Oficio de periodistas

Mayo de 2008. Cortes de ruta, ruralistas enardecidos, confusión en la opinión pública, desabastecimiento, pronósticos sombríos para una democracia todavía joven y para una economía atada a los vaivenes del mercado internacional. En ese contexto –que otra gente más prudente hubiese juzgado, con razones atendibles, como difícil, sino inviable– pusimos en la calle la primera edición –en papel– de Pausa.
La elección de los contenidos del periódico está atada a las preocupaciones cotidianas de nuestros lectores, nuestros vecinos: el trabajo, la educación, la salud, la vivienda. También hablamos de política y economía; indagamos sobre planificación urbana, divulgamos las voces de la cultura local, mostramos aristas deconocidas del deporte. Retomamos el viejo concepto de noticiero para condensar la información valiosa y separarla de la innecesaria.COMPRAS
Apostar a la calidad de los contenidos, respetar al lector, ofrecer novedades: las premisas son las mismas desde el comienzo. Entre tanto, seguiremos trabajando por la consolidación del periódico y por su crecimiento.
No será fácil, porque estamos insertos en una cultura que aún no logramos superar: la cultura de la dádiva, del silencio negociado, de la complacencia y la conformidad. Pero vamos a encarar el desafío con la misma fuerza que nos llevó a poner en marcha un proyecto que hoy es una feliz realidad.
Lo vamos a hacer con la certeza de que no todo está en venta. Nuestro contrato con ustedes, nuestros lectores, nuestro sentido, es más importante que cualquier negocio de corto plazo. Respetamos eso, aunque nos lleve más tiempo terminar de instalarnos como referencia para todos aquellos sectores a los que aún no pudimos (o no supimos) llegar. Respetamos lo más importante del oficio: la credibilidad.
Eso no está a la venta.

 

[Extracto de la nota publicada por las cien ediciones de Pausa]