensañamiento particular del gobierno con los docentes universitarios, que son más castigados que los empleados públicos en general.

En las pérdidas de poder adquisitivo que se pueden medir en cada mes, también se ve cómo los azotes a los universitarios son más fuertes que a los empleados públicos en general.

En la universidad pública, casi todos los cargos universitarios son dedicaciones simples, de 10 horas semanales, y la enormísima mayoría son Auxiliares o Jefes de Trabajos Prácticos, las categorías más bajas, más allá de las tareas reales que cubren, con mínima antigüedad.

Los famosos JTP tuvieron en marzo de 2025 un sueldo bruto de $427.820, con una dedicación semiexclusiva (20 horas) y sin antigüedad. Con el último dato disponible del IPC, ese salario de un JTP con dedicación semiexclusiva ya debería haber sido de $543.279, sólo para acompañar la inflación de la era Milei. Es una diferencia o pérdida de $115.458 en un sólo mes. Representó casi el 27% del ingreso de un JTP en ese mes.

Así se ve la evolución de los salarios reales de un JTP con semiexclusiva y cómo debería haber sido de acompañar la inflación.

En dinero contante y sonante, atendiendo a las diferencias de cada mes entre lo que deberían haber cobrado y lo que efectivamente cobraron, los JTP con semiexclusiva perdieron 4,57 salarios en 16 meses.

Dicho de otra forma, los universitarios hubieran incrementado en cuatro salarios y medio sus ingresos si sus salarios hubieran acompañado a la inflación. Ni siquiera se trata de haber ganado poder adquisitivo (es decir, tener aumentos de salarios por encima del aumento de precios). Sólo si no hubieran perdido tanto, hubieran gozado del equivalente de cuatro salarios y medio más.

Ni pagar el alquiler

Según el Indec, en enero hubo una inflación del 2,2%, que subió en febrero a 2,4% y se disparó en marzo a 3,7%.

Para calcular la inflación, se miden los precios de una canasta "determinada de manera tal que refleje las proporciones de gasto de consumo de los hogares que pertenecen a cada región con base en la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares 2004/05". Está claro que la canasta está midiendo cualquier cosa desde hace rato.

A fin de 2024 se suponía que el Indec iba a actualizar la medición, pero por presión del Ejecutivo se paralizó ese proceso. Como consecuencia, en octubre fue desplazada Analía Calero, directora nacional de Estadísticas de Precios. Marcos Lavagna, el titular del organismo, había anunciado que la nueva canasta, que se corresponde con los consumos relevados por la Encuesta de Gasto de Hogares 2017-2018. Esa actualización nunca tuvo lugar.

Puntualmente, la vieja canasta no refleja adecuadamente los costos fijos, porque se elaboró en una época en la que esos costos fijos estaban fuertemente regulados por el Estado.

Con Milei, el peso de los costos fijos se multiplicó. Según el Indec, a marzo de 2025, el costo de “Electricidad, gas y otros combustibles” se incrementó 490%, el del transporte público un 370%, el alquiler saltó un 428% y los “Servicios de telefonía e internet” se incrementaron 276%. Esos costos inevitables volaron por encima de la inflación que hubo en ese lapso, que fue de 196%.

Cabe recordar que es el gobierno nacional el que recortó los subsidios a la luz y el gas, provocando tarifazos, el que derogó la Ley de Alquileres, disparando incrementos, y el que desreguló los servicios de telefonía e internet. Puntualmente, serruchó a cero los subsidios del transporte público en el interior, generando un alza en ese costo que no se refleja del todo en estas cifras, que corresponden al Gran Buenos Aires.

En el caso de los salarios universitarios, el peso de los costos fijos se está volviendo imposible de sostener, sobre todo para quienes son inquilinos. Si se considera un gasto normal de 30% del ingreso para el alquiler, a noviembre de 2023, y tomando los ponderadores del Indec como ciertos para el resto de los gastos fijos, el costo fijo de vida para un docente universitario que alquila pasó de 39,2% en noviembre de 2023 a 86,6% en marzo de 2025. Literalmente: no puede vivir y alquilar al mismo tiempo.

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